EL PAíS › EL GOBIERNO SIGUE DE CERCA LA CAUSA JUDICIAL CONTRA CAPRIOTTI Y BARRIONUEVO

Otro símbolo que está en la mira

En diciembre, el senador “se queda sin fueros” y puede ser la próxima María Julia en el ranking de los simbólicos presos. La causa podría ser la de los incidentes Boca-Chacarita, club que preside, por asociación ilícita. La historia de la mala relación con el Gobierno que nació con sus desprecios a Kirchner en campaña.

 Por Martín Piqué

“Pónganle un corresponsal y que lo siga a todos lados”, aconseja el funcionario desde su despacho de la Casa Rosada. Entre campechano e intrigante, el miembro del Gobierno habla de Luis Barrionuevo, senador y presidente de Chacarita Juniors. Su comentario –deslizado en forma inocente pero luego profundizado– sugiere que algo podría pasar con Barrionuevo “en diciembre, cuando se quede sin fueros”. El pronóstico resuena en el sector presidencial de Balcarce 50, a unos metros del despacho de Néstor Kirchner. El funcionario aclara que el Ejecutivo no tiene injerencia en materia judicial. Pero su expresión revela que el Gobierno sigue muy de cerca la investigación del juez Mariano Bergés, por la que ya fue detenido Armando Capriotti, mano derecha de Barrionuevo. Y que podría terminar con otra detención resonante, simbólica, comparable a la de María Julia Alsogaray.
Barrionuevo fue citado a declarar el 20 de octubre en la causa por “asociación ilícita, daños, coacción e infracción a la ley de violencia en espectáculos públicos” que tiene a su cargo Bergés. El juez investiga los incidentes del partido Boca-Chacarita jugado hace dos semanas. En ese marco ordenó la captura de Capriotti, que se concretó de forma al menos inusual: en la cancha de Chacarita, en pleno partido, con el dirigente esposado ante las cámaras de televisión. Bergés acusa a Capriotti de ser el “organizador” de la asociación ilícita, y Barrionuevo –al igual que el boquense Roberto Digón– podría recibir la misma acusación.
En el Gobierno siguen el caso con mucha atención. Especialmente desde el ministerio de Seguridad y Justicia, donde Javier Castrilli dirige el Programa de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos (Prosef). El propio Barrionuevo dijo que el juicio tiene motivaciones políticas y que está inspirado por el ministro Gustavo Beliz. La semana pasada, en una entrevista radial, Beliz declaró que Barrionuevo “puede ser afectado a la causa, ya que en diciembre no tendrá más sus fueros”. El cruce reveló otra vez el antagonismo que existe entre el senador y la mayoría del Gobierno.
El altercado comenzó en plena campaña presidencial –Barrionuevo casi despreció la candidatura del santacruceño–, y adquirió otra dimensión cuando Cristina Fernández de Kirchner fue agredida en Catamarca por militantes justicialistas y barrabravas de Chacarita. Desde entonces, la relación es irremontable. Después, la intervención del PAMI le agregó otro argumento a la pelea. Barrionuevo se propuso resistirla basándose en la “autonomía” que tenía la obra social de los jubilados. No lo pudo lograr y terminó distanciándose de los gordos de la CGT, como Armando Cavalieri y Carlos West Ocampo, que no querían poner en riesgo el vínculo con el Gobierno. “Se equivocó en priorizar lo del PAMI, se empecinó y provocó un desgaste innecesario en la relación”, analizaba ante Página/12 uno de los jefes de la CGT oficial.
Pero el hecho determinante fue la derrota en Catamarca, donde su hermana Liliana Barrionuevo perdió con el Frente Cívico y Social de Oscar Castillo. El fracaso lo obligó a resignar espacios en la provincia, mientras su adversario interno Ramón Saadi –a quien había derrotado en la interna– volvía a la carga por el control del PJ. También tuvo que renunciar a postularse otra vez como candidato a senador nacional por Catamarca. Luego de un conflicto con abogados y peleas callejeras, la justicia electoral le concedió la candidatura al sector de Saadi. Los aires venían complicados, y la situación se le complicó todavía más con los incidentes en la Bombonera. El panorama negativo se completó con el arresto de Capriotti.
Anteayer, Barrionuevo pidió licencia por tiempo indeterminado como presidente del justicialismo de Catamarca. Lo hizo por “motivos estrictamente personales”, aunque sus allegados confiaron que piensa reasumir su puesto al frente de Chacarita. El regreso coincide justamente con las detenciones de su hombre de mayor confianza y de dos barrabravasde su club, Luis “El Mono” Gómez y Héctor “Satanás” Manino. A los tres les fue rechazada la excarcelación y siguen presos. Un dato curioso: en el caso de Capriotti, sus abogados son Julio Golodny y Jorge Anzorreguy, hermano de Hugo, ex jefe de la SIDE menemista.
El viernes último, Capriotti prestó declaración ante el juez Bergés y el fiscal Marcelo Ruilópez, aunque no quiso responder nada y se limitó a leer un escrito que le habían preparado sus abogados. “La causa está dibujada”, se quejó luego ante los medios. Ese mismo día, Beliz dijo por una radio que Barrionuevo podía quedar “afectado en la investigación”. Esa declaración resumió lo que se circula en el Gobierno: la certeza de que el senador quedó debilitado por la serie de reveses, y que su situación judicial podría complicarse tanto por la investigación de Bergés como por otras cuestiones. “Es como cuando el pueblo descubre que el rey está desnudo. Se pierde el miedo y empiezan a aparecer las denuncias”, juzgaba ante Página/12 el funcionario del Ejecutivo mencionado anteriormente.
