La diputada kirchnerista y abogada penalista Diana Conti consideró “oportunistas” y “demagógicos” los cuestionamientos opositores al proyecto de nuevo Código Penal que está en revisión del Ejecutivo y todavía no llegó al Parlamento. Afirma que la mejor forma de disuadir a alguien para que no delinca “no es el monto de la pena, sino si va a ser atrapado, juzgado, condenado y va a ir preso”. Por eso, reclama “un accionar policial, y sobre todo judicial, ágil, rápido y efectivo”. De todas maneras, Conti –que integra las comisiones de Asuntos Constitucionales, Legislación Penal y Justicia de la Cámara baja– considera necesario mantener “como valor simbólico para la sociedad” la pena de perpetua para “delitos aberrantes”, como “genocidio, de lesa humanidad y secuestro y violación seguidos de muerte”. Al tiempo que consideró que el debate sobre la escala punitiva también se dará en el oficialismo donde las opiniones “no son unívocas”.

–A pesar de que en la comisión que redactó el anteproyecto del nuevo Código Penal participaron especialistas de distintas tendencias ideológicas, desde varios partidos de la oposición salieron a cuestionar el proyecto. ¿Cuál es su opinión sobre el tema?

–Me parece oportunista y de muy mala política salir a cuestionar un proyecto de Código Penal y sobre todo el monto de las penas, la reincidencia, cuestiones muy técnicas que el hombre o la mujer de a pie no saben exactamente de qué se está hablando. El cuestionamiento prematuro de un proyecto de código que no ingresó al Parlamento es poco serio y demagógico.

–Las principales críticas son dirigidas a la baja de penas para algunos delitos. ¿Cuál es su opinión sobre este punto?

–El proyecto parte de que el bien superior a proteger por el derecho penal es la vida y ahí se graduó una pena que en forma proporcional establece el resto para distintos delitos. Ese proyecto en principio trae una pena máxima de prisión de 30 años. En ese punto, a mí me parece que para el genocidio, los delitos de lesa humanidad, secuestro seguido de muerte o violación seguida de muerte y determinados homicidios, no es tiempo de sacar la pena perpetua.

–¿A pesar de que con el actual Código la pena de prisión perpetua tampoco es de cumplimiento efectivo?

–No importa, porque el valor simbólico de la pena es sensible para la sociedad argentina. Pero lo más importante para disuadir a un delincuente que intenta delinquir no es el monto de la pena, sino si va a ser atrapado, juzgado, condenado y va a ir preso. Pero esto es difícil de instalar y hacerlo creíble para la sociedad. Por eso creo que las críticas dirigidas a que se quita la pena de perpetua, aunque no se cumpla, son un acto de demagogia y poco serio. Aunque mi opinión es mantener la perpetua para los delitos aberrantes.

–De acuerdo con su opinión, ¿entonces parte del problema está instalado en la efectividad del sistema represivo o policial y en la Justicia?

–Exactamente. Una actuación policial, y sobre todo judicial, ágil, rápida y efectiva en materia penal es un tema absolutamente espinal. Es parte de lo que le cuestionamos al Poder Judicial y que el propio presidente de la Corte Suprema en la apertura del año judicial, aunque en forma más académica, también está reclamando.

–Todavía el anteproyecto está en revisión del Ejecutivo. ¿Considera que se introducirían cambios sobre el texto original en el caso de las penas?

–No tengo información al respecto, pero todo es modificable, porque el proyecto fue entregado al Ejecutivo para ser revisado. Un proceso que no tiene un plazo previsto para remitir el proyecto final al Congreso.

–¿Hubo algún intercambio de opiniones en el bloque oficialista sobre el tema, tras las criticas surgidas desde la oposición?

–No, no fue hablado el tema específicamente, pero sabemos que sobre estos temas las posiciones no son unívocas.

–¿Entonces el debate sobre la escala punitiva puede darse en el propio bloque oficialista cuando el proyecto llegue al Congreso?

–Sí, seguramente. Tratándose de un Código, todos los bloques tendrán debates internos.