EL PAíS › KIRCHNER LLAMO A MOYANO POR LA CGT
Mirá quién habla
Fue el martes a la noche. Kirchner llamó a Moyano desde Rosario y lo saludó justo cuando se conoció su nombramiento para la CGT unificada.
Por Diego Schurman
La voz de Néstor Kirchner llegó desde Rosario. Del otro lado del teléfono atendió Hugo Moyano, quien acababa de quedar nominado como el candidato número uno para ocupar la secretaría general de la CGT unificada. El dirigente camionero agradeció el saludo y, aunque aún no había sido consagrado formalmente el nuevo jefe de la central obrera, comenzó a gestionar ahí mismo un encuentro con el Presidente.
La conversación se produjo el martes por la noche, después de la cumbre donde sindicalistas “rebeldes” y “gordos” fogonearon la candidatura del camionero. Amén de las diferencias históricas que los dividen, reconocen que Moyano reúne una condición que lo destaca del resto: es uno de los pocos que tiene las llaves para abrir las puertas de la Casa Rosada.
No es un tema menor, sobre todo para los gremialistas acostumbrados a pactar con el poder. Con Kirchner las cosas se les han vuelto complicadas. Es el único presidente peronista que no recibió a la cúpula de la CGT oficial, que hoy conduce Rodolfo Daer. En la Rosada suelen despotricar contra los “gordos”, a quienes ven como resabios del menemismo.
El contacto de Kirchner con Moyano puede revelar conveniencias mutuas. El Gobierno está interesado en que la protesta callejera vuelva a tener el color que le ofrecían las marchas sindicales, más ordenadas y menos provocativas que las protagonizadas por los piqueteros. El tema preocupa en la Casa Rosada, a tal punto que en las últimas horas ha visto con alivio el alejamiento de escena de Luis D’Elía, que dejó la voz cantante de los desocupados en manos de otros dirigentes.
Moyano también puede resultar funcional para el Gobierno en su estrategia de contención de sectores justicialistas y a la hora de tender redes en la provincia, donde el kirchnerismo, a diferencia del sindicalismo, carece de estructura propia. Se trata, de todos modos, de una hipótesis optimista: el dirigente camionero reconoce buena relación con Eduardo Duhalde.
Para los conspirativos no se trata de un dato menor. La presencia activa del gastronómico Luis Barrionuevo, aportando en estas horas las instalaciones de su gremio para los pactos sindicales, abona la teoría de que el duhaldismo no es ajeno a los espasmos que se registran en las dos CGT. A los desmemoriados: el aspirante a gobernador de Catamarca es un enemigo acérrimo de Kirchner y, en cambio, ha tenido buena relación con el duhaldismo. Más aún: impuso a su mujer, Graciela Camaño, como ministra de Trabajo del ex presidente.
Kirchner cree que en la actual coyuntura puede encolumnar a Moyano. No es solo intuición sino sus conclusiones de las conversaciones periódicas que mantiene con el dirigente camionero. También hubo reuniones, como la producida hace dos meses y de la que participó el colectivero Juan Manuel Palacios, otro capitoste del sector del transporte.
Con ellos, Kirchner ha tenido un gesto que han sabido valorar: nombró como subsecretario de Transporte Automotor al dirigente del gremio de camioneros Jorge González. Se trata de un área esencial a la hora de determinar los subsidios del sector.
No fue la única señal que sedó al jefe de la CGT rebelde, a quien el Gobierno le reconoce –y le teme– su capacidad de acción. El Ministerio de Trabajo también falló a su favor en el diferendo que mantuvo con el gremio de Comercio por la representación de los trabajadores de Carrefour. Un fallo similar se conocería en las próximas horas en el caso Wal Mart. No por nada el mercantil Armando Cavalieri es uno de los principales detractores de la candidatura de Moyano.
Hay otros gestos que no necesariamente pueden considerarse exclusivos para el camionero, pero sí seducen al sindicalismo. Por ejemplo, el nombramiento de Daniel Fernández como subsecretario de Coordinación de Ingresos de Desarrollo Social. Se trata de un histórico opositor en el gremio de la construcción que en los últimos años estuvo al frente de la Secretaría de Empleo en el municipio de La Plata.
Fernández, quien además es amigo de Kirchner de los años ’70, se hará cargo del manejo de los cotizados planes Jefas y Jefes de Hogar, que dejarán de depender de la órbita del Ministerio de Trabajo para recaer en la cartera de la hermana del Presidente, Alicia Kirchner.
En la Rosada, y más allá del llamado del Presidente a la casa de Moyano, no todos alientan la unidad. Apelan al clásico “divide y reinarás”. Aunque coinciden en que, de haber un único interlocutor, prefieren que sea alguien con quien Kirchner se anime a tomarse a una foto. Moyano pasa ese filtro y no así Daer, quien fue recientemente procesado por un supuesto manejo irregular de fondos de su gremio.
Igual nadie quiere entusiasmarse antes de tiempo: ya en la gestión de Fernando de la Rúa todos presentaron al camionero como prenda de unidad, pero su decisión de denunciar la existencia de sobornos para aprobar la ley laboral abortó esa posibilidad.