Jueves, 14 de mayo de 2015 | Hoy
EL PAíS › NISMAN HIZO 59 VIAJES AL EXTERIOR MIENTRAS ESTABA A CARGO DE LA UNIDAD FISCAL AMIA
Un informe de la Dirección Nacional de Migraciones muestra que, en los últimos cinco años, Nisman estuvo 411 días en el exterior. Un análisis de los viajes revela que una mínima parte tuvo que ver con trabajo y la mayoría fue a destinos turísticos.
Por Raúl Kollmann
El fiscal Alberto Nisman realizó nada menos que 59 viajes al exterior mientras estuvo a cargo de la Unidad Fiscal de Investigación AMIA, con un record de 17 visitas a Estados Unidos. Sin embargo, lo llamativo es que hubo años en que estuvo más de dos y hasta tres meses fuera del país: en 2009, pasó 98 días lejos de Argentina; en 2010, 74 días afuera y la marca máxima fue en 2011, con 100 días de viaje, incluyendo seis periplos a Estados Unidos, donde pasó 65 días. El total es escalofriante: en los últimos cinco años estuvo 411 días en el exterior, el equivalente a un año y dos meses. El informe de la Dirección Nacional de Migraciones parece encajar con lo señalado durante años por los familiares de las víctimas del caso AMIA agrupados en Memoria Activa, que varias veces dijeron públicamente que “Nisman viaja mucho y trabaja poco”. Un análisis de los periplos demuestra que una mínima parte tuvo que ver con trabajo: de los últimos seis viajes, dos fueron a México con modelos; dos a Brasil –obviamente de vacaciones–, uno a Chile de compras y el viaje a España con su hija. Pese a estos datos, la familia presentó el pedido de liquidación de cien días de vacaciones, por un millón de pesos, alegando que el fiscal nunca se tomó las licencias correspondientes. El pedido lleva la firma de su ex esposa, Sandra Arroyo Salgado, en representación de sus dos hijas.
El informe de Migraciones llegará seguramente hoy a la fiscalía a cargo de Viviana Fein. El objetivo es investigar qué pudo haber llevado a Nisman a la muerte, enemigos posibles, tramas internacionales y motivos ocultos. El análisis de los viajes ahora deberá ser chequeado por la Procuración: ahí figuran unos pocos pedidos de autorización y viáticos para misiones de trabajo. Por lo que se sabe, no existen ni siquiera pedidos de licencias de vacaciones, lo que ahora derivó en que la familia esté pidiendo un millón de pesos por cien días de vacaciones no tomadas de los últimos diez años. La planilla de Migraciones evidenciaría que Nisman estuvo largas temporadas fuera del país, gran parte de vacaciones y en viajes con pocas explicaciones.
Lo primero que llama la atención del informe de Migraciones es la cantidad de días que Nisman pasó fuera del país, más teniendo en cuenta que hoy por hoy la información se transmite por vía electrónica: no hay que ir a buscarla.
Se podría argumentar que en la causa AMIA había que investigar la conexión internacional, pero lo cierto es que el centro de la pesquisa era –y es– la Argentina y los interrogantes alrededor del atentado están en el país: no se sabe de dónde salieron los explosivos; si hubo o no un suicida, cuál fue la ruta de la camioneta desde las manos del armador trucho, Carlos Telleldín, hasta Pasteur 633; cómo ingresaron los terroristas a la Argentina, con qué nombres, quiénes fueron los cómplices y decenas de preguntas más que hasta ahora no tienen respuesta y que seguro Nisman no las fue a buscar afuera.
Tampoco tenía sentido ir a buscar al exterior datos sobre otra investigación clave de la UFI-AMIA: la causa por encubrimiento. En ese expediente se investiga el desvío de la pesquisa durante el gobierno de Carlos Menem, e incluye como imputados al riojano, la SIDE, el juez, los fiscales y todos los que participaron del primer tramo de la pesquisa. Nada de esa causa se encuentra fuera de la Argentina y, sin embargo, Nisman no dejó de viajar.
En 2009, por ejemplo, el fiscal estuvo 24 días en Estados Unidos; 35 días en España (aunque posiblemente ésta sea sólo una escala hacia Israel o un viaje de placer a Europa); 8 días en Brasil y 31 días en Uruguay. Este resumen indica que estuvo tres meses y diez días fuera de la Argentina.
Al año siguiente, 2010, Nisman viajó nada menos que cuatro veces a Estados Unidos y pasó allí 48 días, el equivalente a un mes y medio. Ya en 2011 pasó 100 días fuera de la Argentina.
En cinco años, Nisman pasó en el exterior 411 jornadas: es seguro que ningún otro fiscal de la Argentina registra semejante nivel de ausencias del país.
El segundo dato que asombra es la cantidad de viajes a Estados Unidos desde que se creó la Unidad AMIA: Nisman estuvo 17 veces en suelo norteamericano, con el pico máximo en 2011, cuando viajó a los EE.UU. seis veces y estuvo allá 65 días, más de dos meses.
