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Rápidos de reflejos, los diputados justicialistas reunieron ayer las comisiones de Relaciones Exteriores y de Defensa para emitir el dictamen favorable al envío de tropas a Haití. Si bien lo consiguieron, ello no evitará el complicado trámite de lograr el respaldo de los dos tercios de los presentes durante la próxima sesión. Hay confianza dentro del PJ, ya que consideran que el apoyo de los provinciales, además de los transversales, será suficiente como para superar el escollo y lograr así la sanción definitiva el próximo miércoles.
El dictamen fue firmado por la representación mayoritaria del justicialismo y además por los partidos provinciales, el macrismo y el Frepaso. El radicalismo tuvo la misma posición que sus colegas del Senado al oponerse a la iniciativa. Federico Storani, a la sazón vicepresidente de Relaciones Exteriores, argumentó el rechazo en base a que la presencia de militares argentinos implicará necesariamente el respaldo a un gobierno ilegítimo surgido a raíz de un golpe de Estado.
“Este envío de tropas a Haití está muy lejos de una tarea de mantener la paz. Está más cerca de convalidar un golpe de Estado de manos de dos potencias como son Francia y Estados Unidos”, insistió Storani.
La frase del radical no hizo mella en la decisión ya tomada por el oficialismo. “La decisión argentina es la de ser parte de un proceso que termine definitivamente con la reconstrucción de la normalidad institucional en Haití”, aseguró el titular de la Comisión de Relaciones Exteriores, el justicialista Jorge Argüello. Es más, el legislador sostuvo que “el Estado y la seguridad han desaparecido en Haití porque no hay Fuerzas Armadas ni policía” y destacó que la misión constituye “un fuerte objetivo político para fortalecer la democracia” en ese país. Argüello admitió que la fuerza únicamente podría entrar en situación de beligerancia sólo para defenderse y que, como se trata de un país con conflictos internos, el objetivo es “imponer la paz”.
Los oficialistas no se inmutaron cuando el socialismo, el ARI, el bloque Encuentro y Autodeterminación y Libertad anunciaron que no firmarán el despacho de mayoría y que votarán en contra del proyecto el día de la sesión. Luis Zamora sostuvo que al actuar en consonancia con la resolución de la ONU, Argentina se convierte en “satélite de lo que quiere hacer el imperialismo que les deja a los países de la región, el trabajo sucio que no quiere hacer”. Argüello, ante la solicitud de estos bloques de contar con la presencia del canciller Rafael Bielsa y el ministro de Defensa, José Pampuro, respondió con un tibio: “Haré las gestiones necesarias”.
En tanto, el presidente de la Comisión de Defensa, el duhaldista Jorge Villaverde, lamentó que los que se opongan a la decisión “sean quienes reclamaban que medidas así se tomaran en el marco de las Naciones Unidas y en consulta con los países de la región”.
Con el dictamen firmado, el justicialismo tendrá toda una semana para ajustar los números necesarios para habilitar el tratamiento durante la sesión del miércoles. Todo indica que los votos están a pesar de que el radicalismo y la centroizquierda se opongan. Los dos tercios para habilitar la discusión son necesarios porque no se cumplirán los siete días hábiles que exige el reglamento para que un proyecto llegue al recinto.