EL PAíS › LA TRAMA OCULTA DE LA SESION DEL MIERCOLES EN EL SENADO
El viejo truco de votar de nuevo
El artículo 28 de la ley de Responsabilidad Fiscal fue votado tres veces. Primero perdió el oficialismo, pero argumentaron una falla en el sistema y repitieron la votación hasta que ganaron.
Por Eduardo Tagliaferro
Un hecho inusual dejó su impronta en la sesión del miércoles en el Senado. El mismo artículo de la ley de responsabilidad fiscal fue votado tres veces y así el oficialismo logró imponerse en una votación que en principio había perdido. Cuando se puso a consideración el artículo 28, el que define la conformación de un Consejo de Responsabilidad Fiscal y el poder de veto que tendrá allí el gobierno nacional, los senadores llevaban doce horas sentados en sus bancas. Faltaban pocos minutos para las doce de la noche. Sorpresivamente el oficialismo perdió la votación por dos votos: 28 a 26. Más rápido que ninguno de sus pares, el titular de la bancada peronista, el rionegrino Miguel Angel Pichetto, comprendió el escenario al que se enfrentaba. “No pude votar. Hay que votar de nuevo”, dijo, comenzando una saga de dos nuevas votaciones, ausencias y cambios de posición que finalmente –con el visto bueno del radicalismo– le permitió al oficialismo ganar la pulseada y evitar un escándalo. De haberse reconsiderado solamente el voto de Pichetto, igual el oficialismo hubiera perdido por un voto. La culpa fue del sistema. Del electrónico, claro.
Pichetto le endilgó el error al sistema electrónico. De esta manera impulsó una nueva votación. Cuando el radical Mario Losada dijo que votara él solamente, el rionegrino expuso su desconfianza en el sistema y pidió que se considerara todo de nuevo. Losada dijo que para reconsiderar lo actuado se necesitaba la aprobación de los dos tercios de los presentes. La presidencia señaló que era una rectificación y que por lo tanto no eran necesarios. El sistema, en verdad, no había fallado, pero al levantarse Pichetto quedó asentado en las planillas oficiales como ausente al momento de votar. Sin Pichetto, el total de identificados eran 54 senadores.
Lo cierto es que el oficialismo había perdido la votación por el voto en contra de los dos senadores cordobeses del peronismo: Haide Giri y Roberto Urquía. “No jodamos con esto”, se le escuchó decir a Pichetto rojo de ira. Se dio vuelta y miró a los cordobeses.
Se volvió a votar. Ahora ganó el oficialismo por 28 a 26. Los presentes seguían siendo 54. Urquía cambió su voto y acompañó al PJ. Giri figura como ausente en las planillas porque retiró su tarjeta y se levantó de la banca. Continuó el debate y los cordobeses siguieron mostrando distancia con el Gobierno en otros artículos en los que incluso se abstuvieron.
Legitimidad
“Señor presidente, que quede expresa constancia de nuestro cuestionamiento a la legitimidad de esta ley. Acá no ha quedado claro, dado que la votación se ha amañado”, dijo Losada cuando se aprobó la ley. “Por favor, Mario”, intervino Pichetto. Lo cierto es que ante el temor de un nuevo escándalo, los radicales consintieron en facilitar los dos tercios para reconsiderar una nueva votación al artículo 28.
Se contó de vuelta y ahora por el sí votaron 29, en contra 25. En esta ocasión, la cordobesa Giri votó a favor. “La senadora en ningún momento cambió el sentido de su voto y no quiere hablar del tema porque está muy resfriada”, informó una asesora de Giri ayer a los periodistas. Las planillas oficiales que identifican los votos de los legisladores dicen lo contrario.
“Quiero hacer un reconocimiento de los senadores cordobeses”, dijo Pichetto ayer a este diario. El legislador también tuvo una explicación a su jugada que derivó en una nueva votación. “No tenía seguridad del resultado. Mi voto no había sido registrado. Hice uso de un instrumento legítimo”, dijo el rionegrino a Página/12.
Lo que le da legitimidad a todo lo actuado fue la tercera y última votación. Allí Losada consintió que se votara otra vez para “evitar un nuevo escándalo”.
El hecho fue la perla negra de una jornada dominada por los enredos. Fue una gestión de Cristina Fernández de Kirchner lo que llevó al mendocino Celso Jaque a retirarse del recinto. Lo hizo momentos antes de que se votara el pliego de Carmen Argibay para la Corte Suprema. Jaque pensaba votar en contra a instancias del obispo mendocino que lo había llamado. Luego volvió al recinto y votó en contra del Gobierno en todos los artículos de la responsabilidad fiscal.
El gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, no logró convencer a la senadora de su provincia Laura Martínez Pass de Cresto que apoyara el pliego de Argibay. Los dos senadores santiagueños del peronismo se retiraron del recinto y tampoco acompañaron la responsabilidad fiscal porque están enojados con el interventor federal en Santiago del Estero, Pablo Lanusse. Los tres senadores de San Luis votaron en contra de Argibay por la prédica del obispo conservador Jorge Lona. Señales que dan cuenta de las internas que se viven dentro del peronismo y también del contexto político que rodea al Congreso.