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“Ciudadanas y ciudadanos, unámonos en un solo grito: ¡Justicia!”, comenzó diciendo el orador, e inmediatamente las miles de personas que lo escuchaban frente a Tribunales comenzaron a corear enfervorizadas: “¡Justicia, Justicia!”. Y luego: “¡El pueblo unido jamás será vencido!”. El autor de la arenga no era un político, sindicalista, o líder vecinal sino el humorista Nito Artaza, quien ayer logró convocar a una multitud en una marcha nacional de los damnificados por el corralito financiero. Con un discurso encendido en el que pidió varias veces “que nos desestafen”, el nuevo referente de los ahorristas criticó la “estafa de los bonos” y advirtió que los ahorristas recurrirán a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos “para que se sepa lo que pasa en el país”.
La manifestación, convocada por Artaza –él mismo perjudicado por la medida tomada por Fernando de la Rúa y Domingo Cavallo el 3 de diciembre último– comenzó frente al Congreso bajo la consigna “En defensa del derecho de propiedad y del orden institucional”. A las 17 ya había más de mil ahorristas de la Capital Federal y el interior, con banderas argentinas, un muñeco inflable gigante, y carteles repudiando lo que llamaban “Plan bonos”, a la clase dirigente y a las entidades financieras.
“Los únicos bancos confiables son los de las plazas”, decía un cartel.
“Malditos diputados, legislen para el pueblo”, indicaba otro.
La única referencia partidaria fue una enorme bandera que pedía “Libertad a Seineldín”, por el carapintada preso por homicidios múltiples, aunque algunos estudiantes lograron convencer a los militantes de Acción Ciudadana de que la bajaran.
El orador exclusivo fue Artaza. Subido a una camioneta, demostró buen manejo escénico.
“En defensa de nuestros ahorros invocamos nuestros derechos, y ellos los violaron”, dijo. “Luego invocamos la ley, y ellos la violaron también”, denunció con el micrófono en una mano y acompañando sus palabras con el movimiento de la otra. “El Estado alteró los contratos entre los particulares y los bancos, y el Banco Central permitió que las entidades giraran los fondos al exterior”, siguió. Naturalmente el Fondo Monetario no se salvó de las críticas: “Ahora ese organismo le exige al Gobierno que los bonos sean compulsivos, dice que los argentinos los irritamos, y entonces es hora de decirles que ellos también nos rompen inconmensurablemente las pelotas a nosotros”, dijo Artaza. “Si no estuviésemos aquí, hace mucho tiempo que los ahorros hubieran sido convertidos compulsivamente en bonos.” Otra vez sonaron ensordecedores los aplausos y los gritos de apoyo.
El gran número de concurrentes que tuvo la manifestación no fue una sorpresa para los organizadores. El martes pasado, unos 3 mil damnificados por el corralito llenaron el teatro Metropolitan para organizarse y reclamar a las casas matrices la devolución del dinero. En esa oportunidad expusieron los abogados Raúl Maldonado y Juan José Guareschi, y también prestaron su testimonio ahorristas mexicanos que lucharon contra las confiscaciones que provocó la crisis del Efecto Tequila desde fines de 1994. En el encuentro se decidió organizar a los damnificados por banco para demandar a las casas matrices de las entidades extranjeras, y hacer presentaciones ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La idea ayer volvió a ser mencionada por Artaza.
Otro de los argumentos, tal como fue publicado en Página/12, se basa en un fallo dictado en 1971 por el entonces juez Salvador María Lozada. La sentencia establecía que la casa matriz de una multinacional (Deltec) debía responder con su patrimonio por los daños producidos en la Argentina por la filial local, Swift de La Plata.
Luego del discurso comenzó la marcha por Callao, y luego por Corrientes hacia Tribunales. Durante el recorrido la columna entonó algunos de los cánticos creados por los ahorristas, convertidos en clásicos durante los últimos meses de escraches bancarios.
“Chorros, chorros, chorros, devuelvan los ahorros”, era un cantito. “Oh, que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, decía otro. Y a cada momento se escuchaba el grito de “justicia, justicia”.
A esa altura el número de manifestantes había crecido considerablemente gracias a la participación de los trabajadores bancarios, a algunas asambleas barriales y a la gente que se iba sumando espontáneamente a medida que avanzaba la marcha.
La columna contó con la simpatía de la gente que caminaba por Corrientes. “Me parece bien, es hora de que los argentinos volvamos a decir basta de una vez por todas”, comentó Mónica, mientras aplaudía parada frente al paseo La Plaza. Muchos ahorristas se mostraban entusiasmados por la convocatoria y por el nuevo referente. “Esto en parte se lo debemos a Nito, porque él no es político y la gente le cree”, explicó Verónica, una ahorrista que participó de los primeros escraches y luego dejó de “cacerolear”.
Cuando la manifestación llegó a Tribunales, el paisaje recordaba los cacerolazos contra la Corte Suprema organizados por la Asociación de Abogados Laboralistas. Aproximadamente unos 3 mil personas cubrían las escalinatas, la calle Talcahuano y una pequeña porción de la Plaza Lavalle. Artaza, acompañado por el ex futbolista Hugo “Perico” Pérez, volvió a hacer de orador para el cierre del acto. Reclamó que el Gobierno “busque una alternativa que contemple el respeto y el derecho de la gente que es dueña de sus ahorros” y aseguró que “los bancos deben hacerse cargo por sus pérdidas, la gente ya le dijo un no rotundo a esta nueva consolidación de la estafa”.
Antes de cantar el himno nacional que dio por clausurada la manifestación, el cómico terminó con una advertencia nada graciosa para un Gobierno que durante la última semana se ufanó de haber estabilizado el conflicto social. “El 9 de julio les vamos a dar una respuesta mucho más contundente que ésta. No nos deben subestimar porque esto sólo es el comienzo.”

Informe: Alejandro Gaggero.