EL PAíS
Dos letras distintas en un croquis que era falso
Se trata de un dibujo que le atribuyeron a Telleldín en la causa AMIA. Resulta que tiene dos tipos de letra, ninguna del ex imputado. Fue aportado por la ex camarista Riva Aramayo.
Por Raúl Kollmann
El croquis es la clave del encubrimiento en el caso AMIA. Esto es lo que afirman la Unidad Especial de Investigación del atentado contra la AMIA y la Oficina Anticorrupción (OA), los dos organismos que funcionan en la órbita del Ministerio de Justicia y que pusieron el mencionado croquis en el centro de una presentación judicial. El origen del pequeño mapa es una visita a la cárcel de Devoto que la camarista Luisa Riva Aramayo, ya fallecida, le hizo al entonces imputado Carlos Telleldín. Supuestamente éste le trazó el croquis de cómo le entregó la camioneta, usada luego como coche bomba, a los policías bonaerenses, ubicando la cuadra de su casa y números con los que indicaba los autos de los uniformados, las fechas y algunas letras más. Ese papel de agenda puso en marcha la pista policial que el Tribunal Oral consideró un armado destinado a “satisfacer oscuros intereses de gobernantes inescrupulosos”.
Durante el juicio oral, peritos grafólogos determinaron que la letra no es de Telleldín, como dijo Riva Aramayo, y ahora la Unidad AMIA, también con el concurso de peritos, estableció que el croquis tiene la letra de dos personas. Por ello, los dos organismos del Ministerio de Justicia piden en su presentación que se determine quiénes acompañaban a Riva Aramayo en sus visitas a Telleldín y que se establezca judicialmente de quién es la letra del croquis. Es la forma de saber –sostienen– quién participó del inicio del armado del encubrimiento.
El Tribunal Oral estableció en su fallo que se dibujó una pista falsa desde octubre de 1995, cuando se abandonaron las otras hipótesis y todo se orientó hacia la acusación contra los policías. Esa pista falsa –siempre según el fallo– se instrumentó a través de un expediente paralelo, conocido con el nombre Brigadas, y el punto de partida fueron las reuniones de la camarista Riva Aramayo con Telleldín, el croquis, y luego un encuentro entre el juez Juan José Galeano y el entonces ministro del Interior, Carlos Corach, muy vinculado a Riva Aramayo. Según el testimonio de uno de los prosecretarios de Galeano, Claudio Lifchitz, el juez volvió de la reunión con el ministro y dijo: “Esta es la pista (la policial) que hay que cerrar antes del segundo aniversario del atentado”.
Para poner en marcha toda esa trama, Galeano usó como piedra basal lo que le aportó Riva Aramayo. En un video filmado por Galeano, y en el que el mismo juez negocia con Telleldín, éste aparece diciendo el 1º de julio de 1996: “Yo me moví perfectamente. Conseguí por medio del poder, del poder del gobierno, que me dieran el apoyo. Yo en la primera reunión le dije, ‘hablá con el Presidente y decile si le conviene voltear a la policía. Porque si no yo me quedo como estoy’. Se lo dije a Riva Aramayo en la cárcel”.
En el expediente, la camarista dice que en Devoto Telleldín le hizo el croquis sobre las fechas y los lugares de la cuadra en los que se vio con los policías y les entregó la Trafic que luego explotó en la AMIA. Aparecen números, como el 128, indicando uno de los modelos Fiat con los que llegó uno de los policías. Figuran fechas: “L 11/07”, o sea lunes 11 de julio de 1994, luego “J 14”, obviamente el jueves posterior, la palabra sube, un número 6 y un número 4. Telleldín dijo en el juicio que él no hizo el croquis, que lo hizo Riva Aramayo, y efectivamente el perito grafólogo determinó que no se trata de la letra de El Enano. La Unidad AMIA, que conduce Alejandro Rúa, hizo peritar también el pequeño mapa y los grafólogos establecieron “la existencia de dos cuerpos de letras distintas en el croquis falsamente atribuido a Telleldín”.
En base a ese último estudio, los dos organismos, la Unidad AMIA y la OA, se presentaron a la Justicia pidiendo el listado de personas que visitaron a Telleldín de mayo a septiembre de 1995 y los datos de los restantes integrantes de la comitiva judicial que acompañaron a Riva Aramayo en su ingreso a la cárcel. Se entiende, además, que a partir de esos datos se harán, también, nuevas pericias grafológicas. La clave está en determinar quiénes participaron del inicio de la negociación irregular con Telleldín, porque si una de las letras corresponde a la fallecida Riva Aramayo –cosa que no se sabe–, al menos la otra es de una persona que estuvo presente y tuvo que ver con los inicios de la pista falsa.