Al cumplirse ayer un mes del atentado en el que militantes de Nuevo Encuentro fueron atacados con balas de plomo durante la inauguración de un local partidario, no hay aún imputados ni hipótesis alguna sobre el origen de lis disparos. Los principales referentes porteños de la fuerza que conduce Martín Sabbatella denunciaron que la causa en la que se investiga aquel acto de violencia política avanza a un paso “más lento de lo normal”, y que tanto la fiscalía como la Policía Metropolitana, encargada de la pericia balística, vienen demorando pruebas clave para el esclarecimiento de los hechos. “Resulta inquietante que aún no haya detenidos. Ni siquiera han hecho un sólo allanamiento”, dijo anoche el legislador porteño José Cruz Campagnoli durante un acto en el local de Padilla al 800, en Villa Crespo, subido al mismo escenario desde donde escuchó hace 30 días los disparos contra los militantes.

El sábado 5 marzo unos 400 militantes principalmente de Nuevo Encuentro y también de La Cámpora se disponían a inaugurar un nuevo local cuando recibieron al menos tres descargas de plomo. Una de las balas perforó el brazo de una militante de La Cámpora, que llevaba en brazos a su hermana de cuatro años. Otra de las balas rozó el hombro de otra militante. El principal referente de NE, Martín Sabbatella, calificó en su momento el episodio como “un acto de violencia política sin antecedentes desde la vuelta de la democracia”. Ante la falta de respuestas por parte de la justicia porteña, anoche cientos de militantes de todas las agrupaciones kirchneristas volvieron a concentrarse frente al lugar de los hechos para exigir que el atentado no quede impune.

“Hasta ahora no sabemos nada. Tanto la fiscalía como la Metropolitana demostraron no estar a la altura de la gravedad de los hechos”, le dijo Campagnoli a Página/12.

Sobre la actuación del fiscal a cargo de la investigación, Pablo Recchini, el descontento surge a partir de que aún no citó a declarar a los vecinos de la zona y se negó a realizar allanamientos en los edificios linderos al local. “Su actuación deja mucho que desear”, le descargó Campagnoli. Frente al local hay un complejo de tres torres, y los abogados de Nuevo Encuentro suponen que los disparos pueden haber provenido de una de ellas. Por eso, en su rol de querellantes, exigieron realizar un censo completo sobre los vecinos, para cruzar sus datos con el Renar, pedido que fue denegado por el fiscal. “Una de las torres está justo enfrente del local, es probable que desde allí hayan provenido los disparos. Pero se niegan a avanzar en pruebas serias que permitan ir a fondo”, dijeron desde NE.

La noche del 5 de marzo se recogieron tres balas de plomo, y los testigos escucharon al menos cuatro estruendos. Según consta en la causa, la Metropolitana, a cargo de la pericia balística, eje de la investigación, no pudo encontrar impactos de bala en las paredes y el asfalto de la zona del atentado. Nuevo Encuentro denunció además que la pericia balística careció del procedimiento que permite deducir la distancia y el ángulo desde donde provinieron los disparos. La sucesión de imprecisiones y dilaciones motivó que NE pidiera el reemplazo de la Metropolitana por la Gendarmería.

“Seguimos esperando que se haga justicia. Es tan peligroso para la democracia fomentar la violencia hacia la militancia política como garantizar la impunidad de los que la ejercen”, sostuvo la legisladora Andrea Conte, quien la noche del 5 de marzo había terminado de dar un discurso cuando, junto a cientos de militantes, fue blanco de los disparos.