EL PAíS
Macri quiere a los piqueteros presos
El candidato a legislador de Compromiso para el Cambio “festejó” frente al Ministerio de Educación los “300 piquetes” del año.
Tras un minucioso recuento y la elaboración de cuadros estadísticos, el empresario Mauricio Macri “festejó” los “300 piquetes” que este año se realizaron en la Capital Federal y expresó su deseo de aplicar mano dura a los líderes piqueteros: “Gente como (Luis) D’Elía y (Raúl) Castells, que toma casinos, supermercados y comisarías, debería estar presa”. A modo de reclamo y como parte de su campaña electoral, el candidato a diputado plantó frente al Ministerio de Educación un cartel de “certificado de paciencia” que su partido Compromiso para el Cambio extendió a los porteños y criticó al gobierno nacional por “no aplicar la ley”.
De esa manera, el empresario intenta capitalizar en plena campaña electoral el malhumor de muchos porteños frente a las jornadas de protesta que los llamados piqueteros duros lanzaron para reclamar un aumento en las asignaciones sociales que lleve los planes Jefas y Jefes a 350 pesos. Por eso, Macri contrapuso su propuesta política de endurecer las medidas contra las protestas de los desocupados ante lo que definió como “la mirada indiferente” del Gobierno. En esa línea, Macri dijo no “entender” por qué el gobierno nacional y la Justicia “no actúan” ante los piquetes “si tienen los instrumentos para hacerlo” y pronosticó que “los cortes se terminan si hay autoridades que quieren que terminen”.
La manifestación de Macri también coincidió con otro tipo de protesta piquetera que se ganó la simpatía de no pocos automovilistas (aun sin saberlo) y afectó los propios intereses empresarios del candidato: desocupados del Frente de Trabajadores Combativos, del Frente Popular Darío Santillán y la Unión de Trabajadores Piqueteros levantaron durante varias horas de la jornada de ayer las barreras de peaje en la Autopista del Sol, en Panamericana y ruta 197, y de la Autopista del Oeste, en Ituzaingó. Otros grupos piqueteros hicieron lo mismo en los peajes troncales de Dock Sud y Hudson de la autopista Buenos Aires-La Plata.
Pero la embestida del empresario contra los piquetes no se detuvo en el pedido de prisión para D’Elía y Castells, sino que arremetió contra las organizaciones de desocupados a las que calificó de “clientelistas”. Planteó que debería existir un “padrón universal al que el Estado acuda para resolver las necesidades de los beneficiarios” de los planes sociales para “que no lo haga un líder piquetero que después tiene poder sobre los desocupados”. Evaluó que, de esa forma, se terminaría con el mandato impuesto a muchos desempleados de que “para recibir un plan deben ir a los cortes y protestas”.
Macri también explicó el porqué de la elección del Palacio Sarmiento como escenario para su inusual protesta a modo de festejo cumpleañero. Dijo que se encuadra en su reclamo de que los piqueteros “dejen de llevar chicos a las protestas y les permitan, en cambio, asistir a clases”. Pero el empresario y candidato no se explayó sobre cómo resolver el complejo problema de la desocupación, más allá de insistir en transformar la ayuda económica de los planes sociales en “capacitación laboral”.