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Con la clara intención de evitar que el titular del PJ porteño Miguel Angel Toma pudiera incorporarse a la Comisión de Acción Política (CAP) en representación del distrito, treinta y nueve miembros del consejo metropolitano del partido renunciaron ayer a sus cargos. Todos los renunciantes forman parte del kirchnerismo porteño que reconoce al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, como su líder político. Con esta decisión, los kirchneristas generaron una crisis interna que, esperan, podría derivar en la renuncia de Toma, ex diputado y secretario de Seguridad del menemismo.
La renuncia de los treinta y nueve miembros del PJ porteño –sobre un total de 73 integrantes que conforman el consejo metropolitano– no llegó a modificar la conducción, aunque sí la debilitó bastante. “Se decidió presentar la renuncia para reconstruir el partido en la Capital y encauzarlo en la senda del presidente Néstor Kirchner, lejos del menemismo y el macrismo”, aseguró Víctor Santamaría, dirigente del gremio de los porteros y uno de los consejeros renunciantes.
Desde la vereda opuesta, los aliados a Toma aclaraban que éste seguía al frente del partido. “Sólo se trata de maniobras y versiones. El partido se reconstruirá el mes próximo”, dijeron los allegados al menemista. En cambio, en el riñón del jefe de Gabinete cuestionaron la representatividad de ese sector. “El PJ metropolitano es un salvavidas de plomo, con los peores dirigentes del distrito”, dijo a Página/12 el legislador Héctor Capaccioli, uno de los hombres de confianza de Fernández.