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Durante marzo la demanda de energía eléctrica resultó un 10,4 por ciento mayor a la de hace un año, básicamente por el aumento de la actividad industrial en el interior. Esta buena noticia tiene como contrapartida un dato menos alentador: para atender el mayor requerimiento de electricidad, evitando que el sistema colapse, entrará en funcionamiento la central corbodesa de Cerro Pelado, una de las generadoras menos eficientes y, por consiguiente, más caras.
Por decisión de la Secretaría de Energía, la central de Embalse sólo saldrá del sistema para un mantenimiento menor y más rápido, que le permitirá volver a la prestación del servicio con más rapidez que si se la sometiera al proceso que correspondería. Esto hará que más adelante esa usina requiera un mantenimiento mayor y, por consiguiente, una salida de servicio más prolongada. Pero, para entonces, el Gobierno aspira que la actual crisis energética esté bajo control.
Otro de los paliativos será importar durante un año energía desde Brasil, aunque en una cantidad muy limitada debido a que el estado de la red de transmisión argentina no permite traer del país vecino todo lo que éste pondría a disposición, mediante un contrato de venta a ejecutar desde el mes próximo. El convenio respectivo se firmará en los próximos días y le costará al país entre seis y ocho millones de dólares.