EL PAíS
“Ignorar a Duhalde es ignorar al peronismo”
Daniel “Chicho” Basile es un duhaldista cerril, diputado nacional gracias a la generosidad de su jefe, al que defiende. Dice que no podrán callarlo porque “está más vivo que nunca”.
Por Diego Schurman
“No van a poder callarlo y menos mandarlo al sarcófago porque Duhalde está más vivo que nunca.” Con estas palabras, el diputado nacional Daniel “Chicho” Basile, un duhaldista de pura cepa, salió ayer al cruce del Gobierno y reclamó, contrariamente a lo que predica la Casa Rosada, que el ex presidente sea un hombre de consulta. “Querer ignorar a Duhalde es ignorar al peronismo.”
–¿Usted es de los que, al igual que Chiche Duhalde, considera que el Gobierno tiene gestos dictatoriales?
–Sí, definitivamente.
–¿Cuáles son esos gestos?
–Ufff. Mire, cuando se le niega la posibilidad de opinar a alguien, como sucede ahora, es un gesto dictatorial. Tal vez, para no tensar la cuerda, pueda ser más contemporizador. Y decir que en vez de ser gestos dictatoriales se asemejan a gestos dictatoriales, porque no es que el Gobierno mandó a la Gestapo a taparle la boca a Duhalde. Pero evidentemente no quieren que hable. Le dicen que se calle, que sea prudente y qué sé yo cuántas cosas más...
–¿Y por qué creen que no quieren que Duhalde hable?
–Ah, no sé, pregúnteles a ellos. A mí me parecieron muy desafortunadas las declaraciones de Alberto Fernández. El no puede olvidarse que Duhalde le dispensó la más grande confianza, porque fue su jefe de campaña en el área de la recaudación. Ni más ni menos. Es como que una mucama cuente en una casa lo que sucede en otra.
–No parece una buena comparación.
–Me molestó el reproche a las opiniones de Duhalde. Fernández lo quiere guardar en un sarcófago, como diciendo que es una cosa antigua. Se ve que el Gobierno tiene el elixir de la juventud porque cuando De la Sota y Obeid fueron a San Vicente los caratulaban como “Grupo Mausoleo” pero cuando se fotografiaron con Kirchner pasaron a formar la nueva política.
–Fernández en verdad tomó palabras del propio Duhalde. Fue el ex presidente el que se asumió como parte del pasado.
–Si dice que Duhalde es el pasado, Kirchner también. ¿Quién fue gobernador de Santa Cruz en los últimos tres mandatos? Si se refiere por lo nacional y todo lo demás, está bien. El error conceptual de todo es creer que existen dirigentes nuevos. Para este tema tengo un ejemplo que utilizo siempre: cuando uno tiene que operarse, ¿elige a un cirujano recién recibido o uno que puede tener veinte muertes en su haber pero tiene veinte años de experiencia?
–Lo que dice el Gobierno es que las declaraciones de un ex presidente tienen un peso específico y por eso debe ser prudente, sobre todo cuando dijo que la Argentina no es un país confiable.
–Que la Argentina no es un país confiable lo dijo el gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo, y lo ratificó Kirchner. Fue cuando argumentó por qué no volvía el dinero que esa provincia tiene en el exterior.
–¿Qué significó la aparición de Duhalde por el Congreso?
–Me sorprendió. El se maneja con gran maestría con los gestos. Y la traducción de ese gesto fue: “Ojo que no estoy muerto, estoy bien vivo”.
–¿También se puede traducir que sin él no hay garantía de gobernabilidad?
–Mmmm. Sería presuntuoso decirlo así.
–Bueno, en la primera votación para el envío de tropas a Haití, usted, Alfredo Atanasof y Chiche Duhalde faltaron y no se pudo aprobar.
–Yo llegué tarde por dos minutos. Hice 40 metros libres sorteando patadas de los del PO que estaban en la puerta y no llegué a tiempo. Chiche estaba enferma. Pero no hubo una orden de nadie de entorpecer nada.
–¿Usted cree, como dijo Chiche, que el enojo del Gobierno es una afrenta contra los bonaerenses?
–Es difícil sostenerlo así... pero por el trato que nos da con la coparticipación. Kirchner no puede decir que ignora el tema.
–¿Cómo toma la eventual candidatura de Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires?
–Es una obscenidad hablar de elecciones a dos años de ésta cuando hay temas tan importantes que resolver.
–Chiche Duhalde también instaló el tema al decir que le gustaría competir con Cristina Kirchner.
–Igual me parece una obscenidad, lo diga quien lo diga, porque el 50 por ciento de la población está bajo la línea de dignidad.
–El ministro del Interior, Aníbal Fernández, también tiene intenciones en la provincia. En su caso para ser gobernador.
–Es un chico muy capaz y con las suficientes virtudes, con comillas y sin comillas, de cortar amarras y mandarse por la de él. Pero déjeme decirle algo: Menem era un tipo que no tenía límites para llegar al poder. Duhalde tiene más límites. Bajando en jerarquía, lo que más se asemeja a Menem es Aníbal. No le importa nada, es capaz de todo. No sé si mide bien la velocidad que tiene para esta carrera. Después podrá ser cuestionado por sus normas éticas para llegar al poder.
–Se viene la transversalidad, el subloque kirchnerista en el Congreso. Supongo que eso a usted no le gusta nada.
–Si la transversalidad apoya al Presidente, yo encantado. Lo que no me gusta es que se meta en mi partido. ¿Sabe por qué? Esos transversales son los que se la pasan hablando maravillas del Presidente y, después, a la hora de votar lo dejan colgado del pincel. En cambio, el peronismo se encolumna y siempre responde. Eso lo debería tener en claro el Presidente cuando propicia este tipo de movimiento.
–Como dice el subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel, tanto la transversalidad como la eventual candidatura de Cristina Kirchner parecen poner nervioso al duhaldismo.
–Me parece de muy baja estofa que Carlitos Kunkel y Luis Eduardo Duhalde digan lo que dicen. Ambos tienen pecados muy gruesos de juventud.
–¿A qué se refiere?
–No me haga hablar. Si a Kunkel fui yo el que lo sacó cuando estaba preso. No me haga hablar...
–¿Cuál es el reclamo del duhaldismo hacia el Gobierno?
–Nosotros decimos que a Kirchner hay que mandarle señales claras. Pedimos que apunte para adelante, no para atrás. Le pedimos que encare la seguridad de la gente. Y también recordarle que Duhalde está más vivo que nunca. Que no se puede tomar ninguna actitud desde el peronismo sin consultarlo a Duhalde.