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En el Senado, la duda estaba en el verbo. Algunos del oficialismo sostenían que sólo se trata de “mantener” la paz en Haití. La oposición sostiene lo contrario y hablan de que el verbo correcto es “imposición”, y ello provoca rechazos. El mismo cuestionamiento sobrevuela en Diputados. Ayer, el ministro de Defensa, José Pampuro, se encargó de despejar las dudas al asegurar que la tan mentada misión no sólo se encargará de “mantener”, sino también de “imponer” la paz. Así, el debate en la Cámara baja promete ser bastante más agitado que en el Senado, sobre todo porque la centroizquierda, incluidos los kirchneristas no justicialistas, ya anunciaron su oposición.
“Es un enorme desacierto”, aseguró a este diario la diputada del Frente para el Cambio, Alicia Castro. La legisladora considera que se está a punto de modificar la política de no intervención en asuntos internos de otros países y un quiebre en el respeto de la autodeterminación de los pueblos. Es por ello que rechaza una misión de estas características, máxime si se considera que Haití sufrió un golpe de Estado y el secuestro del entonces presidente Jean Bertrand Aristide, “todo ello alentado por los Estados Unidos y la CIA”. “La Argentina debe decidir si está del lado del colonialismo o de los pueblos que resisten al imperialismo”, aseguró Castro, mientras busca consensuar un proyecto para transformar la misión militar en humanitaria que ayude a paliar la crisis haitiana.
En el bloque del ARI también hay ruido. Eduardo Macaluse, titular de la bancada, se plantea al menos dos dudas con respecto a la iniciativa presidencial. Por un lado, se pregunta si los militares pueden hacer en Haití lo que la ley de Seguridad Interior les impide hacer en la Argentina. Por otra parte, se cuestiona si no genera un peligroso antecedente el hecho de que las tropas argentinas gocen de inmunidad absoluta y que ello provoque “un compromiso de reciprocidad con otras fuerzas armadas extranjeras que vengan al país a realizar ejercicios militares”. Los radicales están en la misma sintonía. Horacio Pernasetti ve con preocupación el hecho de que los militares tengan que imponer la paz y todo lo que ello implica.
Miguel Bonasso, jefe del kirchnerista bloque Convergencia, también tiene sus dudas. Considera que es preciso estudiar a fondo el tema para “determinar si se trata de una verdadera decisión de Estado o un mero seguidismo oportunista”. El legislador quiere saber cuáles son las órdenes que deberán cumplir los efectivos argentinos, porque la participación implica hoy “reemplazar a los ejércitos de Estados Unidos y Francia, dos países históricamente responsables de lo que sucedió en Haití”. Es por ello que antes quiere escuchar a los ministros Pampuro y Rafael Bielsa. Por caso, ayer el ministro de Defensa anunció su decisión de reunirse con los legisladores y defender la iniciativa: “Cuando uno integra el mundo, no sólo tiene que pedir, también tiene que dar”, dijo.
El jefe del bloque justicialista, José María Díaz Bancalari, está al tanto de todo esto. Reconoce que el tema generará un fuerte debate, pero está seguro de conseguir los votos necesarios para aprobar el envío de tropas. A pesar de las dudas, ya está sumando a los partidos provinciales. Por caso, el macrista Federico Pinedo adelantó su decisión de apoyar la iniciativa: “Lo apoyo fervientemente, mucho más que el Gobierno que, me parece, está tratando el tema con una pizca de vergüenza”. El hombre de Compromiso por el Cambio sostiene que “es hora de que los países latinoamericanos dirijan el proceso de democratización de un país hermano y no los norteamericanos, que son responsables de los desastres de Haití”. Para Pinedo no hay dudas sobre la inmunidad que gozarán las tropas. Dice que a los argentinos sólo los ampara para hechos propios de las acciones de la misión encargada.