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Los gobernadores y el Presidente se volverán a encontrar hoy a las 10 en la quinta de Olivos. Será un encuentro clave, porque se definirán los lineamientos de la política económica que deberá aplicar, obediente, el ya confirmado nuevo ministro Roberto Lavagna. También estarán los legisladores que conducen los dos bloques del PJ. Los mismos que, maliciosamente, fueron bautizados como “procubanos”, y que todavía sueñan con un segundo round: “Los 14 puntos van a quedar a un costado –se esperanzaba ayer uno de ellos–. A los gobernadores, cuando se les prendan fuego los territorios, les va agarrar un ataque de nacionalismo.” En el entorno de Eduardo Duhalde comparten ese deseo de revancha, pero casi no tienen expectativas: sólo aspiran a recuperar algo de la iniciativa política. Por eso se entiende que Duhalde haya insistido con Lavagna, a pesar de que los mandatarios preferían a Guillermo Calvo.
Sin embargo, la cuestión se perfila como muy difícil. Los gobernadores no quieren resignar el poder que capturaron esta semana. Ayer, por ejemplo, en la gobernación de Córdoba planteaban sin pudor las condiciones que deberá cumplir Duhalde. “El gobernador va a llevar la misma postura de siempre, de apoyo a la gestión de Duhalde desde su rol de mandatario, en la medida en que el Presidente muestre que se compromete con los puntos acordados”, afirmó un funcionario ligado a José Manuel de la Sota.
Con ese clima, no será fácil que el Ejecutivo recupere la autonomía. Mucho menos si los jefes provinciales siguen mellando su poder con el argumento de que “es un gobierno de transición”, y que no debe “tomar decisiones irreparables”. De todas formas, Duhalde les pedirá a los legisladores que “apuren los tiempos” para modificar la ley de quiebras y derogar la de subversión económica. A su vez, el ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli, pedirá que la nueva ley de coparticipación y los acuerdos bilaterales con las provincias estén aprobados en 90 días.
Para compensar la influencia de los gobernadores, algunos dirigentes duhaldistas apelaron a la receta que mejor conocen. Silenciosamente, contactaron a varios intendentes del conurbano. Se les pidió que tengan listo el aparato del PJ bonaerense. Algunos aceptaron, obedientes. Otros plantearon dudas. “No estoy de acuerdo con movilizar. Todo el peronismo lo haría en la medida que vea que el proyecto nacional se encarna en Duhalde”, aseguró un intendente del Gran Buenos Aires. Pero además de apelar al poder de movilización, en el Ejecutivo quieren que Duhalde vuelva a mostrarse dinámico y con poder de mando: ayer, el secretario de la Presidencia, Aníbal Fernández, subrayó que “en un país presidencialista el que manda y da los lineamientos es el Presidente”.
El sostén político de Duhalde quedará expuesto en el poder de convocatoria del encuentro de Olivos. La mayoría de los gobernadores ya comprometió su asistencia. Sólo anticiparon su faltazo Néstor Kirchner (Santa Cruz), Alicia Lemme (San Luis), Jorge Sobisch (Neuquén) y Angel Rozas (Chaco), quien adujo compromisos en su provincia. Los demás se encontrarán hoy en Olivos, donde a las 9 jurará Lavagna y a las 14 empezará la discusión específica del documento de 14 puntos que propuso el salteño Juan Carlos Romero e impulsó el cordobés De la Sota.
También se analizará nombre por nombre el nuevo gabinete. Aunque repiten que no ejercen poder de veto, los gobernadores tratarán de influir sobre cada puesto, como ya lo hicieron sin éxito con el técnico del BID Guillermo Calvo. La negociación llevará su tiempo porque la plantilla tiene unos cuantos lugares vacíos: la jefatura de gabinete, ya rechazada por Rubén Marín y Juan Schiaretti, no quedará en manos de Jorge Matzkin, vetado por legisladores bonaerenses y por su pelea silenciosa con Marín. Lo que parece firme es que Carlos Soria se alejará de la SIDE. En el organismo de seguridad podría asumir el actual secretario privado de Duhalde, José Pampuro, porque el intendente de La Matanza, AlbertoBalestrini, rechazó de plano la secretaría que será estratégica en los tiempos conflictivos que se vienen.