“Amigos son los amigos”, repetía el cantante favorito del líder del PRO, Freddie Mercury. Será por eso, tal vez, que el gobierno de Mauricio Macri decidió esperar a que la empresa de Nicolás Caputo concluya los trámites correspondientes ante la Inspección General de Justicia (IGJ) para adjudicarle la limpieza de las estaciones del metrobús. Mediante una licitación, la gestión PRO le otorgó parte de las tareas de limpieza a una empresa que fue investigada en la causa Skanska, otra parte a una que viene teniendo exclusividad en las mismas tareas en el Ministerio de Seguridad porteño y la Metropolitana y, por último, aclaró que lo va a esperar al ex compañero de Macri en el Cardenal Newmann para darle a su compañía la tercera parte.

Como informó este diario, la comunera del Socialismo para la Victoria Julieta Costa Díaz denunció que el gobierno porteño lanzó una nueva licitación para la limpieza de las 78 estaciones del metrobús. Tiene un costo de 59 millones de pesos: unos dos millones y medio por mes. Fue preadjudicada a empresas con vínculos estrechos con la gestión PRO y, una de ellas, puntualmente con el todavía procesado jefe de Gobierno.

Esta semana, se publicó la adjudicación a las empresas LX Argentina por 28.622.280 pesos, y a la empresa Cunumi por 24.864.000 pesos. LX Argentina es una empresa que viene obteniendo todos los contratos del ministerio que conduce Guillermo Montenegro para la limpieza de sus edificios. Recientemente, fue la única oferente de una licitación de la Policía Metropolitana por 11 millones de pesos. Cunumi fue la empresa que construyó varios tramos del bulevar de avenida Cabildo, que luego la gestión PRO decidió demoler para hacer el metrobús en esa zona. La legisladora Gabriela Cerruti denunció sobreprecios en esa contratación. Cunumi tiene como presidente a Nicolás Orsini, quien estuvo involucrado en la causa Skanka, donde “reconoció haber entregado facturas por trabajos que no realizó cobrando el 10 por ciento”, según detalló Costa Díaz.

Pero lo más curioso de la adjudicación es el caso de Caputo, uno de los hombres más cercanos a Macri. En la licitación se había presentado una Unión Transitoria de Empresas (UTE) integrada por Planobra y por SES. SES está integrada en un 50 por ciento por Caputo Construcciones y las dos empresas comparten el mismo presidente. Como no llegaron a hacer los trámites en la IGJ, el gobierno porteño decidió esperarlos y lo puso por escrito: dice que unos carriles están “preadjudicados a Planobra SA-SES SA por 15.466.667 pesos”, y que la adjudicación “se efectuará una vez acreditada la inscripción del contrato de la UTE ante la Inspección General de Justicia”. En la misma resolución, el ministro de Espacio Público, Edgardo Cenzón, asegura que “el servicio que aquí se licita reviste el carácter de urgente, esencial y necesario”.

Junto a la empresa del consigliere de Macri, aparece Planobra, que pertenece al Grupo RHUO (Recursos Humanos Organizados). Este grupo fue quien llevó adelante la actividad para 370 personas por la visita del ex presidente francés Nicolás Sarkozy en la Usina del Arte, que pertenece al gobierno porteño. El titular de Planobra le agradeció a Macri “por prestarnos este hermoso lugar”, dijo. Todas las empresas ganadoras tienen deudas impositivas con el gobierno porteño.

Según señaló Costa Díaz, la gestión PRO aclaró en tres circulares que las empresas ganadoras no deberán pagar por los materiales para reparar las estaciones, que serán costeados por el gobierno porteño y se los comprará exclusivamente a estas empresas. Tampoco tendrán a su cargo reparar los actos de vandalismo o siniestros. “Se nota que Macri es muy amigo de sus amigos. El problema es que lo hace con el presupuesto de la ciudad de Buenos Aires –indicó Costa Díaz–. Es tal la impunidad que tiene, que en una misma resolución en la que dicen que un servicio es urgente, por otro lado, tenemos que esperar a que el amigo de la infancia de Macri ponga sus papeles al día.”

No se trata del primer costo del metrobús que es cuestionado: el auditor Eduardo Epszteyn denunció que la obra original de la 9 de Julio y del metrobús del sur superó en un 50 por ciento su monto original, y que hubo un “altísimo nivel de sobreprecios” por parte de las dos empresas contratadas en esa ocasión: Bricons y Riva, la misma que tiene actualmente a su cargo la construcción del polo audiovisual en la Isla Demarchi.