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Genoveva María Ferrero ingresó a la Legislatura porteña por apenas 54 votos como la decimoquinta diputada del PRO en las últimas elecciones. Abogada de 31 años, es la directora general de Suministros de la Policía Metropolitana, un cargo desde el cual, la fuerza confecciona el plan operativo anual de compras, controla y hace seguimiento de las contrataciones o planifica la distribución de los materiales entre sus integrantes, entre otras funciones. Durante su gestión, que comenzó el 24 de agosto de 2011, se decidió emprender la adquisición de las cuestionadas pistolas Taser que finalmente no se concretó porque el gobierno macrista revirtió su anuncio de utilizarlas por las críticas recibidas. La funcionaria es la que más duró en esa dirección clave de la Policía, que tuvo su bautismo en la Ciudad en febrero de 2010.

Convertida en diputada electa, Ferrero disputó hasta el viernes pasado una banca con Claudio Morresi, el ex secretario de Deporte de la Nación y candidato por el Frente para la Victoria. La militante que responde en la interna partidaria al ministro de Ambiente y Espacio Público, Edgardo Cenzón –quien también pasó por la Metropolitana–, vivió los días de campaña electoral repartiendo botones antipánico entre vecinos y jubilados agradecidos de las comunas 4, 12 y 15.

Esos actos en el ejercicio de su cargo le dieron bastante exposición pública. En algunas comunas acompañó a los candidatos Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli de recorrida. Invariablemente lució ataviada con la remera amarilla del PRO y la inscripción “Geno Ferrero legisladora” sobre el pecho. Un gesto autorreferencial al que se sumó, por ejemplo, José Luis Acevedo con una fotografía para el Facebook de la funcionaria. Es legislador electo y renovó su banca. Cuando era subsecretario de Fortalecimiento Familiar y Comunitario porteño, fue partícipe activo en algún desalojo violento de la desmantelada UCEP, la patota del Espacio Público que atacaba a los indigentes que viven en las calles.

Genoveva es hija de una ex diputada de la CABA. Fernanda Ferrero inició su trayectoria en la política en la UCeDé de Alvaro Alsogaray, siguió con Domingo Cavallo y Ricardo López Murhpy y después se pasó al bloque de Juntos por Buenos Aires, aliado al macrismo en la Legislatura.

La madre de la directora general de Suministros de la Metropolitana es la misma que en una serie de notas de 2005 publicadas en este diario fue vinculada como accionista a la financiera Vanexva, en la que el genocida Emilio Massera blanqueó sus bienes mal habidos. Ella negó la información en momentos que presidía la comisión de juicio político contra Aníbal Ibarra que terminó en su destitución. Lo último que se supo de su labor fue un dato académico. En 2012 dirigía un instituto terciario dependiente del Ministerio de Educación porteño.

Era previsible que el destino político de Genoveva no fuera tan azaroso y sí producto de cierta coherencia militante y de familia. Con alta exposición en la comuna 13, ya había participado en su adolescencia de un acto partidario en el que su madre acompañaba la candidatura presidencial de López Murphy. En 2003, Clarín la describió así: “Señoras y señores: nos ponemos de pie para recibir a la Bandera de ceremonias”, ordenó el locutor en medio de la oscuridad perforada por un reflector. Genoveva Ferrero –hija de la diputada Fernanda Ferrero, cavallista en el exilio– fue una de las chicas de guardapolvo blanco que escoltó la insignia durante el Himno”. Aquel encuentro fue en el Luna Park y el candidato del bigote rígido y cara de bulldog lanzó: “Vamos a echar a las patotas del poder”.

Hoy, desde la Policía Metropolitana, Ferrero se ocupa de los insumos de la fuerza y en eso entra de todo. Desde chalecos antibalas a credenciales para el personal, desde arreglos florales por 30.400 pesos hasta cortinas por 88.241 pesos para las comisarías 4 y 12. Los boletines oficiales de la CABA pueden dar fe de ello. Se trata de adquisiciones que requieren “de urgente e imprescindible necesidad cuya prestación no admitió interrupción o dilación”.

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