Raúl Castells terminó el día de su cumpleaños en el área de terapia intensiva del Instituto del Quemado de la Ciudad. Llegó con 14 por ciento del cuerpo con quemaduras de nivel intermedio, producto de una batalla campal con la Policía Bonaerense. El combate se produjo al mediodía en una esquina del barrio La Salada de Lomas de Zamora, donde funcionaba un espacio de trabajo político del líder combativo. La resistencia a una orden de desalojo judicial desató el cuerpo a cuerpo caliente donde volaron hasta macetas de los techos. Castells cayó en medio de la contienda. Según su versión, terminó quemado por un “lanzallamas” policial. La policía se defendió. Dijo que la quemadura se produjo por una molotov lanzada “erróneamente” desde las filas del propio Castells.

El líder del movimiento piquetero llegó al barrio de La Salada hace unos dos meses. Desde entonces su organización desarrolla un trabajo político alrededor de un comedor ubicado frente a La Saladita, una de las ferias más populares e importantes del conurbano.

Ramón Espinosa es uno de los coordinadores del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) liderados por Castells. Ayer a la tarde estaba en Lomas de Zamora y daba cuenta de la relación del Movimiento con el barrio. “Muchas cosas pasan ahí”, arrancó en diálogo con Página/12. “Los explotaban a los trabajadores como a los carreros que no tenían horario de descanso, y a los feriantes les cobraban caro (el alquiler) por el lugar.” Esa situación empezó a cambiar, dice, cuando abrieron el comedor en la esquina de Virgilio y Azamor, donde ayer a las 11.30 de la mañana se desató la batalla.

Bajo las órdenes del comisario Roberto Castronuovo, jefe distrital de Lomas de Zamora, un grupo de la policía llegó a La Salada con una orden de desalojo judicial de Silvia García, oficial de justicia del Juzgado Civil Nº 1. Según Castronuovo, en la casa no había un comedor popular. “Era una casa linda, de dos pisos y un local muy importante, los dueños alquilaron hace un tiempo, pero como los inquilinos no pagaban pidieron el desalojo. Lo que había ahora no es un comedor, sino una guardería para los bultos de la gente de la feria.”

Eso que para la policía parece incompatible con la función social del comedor no era un problema para el MIJD. Ovidio Pepe, del Movimiento, explicó que fueron desalojados “porque nos oponemos a que junten plata los coimeros y los punteros políticos”. Y antes de que se desataran los incidentes emitieron un comunicado en esa línea: “Cuando se instaló el comedor se armó un gran revuelo. El problema era que los punteros políticos, la policía y los gendarmes que les cobran coimas a feriantes y carreros ya no lo podrían hacer, porque el MIJD no se lo permitía”.

Al cabo de unas dos o tres horas empezaron los enfrentamientos que terminaron con la detención de un piquetero luego liberado y la hospitalización de Castells. Primero en un hospital de Ingeniero Budge y luego en el Instituto del Quemado porteño. La información sobre lo que sucedió todavía no está clara. El MIJD dijo que la policía disparó con “lanzallamas”, pero la fuerza salió a negarlo. Según Castronuovo, una bomba molotov lanzada desde el mismo grupo pegó contra el cuerpo del líder.

A la noche, Castells seguía estable. Según el director del Instituto, Juan Carlos Ortega, las quemaduras “son en 14 por ciento de su cuerpo de la categoría AB (intermedias) y de categoría A (superficiales) en el 6 por ciento restante, lo que redunda en un estado grave”. Castells dijo antes con un hilo de voz: “No tiene vergüenza este gobierno de tirarme con un lanzallamas a menos de un metro de distancia”.