EL PAíS › KIRCHNER DICE QUE DUHALDE BUSCA PRESENTARSE EN LAS ELECCIONES
“El quiere ser candidato del PJ”
El gobernador de Santa Cruz dice que Duhalde fue el Presidente que hizo el ajuste más brutal en la Argentina y propone medidas keynesianas y de redistribución del ingreso en su programa. Su futuro en el PJ. La propuesta del frente nacional.
Por Sergio Moreno
Néstor Kirchner pasa por Buenos Aires. Antes estuvo en Rosario. Y en Mendoza, y en el Conurbano, y en Santiago del Estero. Está recorriendo el país, haciendo campaña: Kirchner quiere ser Presidente y amaga con irse del PJ. A su rosario de críticas a Carlos Menem –que supo desplegar cuando el riojano gobernaba el país– ha sumado una dura impugnación a la gestión y las conductas de Eduardo Duhalde, de quien supo ser aliado en el pasado. Kirchner tiene un plan de desarrollo keynesiano, esto es, de fuerte presencia estatal para salir de la recesión, aunque prefiere hablar de “refundar la Nación”. Hablando a borbotones, rápido, arrastrando las eses –lo que le da un tono de porteño arrabalero, que no lo es–, el gobernador de Santa Cruz reivindica haber sacado los 500 millones de dólares de ahorro a una cuenta afuera del país. “En su momento discutí fuerte con Cavallo, me acusaron de traidor a la patria, de no confiar. Bueno, no confié el ahorro de los santacruceños a esos personajes y ahora las joyas de la abuela están a buen resguardo. Si no lo hubiera hecho me habría pasado lo que a San Luis con el corralito”, dice, con una sonrisa.
–A una semana de haberlo lanzado, ¿cómo le fue con su llamado a la convergencia de los sectores progresistas?
–En Argentina, el establishment económico y un sector del establishment periodístico trabajan con la idea de consolidar un espacio de derecha. Se ha agotado el bipartidismo como lo conocimos, con un radicalismo que no es más un partido de poder (va a tardar mucho tiempo en recuperarse, si es que alguna vez se recupera), y el justicialismo, aliado durante la última década a los sectores neoconservadores liberales. Aprovechando el fracaso de la Alianza, del Frepaso, tratan de aparecer como garantía de gobernabilidad y de buena administración. Los sectores neoconservadores dicen que los que quieren hacer un frente nacional progresista, que tratan de construir una sociedad con racionalidad pero con crecimiento, equilibrada, que dinamice la estructura social en un marco de justicia y equidad no pueden hacerlo porque sólo tienen discurso y no administración. Ellos dicen que los únicos que pueden garantizar un programa político ordenado son los sectores de derecha. Esto lo pueden lograr –de hecho, lo logró en algún momento Cavallo– sólo a costa de un fuerte proceso de exclusión, de desocupación, con políticas que llevan a una economía más concentrada, con una injusta distribución del ingreso. Frente a eso, dije que era una obligación conformar un frente nacional. Yo aspiro a presidir la Argentina desde ese frente nacional. Pero con absoluta amplitud, con generosidad, tenemos la obligación de decirle al país que se puede gobernar con justicia, con equidad, se puede cambiar la distribución del ingreso y se puede gobernar con equilibrio fiscal, con racionalidad, con criterios de administración y gestión –yo lo he hecho en mi provincia– teniendo un matiz de frente nacional con las fuerzas progresistas. Que haya habido dirigentes que no tuvieron la suerte, la responsabilidad o las ideas para actuar correctamente no puede utilizarse para invalidar un espacio.
–No me respondió. ¿Recibió alguna respuesta?
–Lo deben estar analizando, va a haber un alto grado de maduración. Se va a avanzar en el tiempo en la construcción de este espacio por una cuestión de evolución histórica. A los dirigentes, el mismo proceso de necesidad que hay de que esto nazca los va a llevar a darse cuenta de que hay que tener mucha generosidad, grandeza, y buscar verdaderas alternativas que den una disputa sobre qué Argentina queremos.
–Esta semana de silencios de sectores que son fundamentales para armar ese frente, ¿no es una respuesta? Pienso en el ARI.
–Escuchamos definiciones del jefe de la Ciudad (Aníbal Ibarra), del intendente de Avellaneda (Oscar Laborde), muchos. Creo que esto lleva su tiempo, cada sector político, sectores independientes, cada sector empresarial, sindical que tenga esta visión van a ir analizando. Se van a ir creando con la necesaria calma y responsabilidad los puentes quepermitan establecer un debate de ideas de la verdad relativa de cada uno, para no volver a hacer una mera alianza electoral.
