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La última actividad del presidente Néstor Kirchner en Venezuela fue recibir a los líderes de la oposición, en medio de un clima de creciente tensión en las calles de Caracas, después de la jornada del viernes, que dejó dos muertos. El encuentro se desarrolló en la residencia del embajador argentino y acudieron el gobernador del estado de Miranda, Enrique Mendoza; el dirigente de la Acción Democrática Henry Ramos Allup, de Primero Justicia Julio Borges, y los de la Coordinadora Democrática, Humberto Calderón Berti y Adolfo Salgueiro. Kirchner fue acompañado por el canciller Rafael Bielsa y otros integrantes de la delegación oficial, entre ellos los intelectuales José Pablo Feinmann y José Nun, los senadores Mabel Muller y Ramón Puerta y los diputados Miguel Bonasso y Alicia Castro.
En el primer tramo del encuentro también estuvieron presentes Alberto Zannini y el gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá, que luego recibieron a Teodoro Petcoff, editor de un medio opositor y viejo conocido de los días del breve gobierno de Hector J. Cámpora. Después de una hora de conversaciones, una vez más fue Bielsa quien fijó la posición del gobierno argentino de respaldar la institucionalidad y acercar posiciones. Los opositores se mostraron reconfortados por ser recibidos y calificaron al argentino de “demócrata que sabe entender estos procesos”, como dijo Mendoza, con bocinazos de fondo en el coqueto barrio de Mercedes.
Con las fotos de la represión del viernes en el centro de Caracas en la portada de todos los periódicos, y después de recorrer un laberíntico trayecto –producto de los cortes de calles por las marchas opositoras–, Kirchner llegó a la residencia dispuesto a cerrar su gira en las vísperas de una jornada clave como la de hoy, en las que chavistas y opositores volverán a las calles en sendas movilizaciones de incierto y a la vez preocupante desarrollo.
“Nosotros tenemos bastante para decir acerca de las salidas extrainstitucionales y de las consecuencias de la violencia política, explicó Bielsa después de la reunión. “Lo cierto es que no se planteó la reunión en posiciones extremas, ya que era una mesa plural con funcionarios y pensadores independientes. Todos coincidimos en que hay que hacer los máximos esfuerzos para que la salida institucional deje de lado desbordes que ocasionen derramamiento de sangre, y en ese sentido hay un resquicio que quizás antes de mañana (por hoy), que es la posibilidad que el recuento de votos objetados se haga con garantías que permitan que el resultado no sea cuestionado por ninguna de las partes. Ese sería mi enorme deseo, no ya como canciller sino como latinoamericano oriundo de un país en el que se ha vertido mucha sangre, que esa posibilidad fuese explorada y que hubiera un advenimiento de ambas partes.”
“Creo que lo más importante es tener la oportunidad de presentar la visión que la alianza opositora ha tenido frente a todo este proceso y hacérselo presente al presidente”, dijo a su vez el gobernador Mendoza. “Kirchner expresó ayer su equidad frente al proceso democrático de América latina, y aprovechamos para darle información de todo lo que ha estado ocurriendo, por supuesto dentro de la visión que tiene la oposición venezolana, que es buscar una salida de esta crisis a través del referéndum revocatorio y en eso estamos empeñados.”
Tanto la reunión como la rueda de prensa posterior estuvieron signadas por la mesura de los visitantes –conformes por la recepción– y la determinación de Kirchner de no entrometerse en cuestiones internas de otro país. Eso, sin perjuicio de renovar su compromiso con el respeto a la institucionalidad y las leyes, no ya como principio sino en defensa propia.