EL PAíS › KIRCHNER LE PEGO MUY DURO AL FMI EN SU DISCURSO EN LA CUMBRE
Cuando el Mercosur sirve de tribuna
Sorpresivamente, en un discurso que suele ser formal, el Presidente argentino anunció que no aceptará presiones para aumentar los pagos por la deuda externa. En estos días se venía hablando de nuevos reclamos del Fondo Monetario a Argentina.
Por Fernando Cibeira
El presidente Néstor Kirchner rompió la armonía de los anodinos discursos poblados de buenas intenciones que suelen rellenar las cumbres regionales, como la de ayer del Mercosur, en Montevideo. Enojado por la filtración de un documento que indicaba que el organismo estaría pensando en una revisión del acuerdo firmado hace apenas tres meses, el Presidente eligió un blanco conocido: el FMI. “No aceptaremos ninguna presión, abierta o encubierta, para que aumentemos los pagos al exterior”, puntualizó. Una alta fuente de Cancillería aclaró luego que hasta ahora no se había formalizado ninguna presión. “¿Conoce la expresión ‘curarse en salud’?”, definió. La salida K contra el Fondo fue el dato político de una jornada en la que Argentina acaparó la jefatura del Mercosur: Kirchner asumió la presidencia pro tempore, en tanto Eduardo Duhalde se hizo cargo de la titularidad de la comisión de representantes del bloque. Al decir del uruguayo Jorge Batlle, “el Romano Prodi de Sudamérica”.
Habitualmente, los discursos de las cumbres se preparan durante unos cuantos días recopilando datos de las áreas de Cancillería que se ocupan del área. Así sucedió en este caso –se ocuparon la Subsecretaría de Políticas Latinoamericanas de Eduardo Sigal y la de Política Exterior de Eduardo Sguiglia–, pero a último momento llegó el ministro de Economía, Roberto Lavagna, pidiendo cancha. Las tres hojas del discurso que se dedicaron al FMI fueron injertadas al mensaje original. Lavagna quiso –y Kirchner aceptó enseguida– que se le diera a la filtración –en Gobierno decían que intencionada– del documento del Fondo una respuesta oficial.
“El reciente acuerdo con el FMI estableció con claridad el compromiso argentino de repago de la deuda, compatible con nuestros objetivos internos. Olvidar este texto a sólo unos meses de aprobado significaría que otros no están cumpliendo con lo recientemente acordado y claramente especificado allí”, sostuvo Kirchner. Tomó aire para darle mayor énfasis al próximo párrafo, en el que lanzó la advertencia de que no toleraría presiones. “Ello sólo podría hacerse al precio de reducir el crecimiento y debilitar nuestra lucha por la disminución de la pobreza y por lograr mayores niveles de empleo”, afirmó.
Y las referencias al tema terminaron con una cita que pareció buscar el apoyo de los demás presidentes. “He querido informarles estos hechos con franqueza, a fin de que todos puedan contribuir a una mejor evaluación de sus posibles efectos sobre la región y sobre el sistema financiero en su conjunto”, cerró. Pero las solidaridades regionales no pasaron de lo formal. Cuando al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lo consultaron sobre la advertencia argentina, respondió que no iba a opinar.
Desayuno frío
Kirchner, Duhalde y Lula tenían agendado un desayuno para las 8.30, en el Hotel Radisson Victoria, en donde se alojó la comitiva argentina. El encuentro había sido pedido por Duhalde, que quería asumir su presidencia del Mercosur con un gesto de consenso fuerte. Lula llegó a la cita 8.26. Duhalde, dos minutos más tarde. A las 9.05, el canciller Rafael Bielsa salió del salón inquieto. “No sé qué pasa. Adentro están un poco nerviosos”, reconoció. Cinco minutos después, Kirchner bajó de su habitación con pinta de recién levantado. La tardanza motivó que el desayuno resultara más corto que lo previsto. Pero la foto con las manos entrelazadas de los tres –al fin, el objetivo buscado–, Duhalde la tuvo.
“Sólo la efectiva integración regional es la garantía de que la continentalización y la globalización sean más justas y favorables para la gente”, expresó Duhalde en su discurso de asunción. La mayoría de las intervenciones de la XXV Cumbre del Mercosur, Chile y Bolivia tuvieron referencias a las negociaciones abiertas con el ALCA, que el bloque quiere realizarlas desde una posición de fuerza. “Este ALCA ya no es el mismo que nos querían imponer en 1994”, explicaba luego Bielsa. Duhalde se llevó elogios de todo el mundo, comenzando por Batlle, Lula y el chileno Ricardo Lagos. Extrañamente, no viajó Hilda “Chiche” Duhalde, pero sí lo hicieron tres de sus hijas. Junto con el ex presidente, asumirán en puestos de asesores Eduardo Amadeo y Luis Verdi. En tanto que Alfredo Atanasof ocupará la presidencia pro tempore de la comisión parlamentaria del Mercosur, de la que el radical Leopoldo Moreau será su secretario general. Toda una gran representación bonaerense, reforzada por invitados especiales como el intendente de La Plata, Julio Alak, y el titular de la Legislatura provincial, Osvaldo Mércuri.
En una sala del Radisson, y con el discurso presidencial en la mano, el canciller Bielsa hacía su evaluación sobre lo más importante de la cumbre:
- La inclusión de Perú como Estado asociado, como Bolivia y Chile.
- El pedido de Bolivia de profundizar su status y colocarse al nivel de socio pleno.
- La firma del futuro tratado de comercio entre el Mercosur y el CAN.
- La presidencia de Duhalde que inaugura una nuevo órgano institucional en el bloque.
Antes de volver, Kirchner participó de un acto organizado por el intendente de Montevideo, Mariano Arana, del Frente Amplio. En primera fila estaba el jefe de Gobierno porteño Aníbal Ibarra, quien aplaudió cuando escuchó al Presidente abogar por una integración “que tenga su columna en el fortalecimiento de los derechos humanos y de la verdad”.