En el Gobierno se imaginan que el 10 de diciembre, cuando terminen su mandato los legisladores salientes y asuman los nuevos, comenzará una etapa complicada para Barrionuevo. Como no tendrá fueros parlamentarios, una eventual acusación de “organizador” de una asociación ilícita lo podría dejar preso. Fue justamente la misma figura legal la que llevó a Carlos Menem a quedar detenido en la quinta de Armando Gostanian, en Don Torcuato.
Preocupado en los hechos por la “calidad institucional”, en este Gobierno niegan con fervor que se ejerzan influencias de ese tipo sobre los miembros del Poder Judicial. En todo caso, dicen que son los jueces quienes, preocupados por “blanquearse”, aprovechan inocultables tendencias de la sociedad para ordenar arrestos o avanzar con ciertas causas. Por esta razón es que en el Ejecutivo no descartan que Barrionuevo quede preso hacia finales de año. El propio Beliz es un ejemplo. Y se suman otros funcionarios que piden hablar off the record, como el funcionario que conversó con este diario. Pero en el Gabinete también hay quienes piensan que el senador no corre el riesgo de ser detenido. “No, si nunca dejó nada atado a su persona”, afirmó, seguro, un ministro consultado por Página/12. Las diferencias se explican, en gran medida, por la cercanía con el Presidente o con su aliado y predecesor, Duhalde. Esto se entiende por la alianza que se profundizó entre Barrionuevo y Duhalde cuando el segundo llegó al Gobierno, con la incorporación de Graciela Camaño en Trabajo y la preservación del PAMI según su esquema original. En ese marco, uno de los miembros del Gabinete reconocía anteayer que “(Barrionuevo) éticamente es cuestionable, personalmente hasta es despreciable. Y hoy no encuentra solidaridades. Pero no creo que vaya a quedar preso. Ni de cerca ni de lejos. Porque es muy bicho, hace que otros pongan los ganchos”.
En la vereda opuesta a esa opinión, que proviene de un funcionario con lealtades compartidas entre Kirchner y Duhalde, se puede ubicar a Beliz y a otros miembros del Gobierno. Aquí no se percibe ninguna contemplación con Barrionuevo, mas bien todo lo contrario. Tampoco se distingue consideración alguna en la acusaciones de complicidad con la barra brava de Chacarita y en la forma en que Bergés está actuando. No se trata de una diferencia menor, porque a partir de ese y otros temas –como el descabezamiento de la Policía Federal– han surgido diferencias de criterio entre los ministros del Gabinete nacional.
Algunos consideran que tanto el retiro de Roberto Giacomino como las acusación contra Capriotti y los dirigentes de fútbol fueron y están siendo demasidado mediáticos. “El juez encontró una veta que le da centrimetraje y atractivo. ¿Qué diferencias puede haber entre Capriotti y Barrionuevo con el resto de los dirigentes?”, se preguntaba, con leve ironía, una de las autoridades de la CGT de Rodolfo Daer en diálogo con este diario. Ese argumento se escucha mucho entre los bonaerenses –léase los duhaldistas– cada vez que opinan sobre lo que hace Beliz. Casi desde que empezó su mandato, el ministro de Seguridad y Justicia concitó lasbroncas de varios dirigentes por su forma de trabajo. Una eventual avanzada contra Barrionuevo produciría algo parecido.
En última instancia, los matices en el tratamiento de la situación judicial de Barrionuevo descubren diferencias más profundas. Aunque en crisis y golpeado por las derrotas, en la CGT de Daer aún lo defienden. Dicen que aparte de su influencia dentro del PAMI, “los gobiernos siempre han tenido ingerencia” en ese organismo. Tampoco lo ven tan diferente de los otros presidentes de clubes de fútbol. A la hora de compararlo con ellos, dicen que no es tan distinto, que todos los clubes pactan con sus barras bravas. Y anticipan que Barrionuevo buscará refugio en Duhalde si llega a producirse la avalancha judicial en su contra. “Se va a acercar a Duhalde”, pronosticó un importante gremialista de la CGT oficial.
El pronóstico de los gordos no causa sorpresa si se lo coteja con la lista de diputados del PJ bonaerense. Allí figura Graciela Camaño, esposa de Barrionuevo, quien ocupó uno de las carteras con mayor presupuesto de la gestión de Duhalde –el ministerio de Trabajo– y tuvo a su cargo la distribución de los planes sociales en los diferentes distritos. Ahora será diputada en el Congreso nacional, para obedecer a Duhalde desde el enorme bloque del duhaldismo. Esa relación entre Barrionuevo-Duhalde se profundizó en los meses previos al 20 de diciembre de 2001, cuando el senador chicaneaba con “Kirchner al gobierno, Duhalde al poder”. Ahora, Barrionuevo esperará una ayuda del amigo si llegara a complicarse su situación legal.
El primer paso para enfrentar lo que venga pudo ser el pedido de licencia en Catamarca para concentrarse en Chacarita. Desde ahí tendrá que soportar los avances del juez Bergés y de la causa 55.201, iniciada por los incidentes en Boca-Chacarita del 31 de agosto. Al final, habrá que ver si el confinamiento de Capriotti en el penal de Villa Devoto queda simplemente como un mal trago del pasado, o se convierte en el prolegómeno de lo que le podría tocar a él. Por lo pronto, desde el gobierno nacional –y aunque con disidencias– proponen a la prensa “que lo sigan a todos lados”, como si él, Barrionuevo, el que se definía como “operador todo terreno”, pudiera quedar preso apenas desaparezcan sus fueros.

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