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Carta de una sobreviviente a su novio muerto

Carla Ricciotti era novia del periodista Luis Santana. Ambos estuvieron en Cromañón. Ella se salvó. Y envió a Página/12 esta carta en el Día de los Enamorados.

Me quedé sin poder decirte tantas cosas; algunos dijeron que moriste como un héroe, rescatándome a mí primero, entrando a salvar a más gente hasta que no pudiste salvarte vos. Eso no fue así: el maldito humo no nos dio tiempo a nada y te desmayaste en mis brazos y te apreté tan fuerte como pude, hasta que también me desmayé. No tuvimos tiempo de nada, ni de encontrar la salida en medio de tanta oscuridad, ni de despedirnos. Nunca nos dimos cuenta de que era la última vez que nos íbamos a abrazar. No pude, mi amor, decirte cuánto te iba a extrañar, ni agradecerte por lo feliz que me hiciste. Sé que muchas veces te lo dije y te dije cuánto te quería, pero hoy lo que siento es desesperación, impotencia: daría mi vida por volverte a abrazar, por ver el brillo de tus ojitos o esa sonrisa inmensa que tenías. Yo te admiraba, me enamoré de tus palabras y me quedan tantos recuerdos, todavía oigo tu voz, siento tu olor... Te gustaba tanto leer libros, diarios, estudiabas cine, te fascinaba la historia y ahora apareciste vos en los diarios, veo pancartas con tu foto y tu nombre pidiendo Justicia en las marchas, y no sé cuál es la Justicia que se puede esperar en este caso. Vos ya no vas a volver y eso sería lo único justo para mí. Yo sobreviví, pero me siento mutilada, alguien decidió por mí y tengo que cambiar mi vida por completo sin quererlo: ya no puedo volver a mi casa donde estábamos juntos todos los días, ya no tengo a mi compañero con quien compartía cada momento; me arrebataron el alma. Me desperté diez días después de esa maldita noche y todos venían a verme y vos nunca llegabas; cuando pregunté por vos me dijeron que estabas internado, hasta que me enteré de que ya no estabas.
Yo no creo en nada ya, pero a quien sea le agradezco no haberme quedado con tu imagen en un cajón como último recuerdo. Ahora recién me animo a ver algunos recortes de diarios de ese Fin de Año y leí sobre mí, internada grave y leí sobre tu muerte. Qué irónico, fuiste noticia y no pudiste guardar ese artículo como tantos otros que guardabas, de cosas que te impactaban o te indignaban. ¡Qué inexplicable! Si estuvimos abrazados hasta el final, ¿por qué no aguantaste? ¿Por qué me salvé? ¿Por qué no me llevaste con vos? ¿Por qué no te quedaste conmigo? No terminamos esa noche como héroes, Luisito, pero sí fuiste “mi héroe”, mi hombre admirado, mi amor, mi orgullo, mi estrella, mi lujo.
Feliz Día de los Enamorados, flaquito, estés donde estés, ruego que seas feliz. Carla.

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