Los datos surgidos de la organización Wikileaks demuestran nítidamente el vínculo de Nisman con la Embajada de Estados Unidos en la Argentina, al punto de que llevó escritos para que le corrigieran, no les pareció bien y terminó llevándoles otro texto. Todo esto fue reflejado en su momento por Página/12 y luego se publicó en forma detallada en el libro Argenleaks, de Santiago O’Donnell. Los cables de la embajada norteamericana demostraron que los funcionarios estadounidenses le exigían a Nisman que no investigara los desvíos en la investigación o la conexión local, sino que se concentrara en acusar a los sospechosos iraníes, algo que encajaba con la política exterior de Washington.
En los últimos cinco años, haciendo una sumatoria elemental, Nisman estuvo 150 días en Estados Unidos, el equivalente a cinco meses. El ex director ejecutivo de la DAIA Jorge Elbaum testimonió que Nisman no sólo tenía vínculos con las autoridades norteamericanas sino también con una fundación vinculada con los fondos buitre, la Fundación de Defensa de la Democracia, financiada por Paul Singer. En alguna foto se lo ve a Nisman disertando con el auspicio de la FDD, lo que seguramente explica alguno de los viajes y su relación con la derecha republicana.
Una mirada a las últimas travesías del fiscal lleva a gravísimas sospechas respecto de sus viajes. Parece evidente que una parte importante fue de vacaciones, sin pedido de licencia, por lo que no se justificaría que se las paguen a sus deudos.
Si se toma 2014 y los primeros días de 2015, los datos son llamativos.
- Hubo dos viajes a México. El 24 de octubre de 2014 salió por Ezeiza y volvió el 2 de noviembre. Nueve días, volando por Aeroméxico. Es el famoso viaje con la modelo Florencia Cocucci y otra chica más. La joven declaró ante Fein que no sabe quién pagó los gastos, algo que a esta altura parece evidente.
- El viaje anterior a México fue el 27 de marzo de 2014. También salió por Ezeiza en avión de Aeroméxico. Es un viaje que se corresponde con las fotos con otra acompañante. Regresó el 6 de abril. El periplo fue de diez días.
- Por supuesto que es conocido el periplo por Europa con su hija, a principios de 2015. Tampoco fue un viaje de trabajo, sino una especie de regalo a la adolescente por su cumpleaños de quince. Salió el 1º de enero y regresó el 12, en ambos casos por Iberia.
- En 2014 también hay un viaje de tres días a Chile. Ida el 12 de mayo por Aerolíneas, regreso el 14 por Austral. Es la excursión de compra de ropa que contó el técnico Diego Lagomarsino. No fue un viaje de trabajo ni fue en un fin de semana: salieron un lunes y volvieron un miércoles.
- También Nisman estuvo dos veces en Brasil durante el año pasado. No hay registros de que pidiera viajar por trabajo, aunque en la Triple Frontera se encierran algunas claves del atentado contra la mutual judía. Sin embargo, Nisman viajó a destinos turísticos. El primer viaje fue de 15 días, en enero, saliendo el 6 y volviendo el 22 por TAM.
- El segundo viaje también fue al Brasil turístico. Se concretó en septiembre, saliendo el 21 vía TAM y regresando por la misma compañía el 28.
Sólo considerando esos viajes, Nisman estuvo fuera de la Argentina 61 días, dos meses, y ninguno por trabajo. Si la Procuración hace el cálculo como debe ser, la liquidación pedida por la familia debería dar saldo negativo, porque se tomó muchísimas más vacaciones que las que le correspondían.
La planilla de Migraciones refleja 13 viajes a España. En verdad, da la impresión que se trata de escalas, posiblemente a Israel (uno de los tres viajes por los que pidió autorización) y a dos asambleas de Interpol. Sin embargo, a la mayoría de los periplos no los reportó como de trabajo, de manera que no está claro para qué fue. Tal vez sean también de vacaciones.
Hay viajes a Uruguay de un solo día, posiblemente como los que mencionó la madre, Sara Garfunkel, a firmar papeles por los tres terrenos en Punta del Este. Garfunkel dice que no recuerda cuándo fue, ni siquiera por qué vía. Las planillas indican que las idas y vueltas a Uruguay se hicieron por Buquebús.
Una parte importante de los viajes se dieron en enero de cada año. Se repiten invariablemente en esa época de feria judicial: en enero de 2011 a Uruguay; enero de 2012 a México; enero 2013 y enero 2014 a Brasil. Ni fueron reportados ni parecen viajes de trabajo ni pidió que se le computaran como vacaciones. Las escapadas a México, al estilo del viaje con Cocucci, se concretaron todos los años, incluso dos veces por año, desde 2012. Siempre en un plan parecido: diez días a alguna playa del Caribe.
Lo que se refleja en este calendario no es una investigación dramática ni vertiginosa ni llena de peligros. Más bien queda claro en qué se basaban los familiares de las víctimas de Memoria Activa cuando insistían en que el fiscal “viaja mucho y trabaja poco”. Desde hace varios años que Memoria Activa venía pidiendo la remoción del fiscal por ese motivo.
Tampoco parece existir en esa agenda de periplos un hostigamiento que explique la muerte de Nisman: a prácticamente ninguno de estos viajes llevó custodia o advirtió de riesgos. A primera vista, el escenario de un fiscal perseguido por comandos de terroristas internacionales no encaja con estas planillas de Migraciones. De todas maneras, el expediente todavía tiene un largo camino por delante.
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