Jueves, 27 de febrero de 2014 | Hoy
EL PAíS › BOUDOU CUESTIONO UN ACTA PRESENTADA POR LA HIJA DE CICCONE
El vicepresidente negó haberse reunido con Ciccone, como se manifiesta en un escrito presentado por la hija del empresario. Además, recordó que el escribano que certificó el acta declaró ante el juez que los Ciccone nunca lo mencionaron.
Amado Boudou salió ayer a responder las acusaciones de Graciela Ciccone en el marco de la investigación judicial por el levantamiento de la quiebra de la imprenta Ciccone Calcográfica. “Es trucha a todas luces”, afirmó el vicepresidente refiriéndose al acta notarial que presentó la hija del empresario fallecido al juez Ariel Lijo. En esa nota, Héctor Ciccone habría señalado que mantuvo una reunión con Boudou para hablar de la continuidad de su empresa. El vicepresidente no sólo negó que haya existido tal encuentro, sino que recordó la declaración del escribano que certificó la firma de esa acta. Hace un año, el magistrado le preguntó al escribano Carlos Luaces si los Ciccone le habían hablado alguna vez de Boudou o de su amigo José María Núñez Carmona, a lo que el escribano contestó que no. Sin embargo, ahora apareció esta acta en la que Luaces certificó la firma. Hoy debe declarar otra hermana de Graciela, Silvia, que también es hija de Héctor Ciccone y que le reclama una millonaria cifra al Estado.
El vicepresidente habló ayer con las radios Continental y La Red sobre la declaración de Graciela Ciccone ante el juez Lijo. Después de tres años de silencio, toda la familia salió a pelear un resarcimiento multimillonario por la imprenta que estaba en bancarrota, cuya quiebra fue levantada luego a través del fondo –The Old Fund– y que terminó nacionalizada e incorporada a la Casa de la Moneda.
En todo el proceso inicial, los Ciccone participaron plenamente, al punto de que uno de los yernos, Guillermo Reinwick, declaró ser el dueño del 70 por ciento de las acciones de The Old Fund, firmó papeles que lo prueban ante escribano, publicó una solicitada manifestando lo mismo, pero ahora dice –con dos años de atraso– que todo lo hizo por una supuesta coacción o amenaza. Para probar la coacción, afirman que se reunieron con Boudou y con Núñez Carmona para negociar sobre la calcográfica y que en ese marco existieron hasta amenazas de muerte. El vicepresidente, por el contrario, afirma que todo es una gigantesca mentira, que nunca se reunió con los Ciccone, que fue totalmente ajeno al tema y que no conoce ni habló jamás con Alejandro Vandenbroele, quien actuó como director –no accionista– de la imprenta y de The Old Fund.
“Los Ciccone no tienen límites, son capaces de embarrar al hermano difunto. Tendrían que explicar cómo estas declaraciones opuestas están en la causa -dijo ayer Boudou. Lo único que quieren es ganar plata a costa de los argentinos. Los sacaron de Angola, Congo, Bahrein porque truchaban todo lo que hacían. Es una empresa que nació cuando imprimieron las entradas para el Mundial del ’78, en medio de la dictadura. Ahora dicen que hubo audiencias sobre la imprenta en las que yo pasaba y saludaba, que comía con ellos. Nunca pasó. Si lo hubiera hecho, lo habría dicho, porque es normal para un funcionario tener reuniones. Mis 60 declaraciones respaldan lo que estoy diciendo.”
El fiscal Jorge Di Lello se viene oponiendo a que los Ciccone declaren como testigos ya que –según sostiene–, si hubo una maniobra irregular en el levantamiento de la quiebra o en las acciones posteriores, ellos fueron parte decisiva de lo que ocurrió, incluyendo el rescate por parte de The Old Fund. De manera que, en todo caso, tendrían que ser también imputados. Di Lello no cree en el argumento de las amenazas y que por eso los Ciccone se mantuvieron en silencio durante tres años. Boudou reiteró ayer que irá personalmente, si es convocado a prestar declaración indagatoria, e incluso se lo manifestó al juez cuando concurrió a Tribunales a decírselo al juez Lijo.
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