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La idea de alcanzar una “gloriosa y única” Confederación General del Trabajo se vuelve cada vez más remota. Desavenencias de último momento surgidas entre la central oficial y la rebelde hicieron caer el encuentro que ambos sectores debían mantener mañana como parte del proceso de unificación.
El eje del conflicto es la aparente pretensión del titular de la CGT oficial, Rodolfo Daer, de quedarse con la representación sindical de la OIT en Ginebra. En la actualidad, ese cargo lo ocupa el telepostal Ramón Baldassini.
Daer reconoció que el encuentro “no se hará” y dijo en cambio que procura convocar a una “previa” para el jueves, aunque tampoco pudo confirmar si ese cónclave será aceptado por el sector rebelde. También el titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Juan Manuel Palacios, enrolado en la CGT rebelde del camionero Hugo Moyano, admitió que el encuentro de mañana no había sido aún confirmado ni ratificado por los distintos sectores.
La reunión debía realizarse en la sede gremial de Obras Sanitarias, que conduce José Luis Lingieri, de la CGT oficial, de los gordos. Los voceros rebeldes señalaron que “ya no hay más espacio para previas”, enfatizaron que esa posibilidad “es simplemente una maniobra de quienes no desean la necesaria e imprescindible unidad de los trabajadores” y revelaron que “se trata de una cuestión de principios y convicciones que, evidentemente, no todos poseen”.
Otro vocero rebelde adelantó que, de persistir la actitud de la central obrera oficial, “vamos a lanzar una autoconvocatoria para determinar fechacientemente quiénes desean o no la unidad del movimiento obrero” y señaló que, indudablemente, las organizaciones que quieren unificarse “son mucho más numerosas”. Las sospechas no sólo recaen sobre Daer, sino también sobre Carlos West Ocampo y Armando Cavalieri.
En principio, se indicó que esa autoconvocatoria podría lanzarse “en algún momento” entre el 1° y el 10 de diciembre.