“La agenda del desarrollo es producir cada vez más para que en la Argentina se pueda vivir cada vez mejor”, definió el candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, ayer en la cena del Círculo Celeste y Blanco que celebró con la presencia de empresarios, figuras del deporte y el espectáculo y dirigentes políticos para dar comienzo al tramo final de la campaña de cara a los comicios del 25 de este mes. Casi afónico, el gobernador bonaerense dio un discurso de poco más de media hora, en el que esbozó algunas definiciones respecto de su plan de gobierno. Sin mencionarlo, criticó a su adversario de Cambiemos, Mauricio Macri y le bajó el precio al debate presidencial al que rehusó asistir. Además, volvió a prometer bajar el IVA a jubilados que reciben la mínima y a los beneficiarios de planes sociales y se comprometió a “conservar la protección” a los sectores de la industria que generan valor agregado.

Unos 3500 comensales pagaron entre 2500 y 10.000 pesos para formar parte del evento, que comenzó puntualmente a las nueve de la noche con un discurso del vicegobernador Gabriel Mariotto, que definió a Scioli como heredero de las ideas políticas de Juan Domingo Perón y del papa Francisco. Mientras algunos comensales terminaban de llegar (entre los más demorados estuvieron el jefe de Gabinete y candidato a gobernador, Aníbal Fernández; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y la actriz Andrea del Boca) y otros degustaban la entrada de fiambres y quesos, se sucedieron los oradores preliminares: el ministro de Economía y candidato a diputado, Axel Kicillof, el titular del PJ y gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner, y el candidato a vicepresidente, Carlos Zannini.

Scioli subió al escenario minutos antes de las diez. “Quiero transmitir certidumbre, previsibilidad, confianza, tranquilidad, para cuidar los logros y encarar lo que falta. Este no es el momento de experimentar en las urnas, es el momento de ir a votar a lo seguro, a lo conocido, a lo que ha dado resultado”, dijo, apuntando contra Macri: “Desarrollar es mucho más profundo que cambiar”, aseguró. Y luego hablo de “alguno ahora se acuerda del norte argentino, porque es momento de campaña, horas después de que el candidato opositor presentara su plan para esa región. Tampoco eludió las críticas por rehusarse a participar del debate de este fin de semana: “Muchos hablan de los debates. Los debates más profundos, más serios que venimos dando son escuchando a cada una de las cadenas productivas, de los trabajadores, de las universidades”, agregó.

En la mesa principal lo aplaudían su mujer, Karina Rabolini; el secretario general de la Presidencia, Eduardo de Pedro; Kicillof; el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez; Domínguez; Aníbal Fernández; el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri; el de Chubut, Martín Buzzi; el de Mendoza, Francisco Pérez; la mandataria electa de Tierra del Fuego, Rosana Bertone; Zannini; Mariotto y el ex ministro de Salud y gobernador electo de Tucumán, Juan Manzur, que recibió menciones especiales por parte de Scioli y de Zannini en sus discursos por la ofensiva de la oposición para anular los comicios en esa provincia e impedirle asumir.

“No quiero de la Argentina nunca más un paraíso financiero ni fiscal. Hagamos de la Argentina un paraíso productivo donde todo el que pueda trabajar, trabaje, todo el que pueda producir, produzca y el Estado apoye, proteja y estimule”, definió el candidato presidencial, que destacó la prioridad en “atender las necesidades del mercado interno porque sin él no se puede estar preparados ante los vaivenes del mundo”. Respecto al valor del dólar aseguró que “el tipo de cambio lo va a fijar el Banco Central con un sistema de flotación administrada competitiva” en función de la economía productiva. “Nosotros no vamos a dejar como propone el nuevo jefe de la alianza que lo maneje el mercado y que el capricho de unos pocos pueda barrer con el poder adquisitivo de los trabajadores”, concluyó, mientras la gente se tomaba selfies para subir a las redes y los mozos comenzaban a repartir el ojo de bife, plato principal del menú.