Los líderes de la oposición uruguaya se alinearon en un apoyo explícito al gobierno frenteamplista de Tabaré Vázquez ante el conflicto que generó con la Argentina la instalación de las plantas de celulosa en Fray Bentos y expresaron la “necesidad” de reanudar el “diálogo” diplomático para lograr una solución consensuada. Con el respaldo de todo el abanico político de su país, el presidente del Uruguay llegará a la reunión de Jefes de Estado del Mercosur –que se realizará esta semana en Córdoba– con la intención de intentar destrabar las negociaciones con el gobierno de Néstor Kirchner. Aunque oficialmente todavía no hay prevista ninguna reunión bilateral entre ambos presidentes ni de sus cancilleres.

“Todos estamos de acuerdo en lo actuado por el gobierno y en la necesidad de que se retomen las negociaciones con Argentina”, afirmó el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti, en una rueda de prensa realizada tras la entrevista que los principales dirigentes opositores mantuvieron con Vázquez en la residencia presidencial de Montevideo. Sin embargo, el líder del Partido Colorado se excusó de opinar sobre declaraciones formuladas desde la Argentina, después del dictamen de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que negó la solicitud del Palacio San Martín de paralizar las obras de las pasteras hasta que el tribunal resuelva el litigio jurídico de fondo.

En cambio, Sanguinetti se pronunció sobre la posibilidad de que la Argentina impulse algún tipo de “bloqueo” financiero a las compañías finlandesa Botnia y la española Ence, cuya inversión en Fray Bentos alcanza los 1800 millones de dólares: “Naturalmente, eso no lo puede mirar con espíritu muy positivo nadie”. Pero se encargó de dejar en claro que la política exterior uruguaya la marca el gobierno, a pesar de los cuestionamientos que la oposición hizo a la metodología empleada por la cancillería uruguaya. “Tampoco deseamos armar otro debate sobre algún aspecto contencioso, sino que pensamos que la mejor respuesta es que cada uno en la comunidad internacional valorice el sentido de estas cosas”, apuntó el ex presidente.

A su turno, el líder del Partido Blanco, Jorge Larrañaga, rubricó la posición expuesta por Sanguinetti y remarcó la “necesidad de buscar el diálogo” para solucionar el diferendo. “Debemos destacar una vez más una voluntad nacional propensa a dialogar, a buscar los entendimientos necesarios entre los dos países, a partir de que el fallo de La Haya es una puerta al entendimiento, debe ser un instrumento para el entendimiento”, dijo para mostrar el alineamiento estratégico de todo el arco opositor con el gobierno uruguayo.

Del encuentro en la residencia de Suárez también participaron los dirigentes Pablo Mieres, del Partido Independiente; Aldo Lamorte, de la Unión Cívica, y Jorge Brovetto, ministro de Educación y presidente de la coalición oficialista Frente Amplio. “La reunión fue muy de común acuerdo” en cuanto al planteo de Vázquez de que “había que buscar un diálogo” con Argentina, dijo Mieres. En tanto Brovetto aseguró que el Gobierno “se mantendrá firme” en el respeto a la ley y las normas internacionales y ratificó la “voluntad de diálogo” para superar las diferencias.

Mieres fue uno de los más verborrágicos a la hora de dar detalles de la reunión. Aseguró que le planteó a Vázquez que “no es bueno salir a contestar” declaraciones argentinas, como hizo el fin de semana el canciller Reinaldo Gargano. “Nos parece que no hay que entrar en esos juegos, que no hay que responder”, dijo el líder del Partido Independiente, quien indicó que Vázquez “escuchó callado” el planteo.

“Hay un consenso muy amplio, independientemente de si eso se va a poder hacer o no, porque hay dudas sobre la actitud que pueda asumir el gobierno argentino”, agregó Mieres, aunque aclaró que esas dudas no fueron planteadas por Vázquez, sino que existen “en general”.

Uruguay se mostró moderado y conciliador tras el fallo de La Haya, pero el gobierno uruguayo “mira con preocupación” la reacción de Argentina a la decisión del Tribunal.