El mercantil Armando Cavalieri volvió a pisar después de mucho tiempo la Casa Rosada para firmar frente al presidente Néstor Kirchner, los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, y de Economía, Felisa Miceli, y dirigentes de las cámaras empresariales, un aumento salarial del 19 por ciento para los empleados de comercio. El incremento –escalonado entre abril y agosto– beneficiará a 800 mil trabajadores cuyo sueldo promedio, según los sindicalistas, “superará los 1100 pesos mensuales”. Los empresarios –que representan a más de 180 mil comercios que adhieren al convenio– aseguraron que la suba salarial “no se trasladará” a góndolas y vidrieras y se mostraron conformes con el tope formalizado en las últimas negociaciones paritarias bendecidas por el Gobierno: “mejoras de entre el 15 y 19 por ciento son digeribles por el sistema económico”, subrayaron.

La mejora salarial del 19 por ciento para los mercantiles fue anunciada oficialmente en la Sala de Periodistas de la Casa de Gobierno por el ministro de Trabajo, junto a Cavalieri y los titulares de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Osvaldo Cornide; de la Unión de Entidades Comerciales de Argentina, Jorge Sabate; y de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos De la Vega. Pero la reunión previa –donde se firmó el acuerdo– estuvo encabezada por el propio Presidente y de la que también participaron Miceli; la secretaria de Trabajo, Noemí Rial, y el jefe de Gabinete de la cartera laboral, Norberto Ciavarino.

El aumento comenzará a regir desde este mes, pero se cobrará escalonadamente: 10 por ciento en mayo, otro 5 por ciento en junio y el 4 restante en agosto. “La inflación es el peor impuesto que puede tener el salario de los trabajadores”, afirmó el secretario general de la Federación de Empleados de Comercio, Armando Cavalieri, para referirse a “experiencias del pasado”.

El veterano dirigente gremial alineado con “los Gordos”, desplazados de la conducción cegetista, también aprovechó para embestir indirectamente contra los sectores sindicales díscolos –una de las preocupaciones que comparte con los popes que comandan la central obrera– al afirmar que “en la Argentina el diálogo social es posible; que las partes encuentren los consensos necesarios sin que se atropellen la voluntad o los derechos de otra gente”.

En la misma sintonía, Tomada expresó su reconocimiento “a la responsabilidad y racionalidad” de las partes que rubricaron el acuerdo, como muestra de que “la negociación colectiva es, sin lugar a dudas, el mejor instrumento para la regulación laboral, donde cada sector da la respuesta que se requiere”. Para el ministro, el convenio mercantil “es una apuesta a la mejora del salario y a la disminución y definitivo retroceso de las expectativas inflacionarias”.

Los empresarios también se mostraron satisfechos. “Se ha negociado con la mayor prudencia para que el incremento salarial no se traslade a los precios de las mercaderías”, sostuvo el titular de la CAC, que destacó el análisis de algunos economistas que consideran que “mejoras de entre el 15 y 19 por ciento son digeribles por el sistema económico”.

Sin embargo, las negociaciones tampoco fueron un lecho de rosas. El gremio pedía inicialmente un incremento del 29 por ciento, contra el 11 que sólo aceptaban los representantes patronales. Pero Cavalieri se encargó de defender el acuerdo: “Se logró acortar el plazo del incremento escalonado y que el ajuste no sólo se haga sobre el sueldo básico, sino que también alcance a los adicionales que componen el haber de los trabajadores mercantiles”.