SOCIEDAD › LA IGLESIA OBLIGA A UN CURA A RETRACTARSE DE SUS DICHOS
Como Galileo pero en Córdoba
El sacerdote José Mariani había opinado sobre homosexualidad y celibato. “Me retractaré,pero sin abdicar de mi conciencia”, dijo.
Por Mariana Carbajal
El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, le impuso un ultimátum –que vence hoy– al polémico cura José Mariani, autor del libro Sin tapujos. Si no se retracta de sus últimas declaraciones referidas a la homosexualidad y el celibato –aparecidas en el diario La Mañana de Córdoba días atrás–, le iniciará un juicio canónico que podría derivar en una sanción extrema como su reducción al estado laical. “Voy a hacer una retractación sin abdicar de mi conciencia, ni de mi historia personal. Hace cuarenta años que tengo las mismas posiciones”, adelantó el sacerdote a Página/12. La retractación se publica hoy en el matutino provincial: Ñáñez lo conminó a que apareciera allí. Una avalancha de e-mails de apoyo a Mariani manifestando su repudio a la “censura” de la jerarquía eclesiástica saturó en los últimos días las computadoras de la parroquia donde oficia, conocida como La Cripta, en la ciudad de Córdoba.
Las opiniones que escandalizaron a monseñor Ñáñez fueron parte de un reportaje que dio Mariani al matutino cordobés, que apareció en su edición del 5 de septiembre. Sus palabras le valieron dos semanas después una citación del Arzobispado. El encuentro con Ñáñez, el obispo auxiliar José Ravei y el notario Héctor Fornada duró apenas 15 minutos, durante los cuales le comunicaron la aplicación de una amonestación, un paso previo a la iniciación del juicio penal canónico. “Se me avisó que si no me retractaba en 15 días comenzaría el proceso eclesiástico”, contó ayer el cura a este diario. En ese mismo momento le entregaron un acta con los fundamentos de la sanción y los cuatro puntos sobre los cuales debía desandar sus palabras: su opinión “negativa” sobre la Iglesia, su “actitud inexacta” sobre la posición católica frente a la sexualidad, su “rechazo de la propuesta cristiana sobre el celibato y una descalificación de quienes se esfuerzan por vivirlo”, y su concepto “sobre la homosexualidad, que se considera en la Iglesia una anormalidad que no justifica la discriminación pero que tiene que ser atendida como una enfermedad”.
¿Qué había dicho Mariani? Entre otros conceptos:
- “Para mí el problema del celibato no es ‘ese problemita’. (...) Ha sido una máscara que ha ido cubriendo los graves defectos en la Iglesia. Hay muchos testimonios de escándalos financieros, morales, de manejos en el Vaticano, del papado ... Pero mientras no se toque lo referente al sexo es como si todo pasara... Tanto que en mi libro lo referente a perder el celibato era muy reducido. Está todo lo otro y sin embargo, la cuestión que más ha herido es que yo haya confesado un noviazgo juvenil”.
- “¿Cómo va a ser asexuado Jesús? Si no, no sería hombre. Según la tradición cristiana, pareciera que Cristo hubiera renunciado al ejercicio de la sexualidad”.
- “Los porcentajes de abusos sexuales en la Iglesia no son mayores que en el resto de la sociedad, pero esto no ocurriría si no se incluyera en la formación para el celibato un concepto de superioridad sobre los demás, de peligrosidad de la mujer, de autoridad fundada en que soy mejor que los otros y que por eso puedo imponer...”
- “Yo creo que la homosexualidad, en muchos casos, es irreprimible porque es una expresión natural”.
No es el primer enfrentamiento entre Ñáñez y Mariani. Por la publicación de su libro Sin tapujos, en el que el cura se animó a confesar una aventura homosexual de su juventud y escribió duras críticas a la estructura eclesiástica, el arzobispo le aplicó un decreto por el cual lo obligó a guardar silencio. Este proceso no está cerrado: Mariani apeló la sanción al Vaticano.
Es la primera vez que desde el Arzobispado de Córdoba se exige una retractación a un religioso. “Una vez que analice las palabras de Mariani (que aparecerán hoy en el matutino provincial), el arzobispo decidirá cuáles serán los pasos a seguir”, señaló a este diario su vocero, Gustavo Loza. En su escrito, Mariani apela a un discurso ambiguo. Para defender sus dichos sobre la homosexualidad recuerda que para la OMS no es una enfermedad. “Si la OMS no tiene razón y la Iglesia sí, me retracto”, afirma el sacerdote. “Hace muchos años que estoy en posición de no callarme, buscando cambios en la Iglesia. Y no voy a aceptar que me censuren”, concluyó. Su posición podría derivar en un juicio canónico cuyas penas podrían ir desde una penitencia hasta la privación del derecho a ejercer los sacramentos y la reducción al estado laical.