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Al ex ministro de Salud Héctor Lombardo le pasó lo mismo que a Carlos Menem y a muchos otros políticos: durante una visita que el último fin de semana largo realizó a las termas entrerrianas de Villa Elisa, un grupo de personas lo reconoció y lo escrachó. “Para evitar problemas, preferí retirarme de las piletas”, explicó el propio ex funcionario delarruista, a quien no le quedó otro remedio que recluirse en el bungalow que había alquilado para su estadía en ese complejo turístico.
El escrache contra el ex ministro del gobierno de Fernando de la Rúa tuvo lugar en el complejo termal de Villa Elisa, una localidad de Entre Ríos cercana a la ciudad de Colón. Esos baños termales fueron inaugurados hace unos pocos meses y Lombardo aprovechó la prolongación del fin de semana con el feriado del último lunes para darse un remojón.
El ex funcionario arribó al lugar junto a su esposa y un matrimonio amigo en su Volkswagen Polo azul y, después de alojarse en un bungalow del complejo, enfiló hacia una de las piletas decidido a darse su primer baño, pero al llegar tuvo que volver sobre sus pasos: los turistas que estaban en el lugar lo reconocieron y de inmediato empezaron a abuchearlo e insultarlo.
“Para evitar problemas, preferí retirarme de las piletas”, dijo el ex ministro en su rápido e imprevisto regreso a su bungalow. Quienes lo vieron aseguran que estaba “con el rostro colorado, un color que ni la baja sensación térmica logró aplacar. En diálogo con la FM Centenario de Villa Elisa, Lombardo reconoció que tuvo que pasar los tres días dentro del bungalow que había alquilado. El ex funcionario sólo salió de su refugio el domingo para embarcarse en el tren turístico al palacio San José, un paseo en el que no sufrió ningún inconveniente.
Como el mismo Lombardo reconoció en su contacto con la prensa local, no se trata de la primera vez que lo escrachan. Vecinos y médicos del Hospital Piñero –en el que mantuvo su cargo y su sueldo durante todos los años que fue funcionario– lo repudiaron meses atrás ante la posibilidad de que fuera reincorporado.
De todos modos, a Lombardo –cuya gestión estuvo plagada de acusaciones de corrupción y escándalos como el falso caso de ántrax– los escraches parecen no preocuparlo: ya anticipó que seguirá visitando las termas de Villa Elisa debido a las propiedades curativas de sus aguas.