EL PAíS › EN QUILMES ESTAN DISCONFORMES CON EL TEMA DE LA BASURA

Vecinos con las bolsas llenas

Una recorrida por el distrito, ayer por la tarde, podía verificar que la situación era complicada en las calles interiores. Los vecinos rechazan el servicio de Covelia. Ajenos a la negociación, los camioneros mantenían su acampe frente al municipio.

Durante seis días, la basura se acumuló en las veredas de Quilmes, por el conflicto desatado por el Gremio de Camioneros contra el intendente Francisco Gutiérrez, luego de la decisión de la municipalidad de rescindir el contrato de recolección a la empresa Covelia a partir del próximo 5 de mayo. Los vecinos de la localidad, disconformes con el servicio brindado hasta ahora por la empresa privada, que es una de las causas por las que se avanzó en el desplazamiento de Covelia, ahora quieren ver cómo evoluciona la recolección una vez que el Municipio se haga cargo de ella a partir del lunes.

En el centro de Quilmes, cerca de la peatonal y las calles más transitadas, la basura se disimulaba dentro de los contenedores verdes que puso la municipalidad. Había, sí, algunas bolsas colgadas de los postes, pero el panorama podría pasar como el de cualquier feriado a la noche, cuando hubiera faltado el servicio de recolección durante el día. En toda esa zona, la intendencia se encargó de levantar los desechos, para al menos mantener como se pudiera la limpieza.

En las calles interiores, la situación era distinta, sobre todo en los canastos que rebasaban frente a los edificios. Lejos de la zona más céntrica, sin cestos frente a las casas, las bolsas se apilaban y rodeaban los palos de luz. Más cerca del balneario municipal, la situación era peor. “La municipalidad levantó la basura en la zona del centro y la bajada de la autopista, pero si nos alejamos un poco de acá, todo sigue igual y están todas las bolsas”, describió a Página/12 Leandro, que vive cerca del balneario.

Como él, muchos vecinos están ajenos a la discusión de fondo respecto de quién manejará finalmente la recolección aunque resaltan que el servicio brindado por Covelia hasta ahora “es inexistente”, dicen, porque las bolsas igualmente se acumulan y los desechos “al final se los llevan los carritos”, según relató Gustavo Pardiñas, quien tiene un negocio sobre la calle Alberdi. Precisamente, el incumplimiento en las responsabilidades de Covelia es uno de los argumentos esgrimidos por la comuna.

Por su parte, Giselle Pasquini –también vecina del lugar– recordó que hace unas semanas se habían apilado las bolsas incluso cuando no había ningún conflicto. “Pero nunca pasó que hubiera tanta basura acumulada”, advirtió. Para Sabrina Mazzeo, si bien los desechos en el municipio siempre causan preocupación, es cuando hay un paro de estas características que el problema se vuelve más evidente, al ver el estado de la basura en la calle. Así surgen reclamos por el mal olor y la contaminación que producen las bolsas todas juntas.

Para los quilmeños tampoco pasa inadvertido que “hay mucha plata detrás de este negocio”, según señaló otro comerciante, pero de la avenida Mitre. Algo que aparece en un primer plano cuando se advierte que la protesta de los camioneros parecía más destinada a resguardar el negocio de la empresa que los puestos y los sueldos de los trabajadores, garantizados desde el principio por las autoridades municipales.

A unas cuadras del local de Pardiñas, los camioneros seguían anoche con la protesta y la medida de fuerza. En la esquina de las calles General Paz y Alberdi, todos los camiones de Covelia se amontonaban uno detrás de otro, mientras los afiliados al gremio de Hugo Moyano continuaban su acampe frente a la municipalidad.

En las veredas, los trabajadores improvisaron carpas, levantaron toldos y se preparaban para pasar una nueva noche de conflicto, a pesar de que trascendía a través de los medios de comunicación el avance de las negociaciones. Cerca de los camiones, se reunían en grupos de cinco o seis. Mientras algunos empezaban a ver qué cenar, otros se cerraban junto a alguno de los televisores que habían logrado conectar desde la calle. En sillas de plástico, se sentaban también a escuchar cumbia en el celular de alguno o a charlar sobre la situación de la protesta.

“Si el sindicato y Gutiérrez están hablando para solucionar el conflicto, a los trabajadores nadie nos avisó”, aseguró a este diario el secretario adjunto del gremio, de la rama Recolección, Luis Mansilla. Anoche, a pesar de que el municipio ya había anunciado el acuerdo que se terminaría de concretar este lunes y que contaba con el visto bueno de Moyano, a los camioneros apostados frente a la municipalidad quilmeña todavía nadie les había comunicado nada.

Informe: Aldana Vales.

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Los quilmeños se acostumbraron en los últimos días a circular entre las bolsas de residuos que superan la capacidad de los contenedores.
Imagen: Joaquín Salguero
 
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