EL PAíS › EL EX DIPUTADO JAIME DRI TESTIMONIO EN ROSARIO
Con el recuerdo de Galtieri
Dri, sobreviviente de la ESMA, viajó de Panamá, donde reside, para reconocer los campos clandestinos de detención La Quinta de Funes, La Intermedia y la Escuela Magnasco.
Por José Maggi
Desde Rosario
Jaime Dri recorrió ayer tres centros clandestinos de detención donde estuvo detenido durante la última dictadura: la Quinta de Funes, ubicada en diagonal San José y ruta 9; La Intermedia, una casa ubicada sobre la autopista Rosario-Santa Fe, frente al Automóvil Club Argentino en la zona de La Ribera, y la Escuela Magnasco, de Ovidio Lagos y Zeballos. La comitiva estuvo integrada por Cecilia Nazábal, Alicia Gutiérrez y Eduardo Toniolli, además del juez Omar Digerónimo y su secretario Guillermo Toledo. El momento más emotivo de la recorrida fue justamente el encuentro con los familiares de Eduardo “Cabezón” Toniolli y de Fernando Dussex, con quienes compartió el encierro.
El ex diputado Jaime Dri fue el primero en revelar que los grupos de tareas del Ejército operaban una red de centros clandestinos de detención en las afueras de Rosario. Dri escapó de la dictadura el 19 de julio de 1978. Poco después, en una conferencia de prensa en París –en la que participó el ex presidente François Mitterrand– denunció el genocidio. “El 27 de diciembre (de 1977) fui sacado de la ESMA y trasladado por personal militar del Ejército a una casa quinta en Funes, donde permanezco detenido con otros secuestrados, entre ellos Tulio Valenzuela, que se escapa en el mes de enero (de 1978). Allí fui interrogado, agredido y amenazado de muerte por el general Jáuregui y conocí al general Fortunato Galtieri”, reveló. El primero de los sitios visitados ayer fue la Quinta de Funes, donde recreó ese encuentro con Galtieri, Jáuregui y el teniente Daniel Amelong. La Quinta de Funes está casi igual a como la recordaba Dri, y no tiene sótano, detalle de importancia para establecer el lugar donde estuviera detenido el actual canciller Rafael Bielsa.
Dri dijo haber estado donde ahora hay un baño, una sector auxiliar donde estaban los vestuarios y baños de la pileta. En la casa principal no vio diferencias y en la parte posterior hay un casa, con algunas modificaciones, que reconoció a simple vista.
Luego se dirigieron a La Intermedia, una amplia casona donde pudieron acceder al sector principal, aunque no pudieron entrar a una construcción anexa donde estuvieron detenidas al menos 16 personas. Dri recordó que se alojaron allí cuatro matrimonios en la planta alta y siete hombres solos en la planta baja. Pudo reconocer un sitio donde iban al baño, que mantiene su estructura original. La propiedad pertenece a Miguel Amelong, familiar del teniente Juan Daniel Amelong, que actuara a cara descubierta frente a Jaime Dri. Está ubicada sobre la autopista que une Rosario con la capital provincial, sobre la mano izquierda circulando hacia Santa Fe, justo frente a la estación de servicio del ACA. El recorrido culminó en la Escuela Magnasco, donde hubo importantes reformas, que no impidieron que Dri la reconociera. Recordó ambientes amplios, que podrían ser salones, en uno de los cuales incluso pudo ver hacia la calle. Contó que llegó a la Quinta de Funes en los últimos días de diciembre de 1977 y estuvo hasta el 19 de enero de 1978, cuando lo trasladaron a la Escuela Magnasco por 20 días y luego al Intermedia.
Dri refrendó sus dichos sobre El Fortín o El Castillo, donde pasaron los detenidos por Leopoldo Galtieri, “más de 100 personas”, según el relato que escuchó de sus compañeros desaparecidos. Desde Francia, Dri había asegurado que los sobrevivientes de El Fortín habían hecho una escala en otra casa de campo, antes de la Quinta de Funes. Estuvieron en La Intermedia, cercana al río Carcarañá y a la autopista Santa Fe-Rosario, a la que volvieron después, en enero de 1978, cuando Valenzuela se escapó a México y denunció al genocida Galtieri. La importancia del testimonio de Dri es el relato directo de lo ocurrido en los ahora reconocidos centros de clandestinos de detención, algunos de los cuales recobraron con el tiempo su normal funcionamiento, tal como ocurre con la Escuela Magnasco, o albergan familias que disfrutan de los jardines donde en otro tiempo se sembraba la muerte.
Juan Carlos Tizziani, periodista de Página/12, declaró ayer ante el juez federal Omar Digerónimo aportando fechas y lugares donde habrían estado desaparecidos. Con respecto a una nota de Dri sobre El Fortín -que Tizziani reprodujera hace 10 días en este diario–, entregó tres cartas, una de Liliana Nash de Bruzzone, que desapareció junto con Fernando Dussex el 8 de agosto de 1977. Una de ellas, dirigida a su suegra, Irma de Bruzzone, en noviembre de 1977, revela que estaba viva, tres meses después del secuestro.
La segunda carta es de Carlos Rodolfo Laluf, conocido como “Nacho”, enviada a su padre Carlos Laluf, el 4 de setiembre de 1977. Esa carta la envió junto con su hijo Carlos Ignacio, que era un chiquito de dos o tres años, quien fue abandonado en la Plaza de las Banderas de Santa Fe. La tercera pertenece también a Laluf y es de setiembre de 1977, en donde cuenta que está en una casa de “máxima seguridad”. Los Laluf recibieron cartas hasta el 10 de marzo de 1978. Nacho envió cartas desde México, San Pablo, Asunción y Río de Janeiro. “Una de ellas está fechada el 15 de enero de 1978 y dice a su familia que pueden escribirle a una casilla de correo de Rosario, poniendo en el sobre el DNI 8.433.829, sucursal de correo Nº 3, Ituzaingo 1059, 2000 Rosario, dentro de otro sobre dirigido a Miguel, el nombre falso que usaba”, recordó Tizziani.