EL PAíS
Un agente de la SIDE que revolucionó la causa AMIA
Acevedo, actual titular de la SIDE, llevó a declarar al espía García. Este hizo varias confesiones, creíbles, que agravan la situación del cuestionado juez Galeano y de la propia SIDE. Qué dijo. A quién acusó. Lo que viene.
Por Raúl Kollmann
El agente de la SIDE Isaac Eduardo García terminó de testimoniar en la madrugada de ayer y movió buena parte de la estantería del juicio oral sobre el caso AMIA. García dijo que acompa de la SIDE –dio los nombres y apellidos– hasta un banco de Ramos Mejía y que su función fue custodiar un maletín de cuero, que contenía el dinero para pagarle al principal imputado en la causa, Carlos Telleldín. El trato era que, a cambio del dinero, Telleldín declararía señalando que un grupo de policías bonaerenses, encabezado por el ex comisario Juan José Ribelli, lo extorsionó y se vio obligado a entregarles la camioneta Trafic que una semana más tarde estalló frente a la AMIA.
El agente García contó también que tuvo como misión infiltrarse entre los diplomáticos iraníes y que llegó a ser prácticamente chofer del hombre más sospechado, el agregado cultural Moshen Rabbani. Pero eso fue mucho después del atentado, en 1996. Lo cierto es que ahora el tribunal y las partes deberán juntar la evidencia de que García contó la verdad. Todos los indicios apuntan a que la historia es verdadera y, según trascendió, entre los elementos que la SIDE entregó al tribunal oral hay pruebas casi definitivas de que el juez Galeano avaló el pago a Telleldín.
La presencia de García ante la Justicia marca un cambio político de magnitud, según ayer reconocieron fiscales y abogados. El titular de la SIDE, Sergio Acevedo, ni bien se enteró que el agente había relatado el pago a Telleldín en el marco de un sumario interno, ordenó que de inmediato se presentara ante el juez Claudio Bonadío, que investiga las irregularidades en el caso AMIA, y terminó declarando en el propio juicio oral, donde estuvo respondiendo preguntas hasta la madrugada.
La importancia de los dichos de García es la siguiente:
- Por primera vez, un hombre de la SIDE reconoce que estuvo presente en el momento del pago. García dijo que llevaron un maletín con el dinero y que el maletín se entregó, o sea que no regresó con los agentes.
- Mencionó a los hombres que participaron de esa operación: Patricio Finnen y Alejandro Broussón, dos altos cargos operativos de la central de inteligencia, Héctor Maiolo, un hombre cercano a los dos anteriores, dos agentes apellidados Messones y Gallinianes, y un inorgánico de la SIDE -que hace trabajos de vez en cuando–, Juan Carlos Legascue. Por de pronto, Finnen, Broussón y Maiolo están citados a declarar en el juicio oral.
- Aunque al principio fue vacilante, el agente dio datos concretos: que el pago fue en el Banco Quilmes de Ramos Mejía, que él siguió todo desde un bar de enfrente y existen algunos tickets de gastos que confirman que el grupo se movía en esa zona.
- García mencionó los autos que se usaron, entre ellos una camioneta Trafic. Esto indica que es muy posible que exista una filmación del pago ya que esas camionetas se usaban como cobertura para filmar.
- Hay una escucha telefónica en la que un hombre habla con la esposa de Telleldín, Ana Boragni, acerca del momento del pago. García reveló que la voz corresponde a Maiolo.
- García contestó así a una pregunta: “no sé si el juez sabía de este pago, pero siendo plata de la SIDE y vinculado con el atentado, obviamente algún conocimiento debía tener. Lo aseguro por mi experiencia de trabajo en la Secretaría (de Inteligencia)”.
El saldo de la aparición de García tiene varias aristas:
- Mejoró la situación de los policías bonaerenses imputados en el atentado, esencialmente porque el testimonio de Telleldín, que los incriminaba fuertemente, pierde peso porque fue obtenido a través de un pago. Los fiscales y las querellas necesitarán otras pruebas ahora para redondear una acusación más o menos sólida de una vez por todas, a quién se la dio o su panorama se agravaría todavía más.
- De comprobarse lo que dice García, el juez Juan José Galeano queda muy mal parado, básicamente porque el pago a Telleldín no se hizo abiertamente, en blanco, como parte de la recompensa que se ofrecía para quienes ayudaran a esclarecer el atentado sino que se hizo de forma oscura, a escondidas. Si se confirma, además, que la SIDE aportó elementos decisivos que indican que Galeano estuvo al tanto del pago, los cargos en su contra y en contra de sus secretarios, serán muy fuertes.