Néstor Kirchner hizo ayer un gesto político trascendente para apaciguar los conflictos con Uruguay. “Si quieren firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos que lo hagan. No podemos ser gendarmes. Hay que ser flexibles y entender la situación de cada uno”, sorprendió, en contra de la postura amenazante que había asumido Brasil en un primer momento. La otra cuestión urticante, la de las papeleras, no le hizo cambiar el tono conciliador. “Es un tema ambiental. Son cosas que pasan, ha ocurrido en Europa. Hay que buscarle una solución”, señaló. También fue moderado, pero claramente más frío, al referirse a su colega uruguayo, Tabaré Vázquez, con quien “no he hablado últimamente”. “Nuestra relación es muy correcta”, describió, mucho menos efusivo que cuando habla de Hugo Chávez, Lula da Silva, Evo Morales o Michelle Bachelet.

Kirchner entregó esas y otras definiciones de fuerte impacto en una entrevista conjunta que concedió a Página/12, Clarín, La Nación y la agencia Télam en el lobby del hotel que lo hospeda en esta ciudad. La charla, a la que el Presidente se prestó espontáneamente, se produjo minutos antes de ir a su entrevista con Lula y Chávez. Julio De Vido estuvo a su lado, mientras que Felisa Miceli, Jorge Taiana y Ginés González García escuchaban a unos pasos y lo esperaban para partir hacia la residencia del presidente brasileño.

–¿Si Uruguay firmara un tratado con Estados Unidos quedaría fuera del Mercosur? –preguntó este diario.

–Si quieren un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos que lo hagan. No podemos ser gendarmes. Hay que ser flexibles y entender la situación de cada uno. Yo creo firmemente en el Mercosur, pero si el bloque no les puede ofrecer lo que necesitan y merecen no los vamos a frenar. Si Tabaré, si Uruguay, pueden hacer un buen acuerdo, no se lo tenemos que impedir. Sería atroz.

–¿Entonces habría que cambiar los estatutos del Mercosur, que impiden las negociaciones unilaterales de cualquiera de sus miembros para cerrar convenios como el que busca Uruguay?

–Hay que ser flexibles. Hay que ver si es algo temporario. Si Brasil, que es el más grande del Mercosur, y nosotros, que somos los segundos, no podemos desempeñar el papel que cumplió Alemania en la Unión Europea, que es ayudar a los socios más chicos, no le podemos blindar el camino a nadie. Con Brasil todavía estamos intentando salir de una crisis económica muy profunda.

–¿Lula qué opina, porque inicialmente el canciller brasileño, Celso Amorim, había advertido que Uruguay debería alejarse del bloque?

–Ayer (por anteayer) lo conversamos y estuvo de acuerdo en que debemos ser flexibles.

–¿Hace mucho que no habla con Tabaré Vázquez?

–Ultimamente no he hablado.

–¿Y cómo está su relación?

–Tenemos una relación muy correcta.

–¿La negociación de Uruguay con Estados Unidos se vincula de algún modo con el conflicto por las papeleras?

–No tiene nada que ver. Es un tema ambiental. Son cosas que pasan, ha ocurrido en Europa. Hay que buscarle una solución. Lo que no hay que hacer es alentar expectativas xenófobas, nacionalistas. El equilibrio es muy difícil, pasa en Europa, con la práctica de integración que tienen ellos.

–¿Estados Unidos está buscando debilitar al Mercosur con este acuerdo con Uruguay?

–Yo soy muy respetuoso de las identidades nacionales. Cada país sigue el camino que considera mejor. También hay que entender que ellos tienen una situación industrial muy distinta de la de Brasil y la Argentina. No tengo derecho a denostar a Uruguay porque haga su experiencia y lo que cree necesario para lograr un mejoramiento de su pueblo.

–¿Pero su actitud no debilita al Mercosur?

–Y bueno... Pero lo cierto es que somos nosotros, los países más grandes, los que tenemos que ayudar. Si no tenemos los elementos para hacerlo, no podemos impedirle a Uruguay hacer lo que ellos crean que es un buen negocio. La integración de las economías no es fácil, pero políticamente estamos bien. La incorporación de Venezuela es muy importante para el Mercosur. También lo de Bachelet, que dijo que va a profundizar su relación con el bloque. Ahí tienen un ejemplo de que las cosas no son incompatibles. Chile ya firmó un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y también quiere acercarse más a nosotros.

–¿También buscarán que Bolivia se sume como socio pleno del Mercosur?

–Es una decisión del presidente Morales. Nosotros no queremos presionarlo, todo lo contrario. Siempre hemos ayudado a Bolivia, a los gobiernos de Mesa y Rodríguez. Al de Sánchez de Lozada no, porque casi no tuvimos relación. Pero Morales merece toda la ayuda y así se lo expresamos en la reunión de Buenos Aires, que fue muy importante.

–¿Cómo está su relación con Lula? ¿Por qué hubo tantos elogios mutuos en los discursos de ayer (por anteayer)?

–Con Lula venimos construyendo una relación personal desde hace tiempo. Fíjense que en su discurso aclaró este tema que fue tan discutido en la Argentina sobre si los gobiernos coordinamos o no el pago de la deuda al FMI. Fue muy clarito. Destacó que coordinamos la operación. Incluso utilizó esa palabra.

–Sus elogios a Lula parecieron una intervención en favor del presidente en vista del escenario electoral brasileño. ¿Usted prefiere su reelección?

–No queremos interferir en Brasil, pero consideramos que Lula es importante en la conducción de América latina.

–¿Cuándo se firmará la Cláusula de Adaptación Competitiva para evitar daños a la industria por una avalancha de importaciones?

–La idea es hacerlo el 31 de enero. La cláusula es muy importante. Es un salto cualitativo en la integración. Aquí (en Brasil) hay una burguesía industrial muy fuerte que nosotros todavía no tenemos. Además, ellos tienen un cuadro como Luiz Furlan (ministro de Desarrollo, proveniente del sector industrial).