–¿Usted charló con alguno de ellos, con Ibarra, por ejemplo?
–Charlé con todos en su momento, pero estos días han charlado amigos míos. Hago esto sin ningún tipo de inmediatismo. Lo hice como un aporte para que se produzca un reordenamiento en este espacio para tratar de tener una síntesis que nos permita dar una respuesta de cambio y de alternativa que esta Argentina necesita, y a no ahogarnos en un acto de voluntarismo temporario. Ya sé que fue un acto de voluntarismo muy grande de muchos sectores pensar que De la Rúa se había convertido en progresista, cuando toda la vida fue conservador y estuvo aliado a los sectores siempre más indeseables de la economía. Creo que muchas veces cuando uno prioriza la lucha contra alguien en vez de crear una propuesta con mayor fuerza... Ese fue el problema del Frepaso, que se estaba convirtiendo en una fuerza alternativa al bipartidismo, un caso muy interesante que seguí de cerca, ya que tuve mucho respeto por muchos de sus dirigentes. Sin embargo el deseo de enfrentar a Menem les hizo perder la visión estratégica. Creo que si hubiera privilegiado los fines estratégicos, el Frepaso sería la gran alternativa ante el fracaso de este contubernio permanente de estos últimos años del bipartidismo.
–Usted quiere en este frente a los sectores sindicales. ¿En quién está pensando? ¿En la CTA, en Hugo Moyano?
–Yo por Víctor (de Gennaro, líder de la CTA) tengo mucho respeto, adhiero a las propuestas del FRENAPO, pero hay dirigentes sindicales en todos los sectores gremiales, no de primera línea, pero sí secretarios generales de gremios provinciales, de gremios nacionales que actúan en las provincias, apoyan la construcción del frente nacional. Son muchísimos.
–¿Se siente de salida de la estructura orgánica del PJ?
–El problema es que el PJ no tiene contenido. Lo preside Menem porque se adueñó de él como quiso, rodeado del coro de alcahuetes que tiene al lado que han llevado al partido a la inanición absoluta. El PJ era un partido transformador que representó siempre la lucha por la dignidad nacional, terminó abrazado con Duhalde, que es una mala copia de Menem. Yo lo siento mucho, porque Duhalde podría haber sido la transición hacia algo nuevo y es lo último de lo viejo.
–¿Qué fue lo que produjo el crac entre usted y Duhalde, ya que usted fue en su momento uno de los principales operadores de su campaña?
–No compartí para nada los procedimientos que hicieron para llegar a la conducción del Estado. No estuve de acuerdo con el contubernio con Alfonsín y los dirigentes del Frepaso. Me pareció que en ese momento había que elegir, votar. Pero, ojo, que a mí me conviene, en lo personal, que las elecciones sean lo más tarde posible; estoy en un proceso de crecimiento y de trabajo que me lleva tiempo y dedicación. Pero las necesidades de la Argentina son otras. Mi segunda diferencia fue con la devaluación: devaluaron sin crédito externo por el default y sin crédito interno por el corralito, no tuvieron en cuenta que la gente estaba endeudada en dólares, que la producción requiere de insumos importados, no evaluaron salir a una canasta de monedas hecha con el dólar, el euro y el real. Pesificaron asimétricamente y fueron funcionales a la licuación de las deudas de los mismos grupos empresarios de siempre. Duhalde se convirtió en el presidente que generó el ajuste más feroz de la Argentina. En el año 2000 el presupuesto nacional era de 50 mil millones de dólares; en el 2001, 45 mil millones; en el 2002 es de 38 mil millones de pesos, a 3,80 el dólar, 10 mil millones de dólares. De 45 mil millones a 10 mil millones, en los seis meses que gobernó Duhalde se ajustó el Presupuesto en 35 mil millones de dólares. Duhalde volvió a ejecutar las viejas prácticas, repitió las transferencias de ingresos que se hicieron en contra de los más débiles, profundizó la exclusión y el crecimiento de la desocupación. Hasta la devaluación, en Río Gallegos la desocupación era de 2,5 por ciento; ahora es de 3,5. Usted me dirá que eso no es nada. Yo lerespondo que eso es un 40 por ciento de aumento. En base a este dato, estoy convencido de que la desocupación nacional debe estar arriba del 30 por ciento, digan lo que digan. Por entonces me di cuenta de que, en la campaña, antes de todo esto, yo me acerqué a Duhalde por mi pelea contra el menemismo. Cometí el mismo error que le atribuyo al Frepaso. Y así no se puede resolver, uno debe resolver a partir de una propuesta. Hay que refundar la nación. Hay que reformular las funciones del Estado. Hay que recuperar la pirámide fiscal, con un consistente derecho penal tributario por el cual el que no pague vaya a la cárcel, como en Estados Unidos. Antes de la devaluación teníamos una evasión de 40 mil millones de dólares. De eso se podían recuperar 12 millones anuales y hubiéramos liquidado el déficit fiscal que teníamos y, además, nos quedaban 5 mil millones para reactivar la economía. Acá el que no recauda no tiene destino. Hay que cambiar el sistema impositivo actual, que es regresivo, por uno progresivo: la única forma de cambiar la economía concentrada de distribución del ingreso es bajar los impuestos al consumo y colocar un fuerte impuesto a las ganancias. Rever y hacer un fuerte replanteo del sistema de AFJP. Hay que reimplantar los aportes patronales. Hay que armar un centro de funcionamiento de las empresas privatizadas para que sirvan a los fines estratégicos del Estado, no digo renacionalizarlas, pero sí que sirvan a un proyecto de Nación. Estas medidas hay que llevarlas adelante en 40 días.
