[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Buscaba inmunidad judicial, pero cosechó persecución penal. El ex superintendente de Entidades Financieras Guillermo Lesniewier fue llamado por la jueza federal María Servini de Cubría a prestar declaración indagatoria como sospechoso en una causa por fuga de capitales y lavado de dinero, la misma en la que está preso el banquero Carlos Rohm. El hecho se produce en medio de la cruzada del presidente del Banco Central, Mario Blejer, por plasmar en un paraguas legal la no judiciabilidad de los actos de los integrantes de esa entidad. Lesniewier tiene especial interés en la consagración de la cobertura legal, a diferencia del actual superintendente Felipe Murolo, a quien no le quitan el sueño los posibles problemas judiciales a afrontar. El ahora acusado economista del CEMA integra el directorio del Central y funge como superintendente en las sombras, cargo que ejerció desde diciembre de 1999, cuando Pedro Pou estaba al frente de la entidad. Aquel ex funcionario supo invocar la presunta inmunidad de sus actos cuando fue jaqueado en la causa del Banco Mayo.
La Cámara Federal decidió recientemente que el juez Norberto Oyarbide debía investigar todas las causas referidas a las irregularidades cometidas por los bancos y dejó en manos de Servini de Cubría sólo el caso del Banco General de Negocios (BGN), de los hermanos Rohm. Sin embargo, la magistrada entiende que la causa es una sola y se resistió a desprenderse de los elementos referidos al Banco Galicia, al Interfinanzas y al Banco Central. “Nosotros investigamos la ruta clandestina del dinero mientras que Oyarbide avanzó en el camino lícito del dinero que salió del corralito”, explicó a Página/12 una alta fuente de su juzgado. Para la jueza las maniobras del BGN y otras entidades, que habrían sacado dinero fuera del país antes y después de las restricciones bancarias –en algunos casos proveniente de presuntos ilícitos y configurando supuesta evasión impositiva–, no fueron posibles sin la ayuda que les proporcionó la “ausencia de controles por parte del Banco Central”. A modo de ejemplo, los investigadores señalan que entre 1996 y 1999 el BGN no fue inspeccionado. Y se quejan de la decisión de separar las causas porque dicen que “desorganiza la pesquisa”. Por otra parte, Servini considera que le corresponde retener la investigación contra los directores del Central porque está “más avanzada”.
“Los funcionarios permitieron que estos bancos vaciaran las reservas del Central y el costo fue que los pobres perdieran todo”, concluyó Servini cuando decidió llamar a indagatoria al ex presidente de esa entidad Roque Maccarone. Y en el procesamiento de Rohm la magistrada escribió que “en la causa quedó probado que el Banco Central ignoró los grandes movimientos de dinero, e incluso otorgó en diciembre un redescuento de 35 millones al BGN”. Cabe aún indagar si la entidad beneficiada con ese préstamo presentó sus balances de manera regular o trató de evadir los controles del BCRA.
“El que buscaba inmunidad mejor que busque una amnistía”, comentó a este diario uno de los investigadores al referirse a la citación a indagatoria de Lesniewier, sin ocultar su satisfacción. Sin embargo, en otros pisos de los tribunales federales la decisión de Servini fue recibida casi como un desafío, en medio de la batalla por la implementación de la inmunidad que reclaman enfáticamente los funcionarios del Central. El presidente de esa entidad libra una pulseada más con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien en principio se oponía a cualquier tipo de cobertura para los técnicos del BCRA pero ahora aceptó que sea instaurada sólo para el superintendente de Entidades Financieras, el estratégico organismo de control de los bancos. Si gana Lavagna, Lesniewier quedará mojándose fuera del paraguas y no podrá evitar acudir a dar explicaciones sobre sus decisiones a Comodoro Py.