El fiscal federal Gerardo Pollicita, quien impulsó la denuncia del fallecido Alberto Nisman por el presunto encubrimiento del atentado a la AMIA, defendió ayer su tarea y explicó por qué considera que la Sala I de la Cámara Federal porteña debería hacer lugar a la apelación que presentó en contra de la decisión del juez Daniel Rafecas de desestimar el caso. “Lo que no podemos, en una investigación seria, donde están imputadas personas de tan alto nivel gubernamental y que ha generado tanta controversia, es no profundizar y decirle a la gente ‘esto es cierto o esto no es cierto’; mínimamente hay que hacer las medidas”, explicó el fiscal.

Pollicita consideró “prematura” la decisión de Rafecas de rechazar la denuncia de Nisman y ése fue el argumento de su apelación, que finalmente recayó en la sala de la Cámara Federal porteña que integran Eduardo Farah, Jorge Ballestero y Eduardo Freiler. “No hay una cuestión de tomar una postura u otra, sino de investigar, profundizar y llegar a una conclusión que deje tranquilo a todo el mundo, incluso a las propias personas denunciadas”, explicó ayer su posición.

El fiscal, por otro lado, dejó en claro que “en ningún momento me sentí condicionado” y contó que “en muchos días no abrí los diarios ni escuché la radio”. También fue contundente en el sentido de que nadie lo presionó y afirmó contar con “apoyo” para investigar el caso por parte de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó. “Hoy tengo apoyo de la Procuración General”, recalcó.

“Soy simplemente un fiscal que realmente quiere trabajar y que quiere dar una explicación a lo que está ocurriendo”, dijo también Pollicita.