EL PAíS
La Justicia espera pericias de la Federal para arrestar al intruso
Se trata de un sospechoso que tiene detectado el juzgado de San Isidro, que entiende en la causa. Pero aguarda el resultado de unas tareas de inteligencia policial para ordenar el arresto.
La Justicia de San Isidro tiene en la mira a un hombre, sospechoso de haber sido quien burló la seguridad de la residencia presidencial de Olivos dos semanas atrás, pero aguarda los resultados de tareas de inteligencia realizadas por la Policía Federal para ordenar su arresto.
Fuentes del Juzgado Federal 1 de San Isidro revelaron que, a partir de una denuncia anónima, “se está investigando a un nuevo sospechoso y se está corroborando la información para establecer si se trata de la persona indicada”. Los voceros explicaron que el juez federal Juan Manuel Culotta quiere “tener todas las certezas” antes de ordenar un eventual arresto, en el marco de la investigación por el episodio ocurrido el 24 de octubre último en la quinta presidencial de Olivos, cuando un intruso burló los sistemas de seguridad y permaneció tres horas en el lugar. Cinco días después de ese suceso fueron demorados dos hombres porque sus características coincidían con los rasgos del identikit que el Gobierno entregó a la Justicia, pero luego los liberaron porque no fueron reconocidos por testigos del hecho: la empleada que le dio un vaso de agua al intruso y dos granaderos.
Según consignaron las fuentes, el viernes se realizó una inspección ocular en la residencia presidencial que incluyó un relevamiento del interior y el exterior del predio, de los planos y del centro de control de cámaras del circuito cerrado de televisión. A partir de esos datos y de un chequeo realizado por la empresa que proporcionó el instrumental de seguridad, habría quedado descartada, en principio, la posibilidad de una falla en los sistemas de seguridad dado que, según trascendió, al momento en el que ingresó el intruso, el sistema “estaba funcionando bien”. Al parecer, relataron las fuentes, las alarmas se activaban “a cada rato” y ante cualquier ínfimo movimiento hacía que fuera una “práctica habitual” desactivarlas durante breves períodos, algo que negó haber hecho el operador que estaba de servicio cuando ocurrió el incidente.
A partir de la irrupción del intruso, se inhabilitó ese mecanismo por el cual el sistema de alarmas quedaba desactivado y actualmente los alertas permanecen todo el tiempo en funcionamiento, detallaron los voceros. Los informantes indicaron que la investigación de lo ocurrido el 24 de octubre en la residencia de Olivos quedó exclusivamente en manos de la Policía Federal, para que no haya superposición de tareas entre diversas fuerzas. Además, señalaron que no se descarta que el intruso estuviera “bajo los efectos del alcohol, drogas o con las facultades mentales alteradas”. Esa hipótesis está sostenida en el caminar “zigzagueante” de esta persona por los jardines de la quinta, lo que quedó revelado en las filmaciones capturadas por las cámaras de la residencia de Olivos.
Tras el incidente, fueron relevados los responsables de la seguridad en la quinta y de la custodia presidencial en general. Pero, además, el Gobierno estudia modificaciones de fondo en la designación y preparación de quienes se ocuparán de dicha custodia en el futuro, como la creación de un cuerpo con escalafón propio que se encargue de la seguridad del primer mandatario al estilo de lo que es el Servicio Secreto de los Estados Unidos.