EL PAíS
Un careo entre Beltrame y Arriete para saber quién daba las órdenes
Los dos ex empleados de SW se encontraron en el despacho de Liporace. Discutieron sobre sus responsabilidades por la carga de las valijas en el avión. Arriete negó conocer a los jubilados españoles. Beltrame dijo que mentía.
Por A.D.
El ex jefe militar del aeropuerto de Ezeiza, Alberto Beltrame, pasó ayer por una escribanía porteña para realizar una exposición espontánea por “si sucediese algo con su vida”. Casi a la misma hora, a las ocho de la mañana, su hijo Walter y el ex gerente comercial de Southern Winds, Fernando Arriete, se preparaban para enfrentarse en un careo convocado por el juez Carlos Liporace. Pese al estricto secreto de sumario, este diario pudo saber que el eje del careo fue determinar el nivel de jerarquía de ambos ex funcionarios en SW. Los abogados de Beltrame aseguraron que su defendido ganó.
El careo debía empezar a las ocho de la mañana, pero finalmente comenzó a las once y se extendió hasta poco después de las dos de la tarde. Antes, Liporace tomó una imprevista declaración testimonial a una empleada de SW, sin darle aviso con antelación a la fiscalía.
El hijo del comodoro Beltrame y su antiguo jefe directo, Fernando Arriete, fueron citados para aclarar puntos contradictorios de sus indagatorias. Hasta ayer, Arriete había declarado en dos oportunidades. La primera vez, luego de su detención y procesamiento por supuesto contrabando agravado de drogas. La segunda fue el viernes pasado, cuando decidió ampliar su declaración. El juzgado lo considera presuntamente responsable de la orden del embarco de las cuatro valijas que el 16 de septiembre pasado salieron a España. Se presume que él habría intentado deslindar la responsabilidad del hecho en la gerencia de SW o en el hijo del comodoro. Además, habría asegurado desconocer a la pareja de jubilados españoles, pasajeros frecuentes de la línea aérea, supuestos destinatarios de las narcovalijas y detenidos en diciembre en Cádiz por presunto contrabando de drogas.
Beltrame hijo, en cambio, sólo había declarado una vez. Lo hizo el viernes pasado, un día después de la detención. Como parte de su estrategia de defensa, ese día presentó documentos de la compañía de seguridad aeroportuaria TAS para probar que los vuelos con valijas voladoras despachadas por SW fueron al menos 50 desde 2002 y además que su única función era la de cumplir las órdenes de sus superiores, entre los que supuestamente se hallaba Arriete.
Cuando finalizó el careo, Liporace sostuvo que los dos “han respondido y tratado de aclarar su situación”. Cuando fue consultado sobre la injerencia de Walter Beltrame en el aeropuerto, aclaró que “no es un empleado común, tenía cierta jerarquía, según el organigrama no era de la última categoría”.
Otro punto del careo rondó sobre la pareja de jubilados españoles, supuestos receptores del narcoenvío. Según la agencia Télam, ése era otro de los puntos discordantes entre las partes. Hasta ahora, Arriete habría sostenido que no los conocía. Beltrame habría sostenido lo contrario. No sólo ayer dijo que los conocía, sino que aseguró que tuvo una reunión con Arriete y los españoles en la casa central de SW, ubicada en Suipacha y Santa Fe. Y mencionó una teleconferencia que se habría realizado entre los cuatro en otra oportunidad. El juzgado ayer inició el trámite de extradición.
Para los investigadores, estaría probada la participación de cada uno de ellos en la maniobra que definen de contrabando. “Para nosotros se hizo contrabando a través y con integrantes de SW”, indicaron ante la consulta de Página/12. En ese sentido, aunque no descartan nuevos careos, la fiscalía de Gabriela Ruiz Morales avanza para determinar legalmente la responsabilidad de la compañía en el traslado. Allí considera que el traslado de 60 kilos de cocaína es motivo suficiente para exigir como mínimo la inhibitoria legal de la empresa. Y en este momento se investiga la ruta Córdoba-Tacna para analizar las razones de los viajes.