La jueza federal María Servini de Cubría viajará el fin de semana a España para recoger testimonios de víctimas de la dictadura franquista, con el objetivo de sumarlos al único proceso que se instruye en el mundo por los crímenes de ese régimen fascista que gobernó el país entre 1936 y 1977.

La decisión de la Audiencia Nacional de España, que el mes pasado rechazó la extradición solicitada por la Justicia argentina de dos ex policías españoles, identificados como autores de tormento a presos políticos durante el franquismo, no significó para Servini de Cubría la parálisis en su investigación. La magistrada llegará el domingo al aeropuerto de Barajas y luego se trasladará a localidades del País Vasco, Andalucía y Madrid para entrevistar en cada lugar a “víctimas y querellantes en el proceso argentino que por su edad o condiciones no pueden viajar a Buenos Aires a prestar declaración ni trasladarse a cualquiera de los consulados de la Nación Argentina”, informó a través de un comunicado la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra crímenes del franquismo (Ceaqua), que colabora con la investigación de la jueza.

El viaje de Servini servirá también para reunir “pruebas y documentación sobre los crímenes franquistas en diferentes entidades y archivos de la nación española” y “tiene previstas reuniones con representantes de diversas instituciones del Estado español”, apuntó la organización española en el comunicado. La magistrada regresará al país el 30 de mayo. La causa comenzó con una denuncia penal presentada en abril de 2010 ante la Justicia federal por el hijo de un gallego fusilado en 1936 y la sobrina nieta de dos hombres ejecutados en 1937. El planteo fue sumando querellantes hasta alcanzar “entre 150 y 200” casos, según los datos de Ceaqua. Amparada en el principio de la Justicia Universal para perseguir crímenes de lesa humanidad, el mes pasado Servini solicitó sin éxito a Madrid la extradición de Jesús Muñecas Aguilar y Juan Antonio González Pacheco. Además, la jueza solicitó una excavación en el cementerio de Guadalajara, para comprobar la probable inhumación clandestina de un hombre fusilado por el franquismo.