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Jaime Roos comenzará a despedirse del público porteño esta noche, con un show en el Luna Park junto a su numerosa banda de acompañamiento, La Doble. Luego seguirá por Rosario y La Plata, y el próximo viernes 15 volverá a Buenos Aires para una segunda función en el estadio de Corrientes y Bouchard. El tramo argentino concluirá con presentaciones en Córdoba, Mendoza, Bariloche, Neuquén, Santa Rosa y Bahía Blanca. Pero éstos no serán shows cualquiera: cerrarán la etapa Contraseña, el último trabajo de Roos, en el que versiona a un seleccionado de compositores compatriotas, entre los que se cuentan Alfredo Zitarrosa, Eduardo Mateo, Jorge Drexler y Leo Maslíah. Después de esta etapa, el músico uruguayo se tomará cuatro años para componer, terminar videos, producir discos ajenos y hacer música para películas, entre otros proyectos. Los adioses finales serán en septiembre en España, en una gira que ya está confirmada, pero que no quiere dar por segura hasta que no tenga los pasajes en la mano. “Si fuera por las giras que tenía seguras, segurísimas, ya hubiera conocido Nueva Delhi, El Cairo...”, dice con una sonrisa. En octubre, hará los últimos conciertos en el Uruguay. Ese sí, dice medio en broma y medio en serio, será “el último eco de la retirada”.
–¿Quienes vayan a estos shows tienen que saber que no van a volver a verlo por lo menos hasta el 2007?
–Sí, aunque espero que no lo tomen como una razón para ir. No es un buen argumento para convocar a un concierto. Sencillamente, es nuestro cierre de una temporada que comenzamos en octubre de 2001, con más de doscientos shows y que se prolongó hasta ahora, por esas cosas de las giras.
–¿Y se va a aguantar cuatro años sin subir a un escenario?
–Claro, por qué no. No sería la primera vez. Ya hice un parate en el ‘92 y otro en el ‘98, y fueron períodos de trabajo muy fértiles. Son retiros necesarios. Y no los sufro, al contrario. Uno se siente muy bien al parar después de un temporada larga. Como en un cambio de estación: verano-invierno. En invierno es momento de recluirse para la creación. No es para nada un descanso, porque cuando me recluyo trabajo mucho más que en una gira, donde por lo menos tengo días libres.
–En medio de la crisis, parece haber un momento de auge para la producción musical uruguaya. ¿Es, justamente, por la crisis?
–Es cierto que hay una revitalización, pero no creo que se deba a la crisis. Estas bandas que están sonando muy bien vienen de un período anterior. En el rock están La Vela Puerca, Buitres, Trotsky Vengarán, a quienes yo les produje un disco, Durmiendo afuera. De todas maneras, llama la atención que los peores momentos en lo económico y lo social coincidan con un auge de la música y de otras expresiones artísticas. No somos originales, pasó lo mismo en la Argentina. Evidentemente, el arte funciona como un refugio para el espíritu.
–Usted comenzó haciendo rock y ahora lo produce.
–En la adolescencia tuve varios grupos de rock, uno de covers de Creedence, que por entonces era una banda recién salida, otro más “progresivo”, que tomaba cosas desde Jimi Hendrix hasta los Who, así iba variando y buscando. Eso fue hasta los 18, después no canté más en inglés. Aunque, claro, nunca me aparté del rock. El rock forma parte de mi música, yo no hago candombe ni música tradicional.
–De un tiempo a esta parte, el candombe y la murga uruguaya pasaron a ser parte del repertorio de los grupos de fusión. ¿A qué cree que se debe?
–A que escucharon lo que hacíamos nosotros y les gustó (risas). Antes sólo estábamos nosotros, ahora, por ejemplo, Bersuit Vergarabat domina el candombe y la murga tan bien como las bandas uruguayas. Yo los llamé para felicitarlos y hace poco, muy gentilmente, me invitaron a cantar un tema suyo. Finalmente no acepté porque no me sentía cómodo con el tema que eligieron, sentía que no era para mí. Es que yo no me considero un cantante, y no puedo encarar un tema si no lo siento.
–¿Se podrá dar este intercambio con algunos otros músicos argentinos, en algún momento?
–Las conexiones se dan en forma natural y habitualmente por mutua admiración entre los músicos. No me caería bien que una compañía discográfica me dijera “vos tenés que grabar con tal”. Me parecería tirado de los pelos.
–¿Cómo ve a Uruguay hoy?
–Estamos en crisis, nunca nadie fue testigo de una situación semejante. Aun así, la barrera política y social en contra del liberalismo salvaje sigue en pie. La crisis viene por otro lado, por una coyuntura de la región muy difícil para un país chico, dependiente de las economías de Brasil y la Argentina. Lo bueno es que el Frente Amplio va a estar al frente del próximo gobierno, de eso estoy seguro, y las encuestas lo dan ganador sin ballottage. En este momento, Uruguay necesita que el Frente Amplio gobierne.