EL PAíS › INGRESO PROMEDIO, POR DEBAJO DE LA LINEA DE POBREZA
Seguimos siendo tan pobres
La devaluación y la retrógrada repartición de la riqueza son los factores por los que el ingreso promedio es 25 por ciento menor que el monto que fija la línea de pobreza en el país.
El ingreso promedio de los argentinos es un 25 por ciento menor al que se necesita para mantenerse por encima del valor de la línea de pobreza correspondiente a un hogar tipo. El dato surge de un estudio realizado por la consultora Equis y es tan elocuente que por sí sólo explica por qué la mitad de la población del país es pobre. La misma investigación revela que la caída del ingreso medio por debajo del umbral de pobreza es consecuencia directa de la combinación entre la regresividad distributiva vigente y la devaluación. “Ese es el impacto de la devaluación en un país modelado por el neoliberalismo durante los últimos 15 años”, explicó el consultor Artemio López.
“Por qué somos tan pobres”, es la pregunta que Equis decidió –no casualmente– poner a modo de título de su estudio. El repaso de los datos consignados en el informe sirve para encontrar la respuesta. También es útil para comprender por qué –como revela la misma investigación– “a pesar de la percepción creciente de la baja en el desempleo y el crecimiento de la actividad económica más del 65 por ciento de los consultados no percibe descenso en los niveles de pobreza”.
Equis precisa que hay más de un motivo para que la gente tenga esa percepción. “El perfil distributivo que genera el mantenimiento de los niveles de pobreza se profundiza notablemente con la devaluación de finales del año 2001 y es en definitiva el que actúa empeorando las condiciones de existencia cotidiana de la ciudadanía”, explica. También señala que “el actual nivel de concentración económica resulta un escollo técnico para sostener y ampliar la reactivación”, porque la “estrechez de ingresos familiares impacta muy negativamente”. Y agrega que “el crecimiento lento y con altibajos del consumo doméstico es el que perjudica en particular a las empresas medianas y pequeñas”, lo que dificulta “la generación de empleo privado genuino”.
Las cifras que da el estudio avalan esas afirmaciones y muestran que desde octubre de 2001 el valor de la línea de pobreza registró un crecimiento constante y en la actualidad supera el ingreso promedio del país, que prácticamente no tuvo incrementos. Así, hoy en día el ingreso promedio es un 25 por ciento inferior al valor que determina el umbral de pobreza, que sólo es superado en 4 aglomerados urbanos.
“Dicho ingreso promedio ha registrado una caída nominal de 39 puntos porcentuales en su relación con el valor de la línea de pobreza en el período posterior a la debacle devaluatoria”, detalla Equis. Además, subraya que “los ingresos percibidos por la mitad más pobre de los hogares nacionales son un 45 por ciento menores que los requeridos para superar el valor de la línea de pobreza”.
“Los neoliberales dicen que esto es producto de la devaluación y los devaluadores dicen que es consecuencia del neoliberalismo, pero es la combinación de ambas cosas –reflexiona López–. Esto es el impacto de la devaluación en un país modelado por el neoliberalismo.”