La rendición de un viaje de dos gerentes del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) de-sató un inusual revuelo interno en la entidad. Dos de los directivos incluyeron en los gastos de un viaje oficial souvenirs, noches en un boliche de Madrid y hasta entradas a un partido de fútbol. En total, sumaban más de siete mil pesos. El gasto fue autorizado por uno de los viajantes, pero luego del escándalo que desató debieron dar marcha atrás. Cuando Página/12 accedió a los documentos, el presidente del IVC, Emilio Basavilbaso, afirmó que “son falsos”. Sin embargo, cuando los directivos del IVC le mostraron el expediente a este diario, allí estaban los recibos. Eran reales. Luego del incidente, dictaron un reglamento para rendición de viáticos.

El IVC es, por ley, la entidad responsable de las políticas de vivienda del gobierno de Mauricio Macri. Un informe del legislador José Cruz Campagnoli señala que entre 2008 y 2013 utilizó el 46 por ciento de todo el dinero disponible para la urbanización de las villas. Desde el IVC, responden que la ejecución mejoró en los últimos años hasta superar el 80 por ciento. Parte de ese dinero –tres millones de pesos– fueron a parar a una consultora privada (Syasa S.A.) que realizó una tarea de auditoría de obras que podría haber hecho el organismo estatal. Otros dos millones fueron a parar a una cooperativa a la que se le pagó sin que mediara contratación directa, licitación pública o privada. Según los directivos del IVC, fue una “contratación excepcional”.

Entre los gastos irregulares, causó escándalo dentro del organismo la rendición de una caja chica por un viaje a Madrid a un congreso titulado “Simacities, Ciudades Latinoamericanas en Madrid”. Viajaron los gerentes técnico administrativo, Gonzalo Estivariz Barilati, y el de administración y Finanzas, Matías Hauber. Cuando volvieron, rindieron gastos por 46.817 pesos, de los que 7286 pesos se componían de los siguientes comprobantes:

- Entradas al partido de fútbol entre Real Madrid y Atlético Osasuna, 303 pesos.

- Entrada y consumiciones en el boliche Dejate Besar (“el club más popero y colorista de Madrid”, según su página web), por un total de 1140 pesos.

- Una valija para el viaje y una mochila (compradas en San Isidro), 1220 pesos.

- Chocolates, 602 pesos.

- Souvenires, 54 pesos.

- Libros, 121 pesos.

- Cinco ginebras inglesas en el bar del Museo Chicote, 439 pesos.

- Cervezas en un supermercado, otros 115 pesos.

Todos los recibos llevan las firmas de los gerentes y tienen dos sellos del IVC. Uno dice “Factura rendida” y otro, “Pagado”. A la rendición de estas facturas le siguió un nota firmada por Estivariz Barilati –es decir, uno de los que viajó– donde dice que “se ordena dar como válidos para la presente rendición (...) los comprobantes”. Tiene fecha del 27 de febrero de este año. Junto a la firma, Estivariz Barilati escribió “por Ivan Kerr”, que es el gerente general del IVC. Según pudo saber este diario, tras el escándalo que esto generó dentro del IVC intervino finalmente Kerr y ordenó revisar las cuentas.

Una nueva nota, del 4 de abril, da marcha atrás con el pago. La firma el mismo que “ordenó” que se reconocieran las facturas, es decir, Estivariz Barilati. Allí, el viajante señala que “se entiende por viático a la asignación diaria fija que se otorga a los/las funcionarios para atender los gastos personales que guarden estricta relación con la misión autorizada”. Le sigue una lista de comprobantes que “no se encuentran comprendidos en el concepto de viáticos” y que suman 7286 pesos. Estos directores cobran un sueldo promedio de 32.900 pesos, con un adicional de 11.752, a diferencia del presidente del IVC, quien cobra 47 mil pesos de sueldo básico, con un “adicional de autoridades superiores” de 7986.

Cuando el presidente del IVC fue consultado sobre estos gastos de sus gerentes, sostuvo ante este diario: “Es totalmente falso. No se pagó ningún partido de fútbol ni nada por el estilo. Esos documentos son falsos. La carpeta no contenía eso”. En una reunión posterior con directivos del IVC, este diario pudo comprobar que los recibos eran reales y formaban parte del expediente. “Los fondos fueron rechazados formalmente por el instituto. Además, aprobamos un nuevo reglamento de rendición de gastos”, afirmó Ivan Kerr. “Yo nunca aprobé el gasto. Nunca estuvo autorizado”, insistió.

–Eso corre por cuenta del IVC –respondió Kerr.

–Vamos a ver qué es lo que corresponde...