La piedra la tiró Elisa Carrió, y se desató la polémica. Dijo que, a diferencia de otros dirigentes del arco no peronista, ella buscaría una alianza “lo más amplia posible” y que rescata “muchísimo a muchísima gente del PRO”, aunque tenga denuncias contra su líder, Mauricio Macri. El rechazo a una eventual alianza con el macrismo por parte de los partidos aliados a la Coalición Cívica no tardó en llegar. El líder del FAP, Hermes Binner, sostuvo que tienen “diferencias ideológicas” tanto con ese espacio como con el Frente Renovador de Sergio Massa. Por la UCR, el diputado Julio Cobos dijo que lo ve “bastante difícil” e “inconveniente”, mientras que desde la cúpula radical también desestimaron la idea. Los macristas, en boca del jefe del bloque de diputados, Federico Pinedo, y del presidente del PRO, Humberto Schiavoni, consideraron que “no es momento” para hablar de alianzas, y aclararon que el partido conducido por Macri trabaja para construir “una alternativa al sistema radical peronista”.

A los conflictos que surgieron en enero respecto del armado de un acuerdo entre la UCR, el FAP, la Coalición Cívica y Proyecto Sur se le sumaron ahora las declaraciones de Carrió, pidiendo ampliar la nómina a otras fuerzas. Algo similar había dicho el diputado radical Oscar Aguad hace dos semanas: “No se debe cerrar la puerta a ningún acuerdo”, dijo el cordobés en reclamo de “un gran frente nacional”. “Si bien tengo varias denuncias contra Macri por abandono de persona, por su relación con (el empresario) Cristóbal López, rescato muchísimo a muchísima gente del PRO”, sostuvo Carrió en alusión tácita a Gabriela Michetti y también a Federico Pinedo, entre otros. La chaqueña reconoció que su posición no es compartida por otros dirigentes.

Ya en su momento Pino Solanas se había encargado de rechazar en duros términos esa idea, cuando fue esbozada por el macrismo. La había calificado como un “disparate” y había afirmado que están “en espacios bien distintos”. Tras los dichos de su principal socia política, Solanas interpretó que “quizás es un mensaje para cazar votos del PRO”, pero aclaró que no hay “ninguna posibilidad” de un acuerdo. “El problema en este momento lo tiene el PRO, que está más Solari que el Indio”, bromeó el senador nacional. El líder de Proyecto Sur mantuvo un encuentro con Ernesto Sanz, titular del Comité Nacional, en el que se limaron las asperezas que habían surgido durante enero, cuando Solanas se mostró con Cobos para marcarles la cancha a las estructuras partidarias.

“Compatibilizar esto lo veo bastante difícil, no lo veo conveniente ni para el PRO ni para el espacio socialdemócrata”, subrayó ayer Cobos, aunque no cerró totalmente la puerta al aclarar que la Argentina es un país “muy dinámico”. El ex vicepresidente sostuvo que para que el frente no peronista “tenga éxito” debe replicarse exactamente igual a nivel nacional y en cada distrito. En ese caso, el frente Unen y el PRO no podrían confluir en la ciudad de Buenos Aires. Desde la conducción del Comité Nacional también se mostraron distantes de esa posibilidad. La cúpula radical desconfía de la capacidad de Macri para concretar un armado nacional y piensa cómo seducir a ese electorado en caso de que el jefe de Gobierno no termine consolidando su candidatura presidencial.

El líder del Partido Socialista, Hermes Binner, también descartó ampliar el acuerdo hacia el macrismo o también el massismo. “Hay un marco teórico que nos diferencia”, relató el ex gobernador santafesino.

Desde el PRO, Humberto Schiavoni destacó la condición de “frentista” del macrismo, aunque se desligó de posibles acuerdos electorales al señalar que “no es el momento de pensar en alianzas”. “Hay que pasar la crisis económica y este año para ver las definiciones electorales”, agregó Pinedo, quien consideró que la discusión de las alianzas se puede dar “solamente si sabemos cómo va a ser la situación del país; pero no lo sabemos”.