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La legisladora porteña Mirta Onega volvió a ensayar el camino de la disculpa. La integrante del Partido por la Ciudad que calificó de “judío de mierda” a un empleado suyo se retractó personalmente ante el abogado Carlos Wiater, que había decidido querellarla al escuchar sus expresiones antisemitas. Con este nuevo gesto de arrepentimiento, Onega logró que el penalista retirara la denuncia.
Tal como lo hizo días atrás en la Legislatura, aunque sin las lágrimas que derramó en el recinto, Onega pidió disculpas ante Wiater, quien accedió a retirar la querella por “discriminación religiosa” iniciada ante la Justicia federal.
Onega admitió que sus dichos pudieron “razonablemente molestar y ofender a la comunidad judía, como también al doctor Wiater, quien se siente personalmente agraviado por el término utilizado”. Ante las cámaras de televisión que registraron su entrevista con el penalista, manifestó su “más amplia retractación”. “Pido que se me disculpe y se me perdone, petición que concreto a través de la persona de Carlos Wiater y a través de él, a toda la comunidad judía, tal como lo expresé en la sesión ordinaria del 27 de mayo pasado en la Legislatura”, agregó.
El caso se convirtió en un escándalo cuando los propios compañeros de bloque de la legisladora decidieron denunciarla por discriminación. Encabezados por Jorge Giorno, titular del Partido de la Ciudad del cual Onega fue expulsada, los integrantes de esa bancada solicitaron su destitución del cuerpo.
Aunque en el caso de Wiater, logró que se retirara la demanda en su contra iniciada en el Juzgado Federal 9, Onega no obtuvo el mismo resultado en la Legislatura. Los legisladores que integran la Junta de Etica consideraron pertinente la denuncia por discriminación y resolvieron la conformación de una comisión investigadora que deberá resolver qué tipo de sanción corresponde aplicarle por su conducta.