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En otra de sus periódicas excursiones al conurbano, Néstor Kirchner visitó ayer la Villa Itatí, en Quilmes. Allí repitió una de sus costumbres, que suele repetir cada vez que el Gobierno enfrenta un problema serio. Aprovechó un escenario multitudinario, con unas dos mil personas que lo aclamaban sin cesar, para referirse a la cuestión que más lo desvela: las narcovalijas (ver página 2). A su alrededor, sin embargo, nadie pudo abstraerse de la pelea entre el felipismo y el duhaldismo. Como en Mar del Plata, el Presidente estuvo acompañado por Felipe Solá. Pero también hubo presencia duhaldista. En el palco estuvieron la vice Graciela Giannettasio y los intendentes Baldomero “Cacho” Alvarez (Avellaneda) y Julio Pereyra (Florencio Varela), alineados con Eduardo Duhalde.
La visita de Kirchner descubrió también el rol de otro protagonista bonaerense: el ministro del Interior, Aníbal Fernández. El municipio es gobernado por Sergio “el Chino” Villordo, quien comenzó su carrera junto al ministro. Jugando como local, Villordo quiso mostrar una señal de fortaleza para favorecer a su jefe político. Aníbal Fernández aspira a ser candidato a gobernador en 2007. Pero en las últimas semanas su nombre fue lanzado al ruedo por los duhaldistas como una propuesta alternativa a Cristina Kirchner y a Chiche Duhalde para la candidatura a senador.
Cerca de Solá dicen que Fernández quiere posicionarse como la figura que garantice un acuerdo con el duhaldismo. Lo mismo piensan los transversales cercanos al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Ayer las organizaciones kirchneristas –Barrios de Pie, FTV y Resistir y Vencer– garantizaron una buena parte de la asistencia. El dato que más festejaron fue la participación de un grupo nuevo, el MTD Trabajo y Dignidad, que se escindió de la MTD Aníbal Verón que conduce Juan Cruz Daffunchio.