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El ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto se presentó ayer en forma espontánea ante la Justicia para ampliar su declaración indagatoria en la causa sobre los sobornos en el Senado, con algunos hechos que no había mencionado antes y que ahora aparecieron en el libro que acaba de publicar. El “arrepentido” afirmó que él fue intermediario en las negociaciones entre los ex senadores José Genoud y Augusto Alasino, aun antes de retirar el dinero de la SIDE que fue usado para los sobornos, aunque aclaró que no fueron conversaciones oficiales, según explicó a Página/12 una alta fuente judicial.
Pontaquarto, quien había revelado los detalles de la maniobra de coimas para la aprobación de la Reforma Laboral en 2000, fue procesado a principios de agosto por el juez federal Daniel Rafecas. El magistrado también dictó el procesamiento del ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique, del ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes, de los ex senadores José Genoud, Emilio Cantarero, Augusto Alasino, Alberto Tell, Remo Costanzo y Ricardo Branda, y anunció que llamaría a indagatoria al ex presidente Fernando de la Rúa. Rafecas consideró que constituiría un “grosero incumplimiento” de sus funciones no avanzar en la cadena de responsabilidades, por eso decidió la citación del ex mandatario.
El libro Mario Pontaquarto, el arrepentido. Cómo se hace política en Argentina, presentado por editorial Sudamericana como “una historia de vida, narrada en primera persona y con el corazón en la mano”, tiene poco menos de doscientas páginas, con la inclusión de algunas fotografías del personaje a lo largo de su vida política. Allí puede verse a Pontaquarto junto a Fidel Castro, Elisa Carrió, varios ex presidentes, y a su mentor José Genoud en viajes por distintas latitudes. “A vos en la vida política te pasó lo mismo que a un cadete de la Armada, que en el ’76 ingresó a la ESMA con ideales y valores de servir a la patria y terminó convertido en un violador de derechos humanos”, dijo que le espetó su abogado Hugo Wortman Jofré en el prólogo. Según la presentación, Pontaquarto fue un “militante radical progresista que en 1983 y con sólo 21 años ingresó a trabajar en el Senado en la categoría más baja del escalafón, y se convirtió con el tiempo en un eslabón más de una corporación política que con sus métodos puso en riesgo la institución parlamentaria”.
Wortman Jofré destacó también que el “vacío legal” que no contempla actitudes como la de Pontaquarto es una asignatura pendiente en la lucha contra la corrupción. Aunque su cliente terminó finalmente procesado, en el último capítulo tiene palabras de elogio para el juez Rafecas: “Cuando me retiré del juzgado le comenté a mi abogado que sentía haber estado ante un juez distinto, preocupado no sólo por llevar adelante una investigación seria que lo condujera a la verdad sino también por el aspecto humano del arrepentido”.
Este magistrado consideró verdadera la confesión del ex secretario parlamentario y con una serie de medidas adicionales dio por probado que en abril de 2000 el gobierno de la Alianza utilizó cinco millones de pesos/dólares de la SIDE para pagar coimas a varios senadores que aprobaron la reforma laboral. El expediente se encuentra en estos momentos en la Cámara Federal.
Lejos de que sus dichos de ayer en el juzgado puedan perjudicar a algunos de sus protagonistas, dado que ya están todos procesados, el arrepentido no pudo ocultar su afán de difusión en su paso por los tribunales de Comodoro Py. La fuente consultada por este diario afirmó que el imputado no aportó “nada sustancial ni novedoso”.