EL PAíS › BUSH (DOS VECES CON LOS KIRCHNER)
ESTUVO DURO CON LOS ACREEDORES
“Llega el conquistador del Fondo”
Al mediodía el presidente norteamericano recomendó a Kirchner que peleara “hasta el último centavo también con los privados”. A la noche lanzó piropos. Cuál es, en detalle, el pensamiento del presidente argentino sobre la deuda y la negociación que viene con los tenedores.
Por Sergio Moreno
Había finalizado el almuerzo que Kofi Annan ofreció a los presidentes asistentes a la Asamblea de Naciones Unidas. Los mandatarios se levantaron de sus sillas y George W. Bush encaró a Néstor Kirchner, que no estaba lejos del presidente de Estados Unidos. “Mr. President, siga negociando así, con firmeza con los acreedores”, recomendó el texano. Fueron 15 minutos de conversación donde, según informó el vocero presidencial, Miguel Núñez, no faltaron las palmadas ni los gestos de simpatía. En la charla, Bush había vuelto a felicitar a Kirchner por la forma en que había manejado la tratativa con el Fondo Monetario Internacional, y por el acuerdo que alcanzó. “Siga adelante, no afloje y pelee hasta el último centavo también la deuda con los privados”, dijo el amigo americano según la versión transmitida por el gobierno argentino.
A la noche el trato se repitió en un piropo político-personal.
La parte política fue para Kirchner, cuando entraba a la cena en el Museo de Ciencias Naturales:
–Ahí llega el conquistador del Fondo... –dijo Bush.
Y siguió, bien fuerte, el piropo personal:
–... con la senadora más linda del mundo.
Los Kirchner sonrieron y entraron a la sala correspondiente. Era la del tiranosaurio Rex.
Kirchner había llegado ayer a la mañana, muy temprano, a Nueva York, para participar en la Asamblea General de la ONU y mantener una serie de encuentros aprovechando la gran cantidad de presidentes que asisten a este evento, como así también la vidriera que ofrece “The big apple”, Manhattan. La Asamblea es inaugurada, por tradición, desde hace 45 años, por el secretario general, en esta oportunidad Kofi Annan, quien da lugar a que digan sus discursos los presidentes del Brasil, primero, y de EE.UU., después. Pero Kirchner se pegó el gran faltazo, desairando a Luiz Inácio Lula da Silva, su par brasileño. Tal desaire pudo morigerarse horas después, cuando ambos se cruzaron en un pasillo de la Asamblea, antes del almuerzo ofrecido por Annan (ver nota aparte y más información sobre la ONU en las págs. 18 y 19).
Bush fue el regalo de la jornada. Sus palabras de aliento. Bush fue, durante la negociación entre Buenos Aires y el Fondo, crucial. Su influencia –la de su país– es determinante en las decisiones que toma el organismo financiero internacional. Así Washington jugó una carta fuerte para que haya acuerdo entre ambos. Ayer las felicitaciones fueron para el presidente argentino.
Kirchner tiene claro lo que le costó la negociación con el FMI. Y cuanto puso en juego en esa tratativa. “A 26 horas del default, sabía que si (yo) caía, me llevaba puesta a toda la burocracia del Fondo”, contó el Presidente a sus hombres más cercanos anteanoche, en el Tango-01, camino a Nueva York. Su debilidad, en algún punto, entiende Kirchner, era su fortaleza. Tanta como para acabar con la conducción de un Fondo Monetario cuestionado y supermonitoreado por los países más poderosos, todos ellos miembros de su board.
De algo que se vanagloria el patagónico es de lo que denomina transparencia en los puntos del acuerdo. La publicación que hizo el Ministerio de Economía en Internet sobre las cláusulas del tratado le quita, según el mandatario, cualquier opacidad. “Todos saben qué acordamos, de qué se trata, cuáles son los puntos, y que no hemos comprometido nada sobre tarifas ni compensaciones a los bancos”, categoriza.
Conforme con el resultado de la negociación, el sureño está convencido de que el dinero que saldrá para pagar intereses –para lo cual ha comprometido el tres por ciento de superávit primario en el 2004– volverá en reintegros que realizará no sólo el Fondo sino el Banco Mundialy el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). “Esta deuda es impagable; debemos una vez y media nuestro PBI”, suele repetir el Presidente a sus funcionarios. La crudeza de su convicción lo lleva a resignarse cuando constata las reacciones de los acreedores (esos contra los que Bush le aconsejó negociar con firmeza). “Ahora, una vez hecha la oferta (de la quita del 75 por ciento sobre el valor de la deuda), hay que aguantar los cachetazos y los gritos de los acreedores. Ellos y el FMI saben perfectamente que la Argentina no puede pagar más”, sostiene el Presidente.
Otros conceptos que maneja Kirchner sobre el acuerdo con el Fondo y la oferta hecha en Dubai se pueden resumir de la siguiente forma:
- “La quita del 75 por ciento es, en algún punto, beneficiosa para ellos; antes no iban a cobrar nada, ahora cobrarán el 25 por ciento”.
- “La mayoría de los bonos no está en manos argentinas, como dicen en la city, están en poder de fondos buitres que los compraron al 20 por ciento de su valor y piensan ganar 5 por ciento”.
- “Ellos (el FMI y los acreedores) saben que vamos a estar líquidos adentro”. (Traducción: la Argentina volcará gran parte de sus ingresos en mantener en marcha la economía y en gasto social.)
- “Cuando asumimos teníamos la banda, el bastón y un día de esperanza de vida. Después fueron dos, y así. Ahora estamos bastante mejor”.
Kirchner piensa volcar algunos –varios– de estos conceptos en su discurso ante la Asamblea General, que será mañana. No faltará dureza para referirse al Fondo, al ahogo que le provocó a la Argentina y a tantos otros países en vías de desarrollo.
Realista, el Presidente se expone sin triunfalismo. “No hay que estar ni deprimidos ni eufóricos”, dice. “Esto recién comienza”, cierra, como quien gusta del suspenso.