EL PAíS › UN FISCAL PIDIO LA DETENCION DEL SUBCOMISARIO ACUSADO DE TORTURAS
Las eléctricas andanzas de Patti
El juez Villafuerte Ruzo debe decidir si arresta a Patti por el asesinato de Gastón Gonçalves, secuestrado el 24 de marzo de 1976 y visto por última vez en la comisaría de Escobar. Los organismos de derechos humanos piden la reapertura de otra causa contra el subcomisario.
Por Victoria Ginzberg
La campaña del subcomisario Luis Abelardo Patti podría sufrir algunas complicaciones no previstas por el candidato del Partido Unión Federalista (Paufe). El fiscal de San Nicolás Juan Murray pidió su detención por su responsabilidad en el secuestro y asesinato de Gastón Roberto José Gonçalves, quien fue secuestrado el 24 de marzo de 1976 y visto por última vez en la comisaría de Escobar. Organismos de derechos humanos y la subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires reclamarán hoy al juez Carlos Villafuerte Ruzo que cumpla con esa medida. También le pedirán que reabra otra investigación que involucra al aliado de Hilda “Chiche” Duhalde: el secuestro de los dirigentes peronistas Eduardo Pereyra Rossi y Osvaldo Cambiasso.
Murray solicitó la detención de Patti el 15 de agosto, luego de recibir un pedido de las abogadas de la agrupación H.I.J.O.S. Nadia Schujman y Ana Oberlin en representación de los hijos de Gonçalves, Gastón y Claudio.
Gonçalves fue secuestrado el 24 de marzo de 1976 en Zárate. Según las declaraciones recopiladas en el expediente, cinco días después, el hombre estaba detenido en un camión celular estacionado detrás de la comisaría de Escobar, donde fue torturado y golpeado.
En 1996 el Equipo Argentino de Antropología Forense ubicó sus restos en el cementerio de Escobar. Su cadáver había sido dejado el 2 de abril de 1976 en el paraje El Cazador, en la ruta 4.
Según figura en el escrito del fiscal, “previo a su privación ilegítima de libertad y posterior asesinato, Gastón Roberto José Gonçalves y Ana María del Carmen Granada (su mujer) fueron víctimas de persecución a causa de su militancia por parte de las autoridades policiales de la zona de Escobar, siendo amenazados, hostigados y detenidos en una oportunidad junto con Edgardo Edmundo Ubiedo, secretario general del sindicato de trabajadores rurales de Escobar”.
Murray señala que “los testimonios brindados en autos identifican a Luis Abelardo Patti, a la fecha de los hechos oficial subinspector que cumplía funciones en la comisaría de Escobar, como autor de dichas persecuciones y de muchas de las privaciones ilegítimas de libertad, torturas y homicidios que practicaban las Fuerzas Armadas y de seguridad de la zona, incluyendo los requerimientos realizados a empresas radicadas en el lugar de los listados de las comisiones internas para determinar quienes eran los delegados de base contra los que él y otros grupos represivos luego actuaban”.
La mujer de Gonçalves, Ana María del Carmen Granada, fue asesinada el 19 de noviembre de 1976, cuando fuerzas conjuntas del Ejército y las policías Federal y Bonaerense ametrallaron la casa donde vivía. A causa de ese operativo también murieron otras cuatro personas, entre ellas dos niños de seis y cuatro años. El único sobreviviente de la matanza fue el hijo de Ana María y Gastón Gonçalves, a quien, antes de morir, su madre envolvió en mantas y escondió en un placard para que no se asfixiara.
El niño llegó a un hospital, donde uno de los miembros del grupo de tareas que había asesinado a su madre lo visitaba todos los días con intención de “adoptarlo”. Pero el juzgado que intervino lo entregó al matrimonio Novoa, que lo llamó Claudio y desde chico le dijo que era adoptado.
Claudio supo que era hijo de desaparecidos muchos años después, cuando la identificación del cuerpo de su padre permitió que rastrearan su paradero. Así se enteró que tenía un hermano mayor –hijo del primer matrimonio de su padre– del que había estado cerca muchas veces: Gastón Gonçalves hijo era (es) bajista del grupo Los Pericos, del que Claudio era fanático. Hoy, los dos hermanos tratan de que se haga justicia por el asesinato de su padre. Junto a las abogadas de H.I.J.O.S. lograron que el fiscal reclamara la detención de Patti y otros cinco represores, entre ellos Juan Fernando Meneghini y Omar José Marelli, que eran comisario y subcomisario de la seccional policial de Escobar en 1976. “Nosotros venimos tratando de que la Justicia responsabilice a Patti mucho antes de que sea candidato. Sería ingenuo pensar que esto no va a quedar atravesado por la campaña, pero eso no puede ser un motivo para paralizarnos. Por otro lado, es aberrante que un torturador sea candidato”, señaló Schujman, abogada de la causa, a Página/12.
Por ahora, el juez no hizo dio señales de avanzar en la investigación. Por ese motivo, representantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S, Familiares de Desaparecidos y la subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Sara Derotier de Cobacho, se presentarán hoy ante el juez Villafuerte Ruzo. Además del impulso de la pesquisa sobre Gonçalves, reclamarán que haga lugar al pedido de reapertura del expediente sobre el asesinato de Cambiasso y Pereyra Rossi, también solicitada por el fiscal.
Ambos dirigentes peronistas fueron secuestrados el 14 de mayo de 1983 en el bar rosarino Magnum. Tres días después se anunció que habían muerto en “un enfrentamiento armado” en Zárate con una comisión del Comando Radioeléctrico de la Unidad regional Tigre al mando del oficial inspector Luis Abelardo Patti. Las pericias constataron que Cambiasso había muerto tras recibir un balazo en la nuca a menos de un metro de distancia y que Pereyra Rossi había sido torturado con picana.
El juez Juan Carlos Marchetti procesó a Patti por “homicidio calificado reiterado” pero cuatro meses después cambió de perecer y lo sobreseyó. Ahora los familiares de las víctimas y los organismos de derechos humanos insistirán en que Patti sea juzgado. Después de diciembre la tarea será más difícil. El subcomisario tendrá fueros.