En la cuenta regresiva hacia la Convención Nacional del próximo sábado en Gualeguaychú, los dirigentes radicales se encuentran abocados a la tarea de hacer un punteo de votos de convencionales para su posición. Como es tradición a esta altura, desde ambos sectores aseguran contar con la mayoría. Ayer, el titular de la UCR y precandidato presidencial, Ernesto Sanz, ratificó su postura de “avanzar en un acuerdo con el PRO y la Coalición Cívica sin perjuicio de que luego pueda ser un acuerdo más amplio”. Anoche, Sanz se cruzó con su rival Julio Cobos en televisión. “No tergiversés”, le reclamó insistentemente el ex vicepresidente.

“El radicalismo tiene hoy una misión importante, no para el partido, no para una cuestión electoral. El radicalismo tiene que contribuir a la construcción de una alternativa de gobierno en la Argentina” que “deje atrás el modelo del populismo” y les dé a los argentinos “el cambio que están reclamando”, expresó Sanz, a manera de declaración de principios.

Habrá dos posiciones más o menos definidas en la convención del sábado. La de Sanz, que propone sumarse a la alianza de Mauricio Macri y Elisa Carrió, presentándose él mismo como el precandidato radical en la entente. En la vereda de enfrenta se ubican Cobos, el senador Gerardo Morales y el diputado Ricardo Alfonsín, aunque la posición de los tres muestra diferencias entre sí.

Alfonsín insiste en mantener al radicalismo dentro del casi extinto Frente Amplio Unen, pero la idea no encontraría mayor eco. Esa otra alianza, de perfil de centroizquierda, llevaría en esta ocasión como candidata a Margarita Stolbizer luego de la deserción del socialista Hermes Binner. Queda por saber si la diputada del GEN podrá arrastrar el apoyo de algunos radicales desencantados con el rumbo de su partido.

Morales, por su parte, busca que la alianza no se circunscriba a Macri sino que sume a toda la oposición. Concretamente, piensa en el Frente Renovador de Sergio Massa, con quien cerró un acuerdo para que lo apoye como candidato a gobernador en Jujuy. El problema de esta postura es que Macri ya dijo que no aceptaría ningún acuerdo con Massa, con quien quedó enfrentado luego de la última elección. Carrió, peor, no para de denunciar que Massa es un aliado de los narcos.

Julio Cobos es de la idea de mantener la identidad del radicalismo como fuerza de centroizquierda, lo que impediría un acuerdo con Macri. En cambio, a priori, no descarta a Massa. Tampoco al socialismo, a Stolbizer y los demás “viejos” aliados. Pero preferiría marchar solo en primer término para luego buscar alianzas en el ballottage.

De acuerdo a las cuentas que hacía anoche en este sector, los convencionales que respondían a Cobos, Morales y Alfonsín, sumados, eran más de los que votarían por Sanz.

No era la impresión que tenía Sanz, que adelantaba un “importante” consenso para su posición. “De esa convención saldrá un único candidato a presidente del radicalismo, porque en cualquiera de los casos que se elija una coalición, siempre el radicalismo va a ir a competir en las primarias con candidato propio”, adelantó Sanz en una entrevista radial.

Sanz dijo sentirse ganador porque “el año pasado dimos libertad y autonomía a nuestros distritos y provincias para que fueran avanzando en acuerdos. Hoy, cuando uno mira el mapa del país, hay muchas provincias que han ido avanzando en acuerdos con el PRO”. “Hago un análisis objetivo, si esto es lo que está pasando en el interior del radicalismo, debería reflejarse de esa manera en la convención”, apuntó. Consultado sobre las críticas que recibió su propuesta porque dejaría al radicalismo detrás del PRO, dijo que existe una “visión equivocada”. “Avanzar en definiciones, definiciones concretas con dos partidos que han estado en todos estos años en el arco de la oposición al kirchnerismo”, imaginó Sanz.