EL PAíS
El ex embajador de Irán en la Argentina fue detenido en Londres
El juez Galeano había pedido la captura internacional de Hadi Soleimanpour, acusado de complicidad en el atentado contra la sede de la AMIA.
Por Raúl Kollmann
Hay dos versiones, pero una coincidencia. El ex embajador de Irán en la Argentina en la época del atentado contra la AMIA, Hadi Soleimanpour, está detenido en Londres, donde vivía desde hace un tiempo asistiendo a un instituto de estudios superiores y por lo tanto ya no tenía inmunidad diplomática. La primera versión, la oficial, es que Interpol lo detuvo tras buscarlo a raíz de la orden de captura emitida por el juez Juan José Galeano. La otra versión, más confiable y emanada de fuentes de inteligencia londinenses, es que Soleimanpour no quería volver a Irán, virtualmente se entregó y planea convertirse en un arrepentido crítico del régimen de Teherán. En cualquier caso, el ex embajador está imputado como partícipe necesario –o sea cómplice– de las 85 muertes perpetradas en el atentado contra la AMIA ya que bajo su cobertura –según el juez– el entonces agregado cultural Moshen Rabbani coordinó al grupo que protagonizó el ataque. En teoría, la extradición de Soleimanpour será decidida en una especie de juicio que se hará en Londres y para el cual Galeano deberá enviar la argumentación y la documentación comprometedora.
La detención de Soleimanpour y otros iraníes fue ordenada por Galeano el pasado 13 de agosto. En total, entre ese pedido de captura y uno anterior, hay 13 iraníes en la mira. El magistrado reafirmó así la llamada pista iraní, o sea que consideró que el atentado fue resuelto en una reunión de los máximos integrantes del gobierno de Teherán, que buena parte de la mano de obra la aportó el grupo libanés Hezbolla que responde a Irán, aunque en territorio dominado por Siria y que los diplomáticos que en aquel momento estaban en la Argentina le dieron cobertura al ataque. Esta versión de los hechos se asienta especialmente en un informe que realizó la SIDE a comienzos de este año, cuando estaba encabezada por Miguel Angel Toma, aunque tanto la CIA como el Mossad venían insistiendo desde hace años en que Irán jugó el papel protagónico en los atentados de Buenos Aires. En la misma sintonía, la AMIA y la DAIA también acusan al régimen de Teherán y ayer la abogada de la DAIA, Marta Nercellas, sostuvo que “esta detención es de suma importancia, porque Soleimanpour facilitó la sede de la embajada para tramar el atentado y bajo su jefatura se produjeron los movimientos de correos diplomáticos previos al ataque. Estamos ante el primer detenido de la llamada conexión internacional”.
Según fuentes consultadas por este diario en Londres, el ex embajador estaba estudiando en las afueras de esa ciudad y todo indica que sabía del pedido de captura. Es más, se supone que el gobierno iraní le advirtió, ya que otros ciudadanos de ese país resolvieron volverse a su país en los últimos días. Según parece, Soleimanpour decidió quedarse en Londres porque su intención era desertar del régimen de Teherán y como hoy en día carece de inmunidad diplomática, sabía perfectamente que iba a ser detenido. Los trascendidos indican que se convertirá en un nuevo arrepentido, parecido a los dos que ya declararon en el caso AMIA, el llamado testigo C, residente en Alemania, y un arrepentido que tuvo protagonismo al principio de la investigación, Monousheh Moatamer, quien declaró en Venezuela y hoy vive en Estados Unidos. Ambos revistaron en la inteligencia de Irán, mientras que Soleimanpour está acusado de combinar su cargo diplomático con la cobertura a los atentados.
El proceso de extradición podría ser parecido al que en su momento afrontó el dictador chileno Augusto Pinochet, aunque Soleimanpour podría facilitar todo accediendo a que lo trasladen a la Argentina. Por supuesto que no es lo mismo ser arrepentido en Londres que en Buenos Aires, donde afrontaría la acusación de cómplice en el homicidio de 85 personas, que en caso de que un tribunal lo condene lo llevaría a una pena de reclusión perpetua. Por lo tanto, es probable que el ex embajador rechace el traslado voluntario a la Argentina, con lo cual todo se dirimirá en unaespecie de juicio. Galeano tendrá unos 40 días para enviar la documentación que respalda la acusación y un juez británico tendrá la última palabra.