EL PAíS
“El establishment está buscando desestabilizar al Presidente”
El diputado kirchnerista Osvaldo Nemirovsci consideró que “hay situaciones concurrentes que apuntan a la desestabilización” del Gobierno.
Por Felipe Yapur
Osvaldo Nemirovsci es uno de los diputados kirchnerista paladar negro. Integra la coordinación del sub-bloque K y como tal palpita oficialismo. El legislador está preocupado. Considera que hay “situaciones concurrentes que apuntan a la desestabilización” y que parten del establishment, de sectores internos del justicialismo pero también de organizaciones piqueteras que “le hacen el juego a la derecha”.
–Cuando Alfredo Atanasof dice que el Gobierno es piquetero no parece ser que esté buscando calmar el conflicto entre Kirch-ner y Duhalde.
–Es posible que gran parte del justicialismo bonaerense coincida con él. De todas formas, son declaraciones inútiles, porque se sabe que se está saliendo de la crisis que vive el país y también del PJ gracias al gobierno de Kirchner. No es la primera vez en la historia del justicialismo que albergamos oficialismo y oposición.
–¿Acaso se está en las vísperas de un enfrentamiento más serio?
–Es diferente a lo que sucedió en los ’70. Pero bueno, no es conveniente que se continúe diciendo desde el duhaldismo que lo que ocurre en el país es lo más parecido a una colombianización y que además los medios nacionales avalen esta lectura. Es verdad que en democracia no se deben tomar comisarías y que el hecho de ser pobre no habilita a hacer lo que se le venga en ganas, pero no se puede salir a pedir que se reprima con el tipo de policía que tenemos. Seguro que si se los envía a liberar un peaje terminamos después con 20 muertos.
–Hay quienes hablan de complot, sobre todo con las declaraciones previas de Atanasof y luego el asesinato del dirigente social Martín Cisneros.
–Son signos que no termino de entender, pero la muerte de Cisneros coincidió con el aniversario de la muerte de (Maximiliano) Kosteki y (Darío) Santillán. No puedo decir que es un maldito azar. Lo cierto es que Kirchner encabeza un movimiento nacional que generó el rechazo del establishment, que busca desestabilizarnos. Lo lamentable es que organizaciones sociales como la de Castells, nacidas en la lucha por reivindicaciones justas, terminen haciéndole el juego a la derecha.
–Insisto, ¿hay complot?
–No, pero se le parece mucho. Me niego a usar ese término, pero hay situaciones que son concurrentes que apuntan a la desestabilización. No hay que olvidarse de que se está avanzando en temas conflictivos, como fue la creación de una empresa nacional de energía, el correo, la nueva línea de bandera, la licitación de rutas. Todas medidas que perjudican a intereses económicos que ahora buscan desestabilizarnos.
–En este escenario ustedes arman el sub-bloque kirchnerista. ¿A quién está dirigida esta señal?
–Lo que pretendimos fue blanquear un matiz político que creíamos necesario. En el bloque hay referentes y conducciones políticas que responden a (Eduardo) Duhalde, (José Manuel) De la Sota y (Carlos) Reutemann. Bueno, nosotros, que reconocemos pertenencia y nos sentimos conducidos por Kirchner, decidimos que era preciso hacer formalmente pública nuestra identidad, sobre todo luego de que diputados duhaldistas dijeron que iban a realizar un apoyo crítico al gobierno nacional. Esto para nada debe ser tomado como una señal de ruptura o un cuestionamiento a la conducción del bloque y de la Cámara.
–Está bien, pero convengamos que ustedes se presentan cuando la relación entre Kirchner y Duhalde se hizo ostensiblemente tensa.
–Sí, es verdad. Todo se hizo mucho más rápido porque el Presidente necesitaba una señal de respaldo. No fue una devolución de gentilezas o un gesto para el duhaldismo. Nosotros rechazamos la política de los gestos, de las fotos. Lo nuestro es un matiz de identidad extrema.
–¿El duhaldismo es el adversario o el enemigo del kirchnerismo?
–Nooooooo, no son el enemigo. Nosotros respetamos o, mejor dicho, yo respeto a Duhalde, que se hizo cargo del país cuando se caía a pedazos. El fue quien ayudó a mantener las instituciones. Sin embargo, ello no los habilita a salir a matar al Presidente como fueron las declaraciones de (Alfredo) Atanasof, (Daniel) Basile o (Marina) Cassese.
–Está bien, son simplemente compañeros equivocados.
–(Ríe.) Bueno, no. Esas caracterizaciones políticas y sociales yo no las uso más. Ellos tienen derecho a defender el territorio que controlan ante el desembarco de Cristina Fernández de Kirchner. Pero ojo, nosotros también tenemos el derecho a hacer política donde queremos. Lo importante acá es que el presidente Kirchner recuperó la mejor memoria del peronismo pero también las viejas sectorizaciones que caracterizan a nuestro movimiento. Lo que queda claro es que Duhalde representa al peronismo más tradicional y Kirchner es más moderno en términos de construcción social desde el justicialismo y no exclusivamente con él. Por eso el Presidente recurre a la herramienta que es el transversalismo.
–La disputa Kirchner-Duhalde, la transversalidad y la aparición del sub-bloque habla de que las contradicciones se están agudizando.
–Sí y es peligroso. Es por ello que estamos intentando dialogar donde sea necesario. Allí reside la razón de nuestro diálogo con Camaño, a quien le planteamos nuestro malestar por sus declaraciones sobre la coparticipación desde el puesto de presidente de la Cámara baja.
–Por lo cual se confirma que ustedes son los que pidieron la tregua como hizo correr el duhaldismo.
–(Ríe.) No, no importa lo que se diga. Nosotros seguiremos defendiendo al Gobierno donde corresponda. Lo que debe quedar claro es que a nuestro presidente no se lo tutela, no se lo extorsiona ni chantajea. Simplemente se lo respeta.