–En la Argentina de los lobbies, del FMI, ¿se puede hacer eso?
–Totalmente. Para negociar con los organismos y reinsertarse en el mundo, cosa que hay que hacer sin ponerse colorado, debemos construir una Argentina sustentable. Si usted va a negociar con el Fondo no puede mandar a su mujer a Estados Unidos a pedir plata para la leche. A los organismos internacionales hay que plantearles la quita y reprogramación de la deuda, seriamente, quita de intereses, capital para prefinanciar exportaciones y, si se puede, conseguir créditos para la producción.
–Pero cuando usted se sienta a negociar, el Fondo le dice que, para conseguir créditos y reprogramar deuda, debe cumplir con sus condiciones.
–Eso si uno no tiene sustentabilidad. Si la tengo, habrá acuerdo. Tiene que haber un gobierno con decisión, seriedad, responsabilidad, que no esté dando pena, humillándose, como el gobierno de Duhalde.
–¿Cree que Duhalde podría haber negociado en otras condiciones?
–La cuestión es qué quiere hacer Duhalde. Quiere reprogamar los vencimientos que tiene ahora para ver si puede durar hasta que convoque a elecciones. Ahora no las convoca porque tiene la peregrina idea de ser candidato.
–¿Cree que Duhalde quiere ser candidato?
–No tengo dudas. Si él no puede ser candidato lo pone a Reutemann. Duhalde está tratando de calmar la cuestión social con los planes de desempleo, está tratando de acordar con el Fondo para patear los vencimientos, tratará de elevar la recaudación vía retenciones y el impuesto inflacionario y, como está tan licuado el liderazgo en la Argentina, tratará de armar desde allí su candidatura. Y su estratagema es potenciar a Menem. Esto de que Menem crece en las encuestas no es cierto. Pero en eso están trabajando los servicios y algunos periodistas. Enfrentando a Menem con Duhalde, Duhalde es el mal menor. Y la reunión de mañana forma parte de la estrategia de Duhalde. La de Menem es demostrar que ese hombre que tan mal habló de él, ahora va al pie. Están tratando de hacer funcional al PJ a esta entente. No estoy dispuesto a aguantarlo.
–¿Se va a ir del peronismo?
–No lo sé. Toda la vida milité en el peronismo, siempre soñé con cambiarlo pero sé que hay un aparataje muy grande, hay mucha plata, clientelismo, les importan poco las propuestas, los proyectos. Hoy en día el peronismo dejó de representar a los que representaba, los usa. Hay mafias internas, apretan a los clubes en la provincia de Buenos Aires paraque no me los alquilen para hacer actos. Ya no hay cuadros militantes: tienen gerentes y clientes.
–¿Está de acuerdo con las internas abiertas simultáneas para todos los partidos?
–¿Por qué no las hicieron de voto obligatorio? Eso sería una verdadera primaria. Si no, va a ir a votar poca gente en las internas. Ellos cuentan que con la poca participación determinan cualquier interna. La única forma en que no podrán hacerlo es si las internas son de voto obligatorio.
–Pero, ¿por qué habría que imponer a la gente que vaya a votar a una interna de un partido con el que no comulga, cualquiera sea?
–Puede ir a votar y hacerlo en blanco. Puede tener una cierta dosis de violencia, incomodidad, pero hay que buscar el mal menor. Puede ser cierto lo que usted plantea, pero yo lo pienso así para evitar otros males. Porque de lo contrario estas internas simultáneas son engaña pichanga. ¿Cuánta gente va a ir a votar? Esto es una mascarada de supuesta democratización de los partidos que no es más que una cortina de humo para seguir haciendo lo mismo.